El papa viajero se queda en el Vaticano, en su nueva normalidad

Francisco retoma las audiencias públicas tras seis meses sin contacto directo con los fieles a causa de la pandemia del nuevo coronavirus.

El papa Francisco imparte la bendición desde la ventana de su estudio sobre la Plaza de San Pedro, Ciudad del Vaticano, 31 de mayo de 2020. Foto: Vatican News via AP.

La falta de viajes internacionales, pero también de visitas de jefes de Estado y de Gobierno, está limitando la parte de relaciones internacionales y la cercanía a los fieles cristianos que vivían como una auténtico evento histórico y personal la visita del papa. Foto: Vatican News via AP/Archivo

Después de seis meses sin mantener contacto con los fieles debido a la pandemia de coronavirus, el papa Francisco retomó hoy las audiencias generales de los miércoles, aunque sólo para 500 personas y sin contacto físico; mientras, por el momento, tiene suspendidos todos sus viajes, lo cual está limitando bastante su pontificado.

Han sido 189 días desde la última audiencia general con los fieles en la plaza de San Pedro, el 26 de febrero, cuando inició la emergencia en Italia y el Vaticano decidió adecuarse a las normativas antiaglomeraciones para evitar contagios.

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Como un papa “enjaulado” se había definido Francisco, que mantuvo el rezo del ángelus dominical y las audiencias, pero sólo retransmitidos en directo desde la sala de la biblioteca del palacio pontificio.

Las audiencias en tiempos de pandemia se celebrarán, al menos durante septiembre, en el patio de San Dámaso, en el interior del palacio pontificio y no en la plaza de San Pedro o en el Aula Pablo VI y ante unas 500 personas sentadas, guardando la distancia de seguridad.

Aunque tras el ingreso del Pontífice en el patio, los fieles, todos ellos obligatoriamente con mascarillas, se abalanzaron a verlo y a saludarlo.

Francisco, sin mascarilla, pasó por el pasillo central y se detuvo a hablar animadamente con los ancianos, niños y religiosos, pero no hubo abrazos y besos como en las pasadas audiencias a los que el papa argentino nos había acostumbrado.

Solo tomó entre sus manos una bandera de Líbano, golpeado por la gigantesca explosión de hace un mes, que le entregó un sacerdote y tras besarla se detuvo a rezar.

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También durante los saludos, Francisco llamó al sacerdote a su lado y tomó la bandera en sus manos y realizó un llamamiento por Líbano para que no sea abandonado.

El papa, de 83 años, guardó la obligatoria distancia social y sólo saludó con un apretón de manos a los miembros de la Curia.

“Queridos hermanos y hermanas, buenos días. Después de tantos meses retomamos nuestro encuentro cara y cara y esto es bello”, comenzó su catequesis y se escuchó el aplauso de los fieles en el Vaticano después de seis meses de silencio.

Francisco también saludó a los fieles españoles, hoy presentes en la audiencia, después de notar que había algunas banderas y también a los latinoamericanos, “para que no se enojen”, bromeó.

La nueva normalidad del Vaticano

La pandemia ha cancelado todos los viajes previstos por Francisco, como el de Malta y los que estaban en preparación para este año. También se prevé que tampoco viaje el próximo, ya que los preparativos necesitan varios meses de trabajo e inspecciones y visitas previas, lo que por el momento es imposible.

Además, Francisco ha enviado al monseñor colombiano Mauricio Rueda, quien preparaba las visitas internacionales, como nuncio a Portugal y aún no hay ningún sustituto.

La falta de viajes internacionales, pero también de visitas de jefes de Estado y de Gobierno, está limitando la parte de relaciones internacionales y la cercanía a los fieles cristianos que vivían como una auténtico evento histórico y personal la visita del papa.

El portavoz vaticano, Matteo Bruni, explicó a Efe que “está claro que la situación es un desafío y, si bien se retoman en estos días algunos encuentros con los fieles, aunque en un formato diferente, como las audiencias del miércoles, los viajes siguen siendo una forma particular de testimoniar a Cristo y la vida cristiana más allá de las fronteras”.

Pero apuntó que “sin embargo, el papa Francisco es conocido desde el inicio de su pontificado por sus esfuerzos encaminados a llegar, más allá de las distancias, a fieles y pueblos a través de los medios de comunicación y las redes sociales”.

“La oración del Papa en vísperas de la Semana Santa de este año, el 27 de marzo, en una plaza de San Pedro vacía, fue transmitida por 184 redes de todo el mundo, incluidas 6 de las principales agencias de noticias del mundo, y llegó a muchos millones de personas de todo el planeta”.

Y agregó: “mientras tanto, me parece claro que el Papa compensa el menor número de audiencias con un mayor número de contactos personales, vía telefónica, mensajes, cartas e incluso salidas privadas que lo acercarán a nosotros”.

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Aunque aún no se ha hecho oficial, Francisco estaría concluyendo una nueva encíclica “sobre el tema de la fraternidad humana”, según adelantó el obispo de Rieti (Italia), Domenico Pompili, en el que también se incluirían sus reflexiones sobre el mundo tras la pandemia. Sería la tercera encíclica del Papa Francisco después de “Lumen fidei” de 2013 y “Laudato si'” de 2015.

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El papa Francisco continuó hoy sus catequesis hablando de cómo mejorar el mundo en este momento de pandemia.

“La pandemia actual ha puesto de relieve nuestra interdependencia: todos estamos vinculados, los unos con los otros, tanto en el bien como en el mal. Por eso, para salir mejores de esta crisis, debemos hacerlo juntos, todos, en la solidaridad”, apuntó.

Y advirtió que “cuando olvidamos todo esto, nuestra interdependencia se convierte en dependencia de unos hacia otros, aumentando la desigualdad y la marginación; se debilita el tejido social y se deteriora el ambiente”.

“Por tanto, el principio de solidaridad es hoy más necesario que nunca”, aseveró.

EFE/OnCuba

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