La reina Isabel II del Reino Unido aprobó este miércoles una solicitud del gobierno de suspender al Parlamento en medio de una crisis creciente por el tema del Brexit. Con ello, los líderes de la oposición tendrán aún menos tiempo para intentar impedir un Brexit sin acuerdo.
La decisión no fue inesperada, pues la monarca se ha negado firmemente a involucrarse en la política durante su largo reinado. Isabel II, aunque jefa de Estado, es políticamente neutral y actúa de acuerdo con los consejos de su gobierno en asuntos políticos.
El primer ministro Boris Johnson habló con la reina momentos antes el miércoles para solicitar que se suspenda la actual sesión del Parlamento en septiembre.
Johnson dijo a los legisladores que decidió pedirle a la monarca que ofrezca su discurso, en el que describe la agenda legislativa, el próximo 14 de octubre. Dado que el Parlamento suele quedar suspendido antes de este acto, esta decisión supone que los legisladores de la oposición podrían no tener tiempo suficiente para aprobar leyes que impidan que el Reino Unido abandone la Unión Europea el próximo 31 de octubre sin un acuerdo negociado.
Aunque el primer ministro se había negado a descartar la suspensión de la cámara baja, el anuncio tomó por sorpresa a los diputados, muchos de los cuales están de vacaciones. Reaccionaron con enojo, incluido John Bercow, presidente de la Cámara de los Comunes, que no fue informado con antelación del plan de Johnson.
Boris Johnson confirms plan to suspend UK parliament – video https://t.co/s8ttICO3wL
— The Guardian (@guardian) August 28, 2019
“Suspender el parlamento sería una ofensa al proceso democrático y a los derechos de los parlamentarios como representantes electos del pueblo”, dijo. “Seguramente en esta temprana etapa de su mandato, el primer ministro debería buscar establecerse en lugar de socavar sus credenciales democráticas y su compromiso con la democracia parlamentaria”.
La libra esterlina se desplomó tras la noticia y pasó a 1,2196 dólares, desde los 1,2300 dólares de la víspera.
Los legisladores de la oposición declararon el martes que trabajarían juntos para tratar de frenar una salida de la Unión Europea sin acuerdo, planteando un desafío legislativo para Johnson y su promesa de completar la salida de la UE el próximo 31 de octubre pase lo que pase.
Unos 160 diputados firmaron una declaración comprometiéndose a “hacer lo que sea necesario” para impedir que Johnson esquive al parlamento en sus planes. La promesa del primer ministro planteó dudas sobre un divorcio desordenado que supondría nuevos aranceles y controles fronterizos entre el Reino Unido y la UE que afectarían gravemente al comercio.
Johnson dijo a las autoridades comunitarias que no se llegará a un acuerdo sobre la salida de la UE sin la retirada del controvertido lenguaje acerca de las “salvaguardas”, un mecanismo que busca evitar que se reinstale la frontera entre el territorio británico de Irlanda del Norte y la República de Irlanda, socio de la UE. Al final de una cumple del G7 en Biarritz, Francia, el lunes, dijo que era “ligeramente más optimista” del progreso.