En el esfuerzo más significativo hasta ahora para castigar a Rusia por la invasión a Ucrania, la Unión Europea (UE) acordó prohibir la gran mayoría de las importaciones de petróleo ruso después de tensas negociaciones que pusieron a prueba hasta dónde está dispuesto a llegar el bloque regional para aislar a Moscú.
Desde el momento en que Rusia atacó Ucrania el pasado 24 de febrero, Occidente ha buscado que Moscú pague económicamente por su guerra. Pero apuntar a su lucrativo sector energético fue visto como un último recurso en Europa y ha resultado ser lo más difícil, ya que el bloque depende del gigante euroasiático para obtener el 25 % de su petróleo y el 40 % de su gas natural. Países europeos como Alemania y Francia, que dependen mucho de Rusia para sus abastecimientos energéticos, se han mostrado especialmente reacios a actuar.
En una jugada impensable hace unos meses, los líderes de la UE acordaron el lunes por la noche reducir alrededor del 90 % de todas las importaciones de petróleo ruso durante los próximos seis meses.
El primer ministro belga, Alexander De Croo, calificó el embargo como un “gran paso adelante”, y el primer ministro irlandés, Micheal Martin, como “un momento decisivo”.
“Las sanciones tienen un objetivo claro: obligar a Rusia a poner fin a esta guerra y retirar sus tropas y acordar con Ucrania una paz sensata y justa”, dijo el Canciller alemán Olaf Scholz.
“El embargo de petróleo acelerará la cuenta regresiva hacia el colapso de la economía y la maquinaria de guerra rusas”, afirmó, por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba.
Mientras, el subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia dijo que las sanciones energéticas contra el país tienen la intención de dañar a los rusos comunes al dificultar que Moscú financie programas sociales.
“¡Nos odian a todos! La base de estas decisiones es el odio a Rusia y a todos sus habitantes”, escribió Dmitry Medvedev, quien también es expresidente y exprimer ministro.
Y Mikhail Ulyanov, el representante permanente de Rusia ante las organizaciones internacionales en Viena, dijo que Moscú encontrará otros clientes.
Sin embargo, el analista Simone Tagliapietra dijo que Rusia probablemente tendrá que vender su petróleo con un descuento sustancial. Tagliapietra, experto en energía e investigador del grupo de expertos Bruegel, con sede en Bruselas, calificó el embargo energético como “un gran golpe”.
Matteo Villa, analista del grupo de expertos ISPI en Milán, estuvo de acuerdo en que Rusia recibirá un golpe bastante significativo ahora, pero advirtió que la medida podría resultar contraproducente.
“El riesgo es que el precio del petróleo en general suba por las sanciones europeas. Y si el precio sube mucho, el riesgo es que Rusia empiece a ganar más y Europa pierda la apuesta”, dijo.
Rusia tampoco ha rehuido retener energía para salirse con la suya. El gigante energético estatal ruso Gazprom dijo que está cortando el suministro de gas natural al comerciante holandés GasTerra y a la compañía danesa Oersted, y también está deteniendo los envíos a Shell Energy Europe que se dirigían a Alemania.
Alemania tiene otros proveedores, y GasTerra y Oersted dijeron que estaban preparados para un cierre. Con anterioridad, Gazprom detuvo el flujo a Bulgaria, Polonia y Finlandia.
La UE estima que alrededor del 90% del petróleo ruso estará prohibido para fin de año. Esa cifra incluye la prohibición de todo el petróleo ruso enviado por mar, que representa dos tercios de las importaciones del bloque desde Rusia, además de la decisión de Alemania y Polonia de dejar de usar petróleo del ramal norte del oleoducto Druzhba.