Barcos de la flota encabezada por el buque de rescate de migrantes Aquarius atracaron este domingo en el puerto de Valencia, en el este de España, terminando con la odisea de una semana vivida por los cientos de personas rescatadas de una peligrosa travesía por el Mediterráneo que se convirtieron en el último peón en una nueva disputa migratoria europea.
El Dattilo, un buque de la Guardia Costera de Italia, fue la primera de las tres embarcaciones que trasladan a un total de 630 migrantes en llegar a puerto, poco antes de las 07:00 de la mañana. Las 270 personas que viajaban a bordo comenzaron a desembarcar poco después tras una primera inspección médica.
El barco de rescate Aquarius fondeó en el puerto de Valencia a las 11:00 de la mañana con otros 106 migrantes. Otro barco de la marina italiana, el Orione, llegará en las próximas horas.
El Aquarius, operado por la ONG SOS Mediterranee y Médicos Sin Fronteras, quedó varado ante la costa de Sicilia el pasado sábado cuando las autoridades italianas le negaron la entrada a puerto remitiéndolo a Malta. Malta tampoco admitió la llegada de la embarcación.
Tras varios días de disputas y cuando la comida y el agua potable comenzaban a escasear en el barco, España se ofreció a recibir a los inmigrantes, que entonces estaban a unos 1.500 kilómetros de suelo español. El viaje por el Mediterráneo hasta Valencia duró casi una semana.
ÚLTIMA HORA | El ‘Aquarius’, con 106 personas a bordo, ya está en puerto https://t.co/lWQmf4ltLy pic.twitter.com/CjhZif3k95
— EL PAÍS (@el_pais) 17 de junio de 2018
El director de Médicos Sin Fronteras en España, David Noguera, dijo estar contento de que España permitiera la entrada de los migrantes, pero se mostró preocupado porque más naciones europeas puedan cerrar sus puertos a los rescatados en el mar en el futuro.
“Tengo una mezcla de sensaciones”, dijo Noguera a The Associated Press tras la llegada del primer barco. “(Estoy) contento de que el viaje acabe, un viaje que ha sido demasiado largo, y preocupado por la situación en el Mediterráneo y el bloqueo de los puertos europeos”.
Los migrantes fueron recibidos en el puerto por trabajadores de los servicios de emergencias, médicos, voluntarios de Cruz Roja y psicólogos. Se asignó un traductor a cada uno y las autoridades trabajaban para determinar sus identidades antes de enviarlos a un centro de recepción. El primer migrante en desembarcar era un hombre sursudanés de 29 años.
Los migrantes están en estado de shock, explicó el subdirector de Emergencias del gobierno regional de Valencia, Jorge Suárez.
“Están muy aturdidos”, señaló Suárez. “Pónganse en su lugar, desembarcan y las primeras personas que los acogen están con máscaras”.
Las autoridades españolas dijeron que examinarán la situación de los migrantes caso por caso para ver si pueden optar al asilo según las regulaciones del país.
Sin embargo, debido a su dramática experiencia, España concederá a estos migrantes una “autorización especial” para que puedan quedarse en el país durante 45 días antes comenzar a resolver su situación legal, dijo Bernardo Alonso, oficial de la policía española.
Después, “serán tratados de acuerdo con nuestras leyes sin excepción”, resaltó el sábado el ministro de Fomento, José Luis Ábalos. “España actuará con sensibilidad y al mismo tiempo con la legalidad, y con la advertencia a Europa de que falta una política migratoria a la altura”, agregó Ábalos.
Los migrantes que van a bordo de la flota del Aquarius han tenido que pasar días cruzando el Mediterráneo y entre ellos hay 123 menores solos, 11 niños y al menos siete embarazadas. Tras la invitación de Madrid para atracar en Valencia, las autoridades italianas movilizaron al Dattilo y al Orione para ayudar en el traslado.
La negativa de Malta e Italia a recibir al Aquarius derivó en un pleito entre los socios de la Unión Europea por la gestión migratoria.
Según las leyes de asilo comunitarias –que están en el centro de una importante disputa política y están siendo revisadas — los migrantes deben solicitar asilo en el primer país europeo al que lleguen. En la práctica, esta política ha supuesto una gran carga migratoria para Italia y Grecia, a dónde en los últimos años han llegado cientos de miles de solicitantes de asilo.
El nuevo gobierno socialista de España ha tomado la causa de los migrantes rechazados para demostrar su compromiso con la protección de los derechos humanos y el respeto a la ley internacional.
En general, los 28 miembros de la Unión Europea no han acordado siquiera como gestionar la llegada de refugiados y migrantes a la región. El asunto ha supuesto una intensa presión a nivel nacional para la canciller de Alemania, Angela Merkel, provocó un enfrentamiento entre Francia e Italia, y llevó a naciones del Este como Hungría y Polonia a negarse a aceptar a migrantes.
La inmigración será un tema destacado en la cumbre de líderes de la UE que se celebrará el 28 y 29 de junio, y el nuevo gobierno populista de Italia _ cuyo ministro del Interior prometió deportar a decenas de miles de migrantes tan pronto como pueda _ complicará cualquier posible acuerdo en materia migratoria.
El buen clima provocó un repunte en el número de migrantes desesperados que se aventuran a cruzar por mar desde la costa africana al sur de España. El servicio de Salvamento Marítimo rescató a 986 personas que viajaban en 69 pequeñas embarcaciones en aguas del Estrecho de Gibraltar entre el viernes y el sábado. Las autoridades también recuperaron cuatro cadáveres.
Al menos 792 migrantes han fallecido tratando de cruzar el Mediterráneo en lo que va del año, de acuerdo con Naciones Unidas. En los cinco primeros meses de 2018, un total de 35,455 migrantes llegaron a costas europeas y 11,792 de ellos a España.
AP / OnCuba