Happy Birthday

El 4 de abril de 1968 un joven afro-americano se encontraba en un auto en una carretera de Detroit cuando escuchó la noticia por la radio: el reverendo Martin Luther King Jr. había sido asesinado a balazos en Memphis, Tennessee.

Considerado un prodigio musical, y en particular del R&B, ya tenía entonces en su haber éxitos como “Uptight (Everything’s Alright)”. Había nacido en 1950 como Stevland Hardaway Morris, pero se le conocía por un apelativo bastante menos sonoro: Stevie Wonder.

Días después, viajaría a Atlanta para participar en el funeral del Dr. King junto estrellas como Aretha Franklin, Eartha Kitt, Diana Ross, Marlon Brando, Sidney Poitier y Harry Belafonte, entre otras. Una de las expresiones de duelo más sonadas en los Estados Unidos de aquel momento; inmersos en una profunda crisis social, política y de sentido en medio de la guerra de Vietnam, el pacifismo, el hipismo, las protestas universitarias, el movimiento por los derechos civiles y las distintas apropiaciones de la palabra revolución, como se titulaba una tonada de Lennon y McCartney incluida en un single, al otro lado de “Hey Jude”, y versionada dos veces en el Álbum Blanco (1968).

El mismo año del crimen los legisladores afro-americanos John Conyers (D-Michigan) y Edward Brooke (R-Massachussets) introdujeron en el Congreso un proyecto de ley proponiendo hacer de la fecha de nacimiento de Luther King un día feriado a nivel nacional. Wonder lo apoyó sin vacilación, junto a otros músicos de la talla de Bob Marley y Michael Jackson, aunque tal vez sin imaginar que su activismo se vería desafiado por una de las cosas más difíciles en este mundo: la prueba del tiempo. La propuesta tuvo resistencia y terminó entonces muerta en el Congreso. Pero en 1969 varios sindicatos, en especial el de la planta de General Motors, Nueva York, se negaron a laborar en el aniversario de su llegada al mundo. También trabajadores de hospitales neoyorquinos se declararon en huelga ese día. El reclamo: feriado con paga.

Foto: Getty Images.

Una década más tarde, casi a la salida de su mandato, el presidente Carter apoyó la ley durante una visita a la Iglesia Bautista Ebenezer, en Atlanta, Georgia, donde King había ejercido su ministerio y prédica. Pero, igual, a contrapelo de poderosas fuerzas, tanto dentro como fuera del legislativo, encabezadas por el inevitable Jesse Helms para quien el reverendo había sido, simplemente, un agitador manipulado por los comunistas; etiqueta que los poderes establecidos muchas veces emplean para estigmatizar al otro y tratar de anular el cambio y la amenaza que casi todo lo nuevo significa.

Al año siguiente, con un Congreso todavía renuente, un nuevo mandatario conservador en Washington DC y una campaña liderada por el King Center, Stevie Wonder compondría “Happy Birthday”, dedicada a conmemorar el nacimiento del reverendo y a impulsar el día feriado una y otra vez pospuesto.

There ought to be a law against
Anyone who takes offense
At a day in your celebration
‘Cause we all know in our minds
That there ought to be a time
That we can set aside
To show just how much we love you.

We know the key to unity all people
Is in the dream that you had so long ago (happy birthday)
That lives in all of the hearts of people (happy birthday)
That believe in unity (happy birthday)
We’ll make the dream become a reality (happy birthday)
I know we will (happy birthday)

Because our hearts tell us so (happy birthday).

 

Stevie Wonder - Happy Birthday

Una respuesta a la oposición no solo del ya aludido congresista de Carolina del Norte (y sus alrededores), sino también a quienes argumentaban, como el propio presidente Reagan, que otro feriado sería muy costoso para el Gobierno Federal y proponían, en cambio, un programa de becas para jóvenes negros.

Gracias a esa campaña bien estructurada, se recogieron seis millones de firmas para que el Congreso aprobara la ley, no sin incidentes un poco fuertes que, en definitiva, contribuyeron a inclinar la balanza a favor de la propuesta. Finalmente, pasó la prueba. Ronald Reagan la firmó en noviembre de 1983, aunque el feriado no se implementaría hasta 1986.

Casi cuarenta años después aquella melodía sigue viva. Stevie Wonder acaba de reiterar su activismo, nunca dormido, al lanzar su primer tweet oficial el mismo día y a la misma hora del asesinato del líder afro-americano en el Motel Lorraine.

Y no ha estado solo en el empeño sino acompañado por Barack y Michel Obama, Lionel Richie, Elton John, Paul McCartney, Serena Williams, Tony Bennett y Marc Anthony, Gloria Estefan, entre otros, quienes dicen allí su sueño –una de las palabras claves en el ideario del Dr. King– en medio de un país polarizado y una coyuntura en el fondo no muy distinta a la de aquellos convulsos años sesenta.

No ha sido sino la punta del iceberg: la misma motivación que ha congregado a los manifestantes por este cincuenta aniversario de la muerte de King a través de toda la Unión frente al supremacismo, el nativismo y las vidas sesgadas por la Policía.

En el acto de Washington DC, una septuagenaria, Saundra Lucas, vestía un pulóver con la siguiente inscripción: Acabaré con el racismo –ahora. Había viajado desde Oklahoma para recordar el legado de King, inspirar a los más jóvenes a mantenerlo vivo y, sobre todo, a continuar su labor. “Fue un día triste”, le dijo a los medios. “Parecía como si todas las esperanzas hubieran desaparecido”. Después se congratuló de ver a una nueva generación, sobre todo a los sobrevivientes del tiroteo en Parkland, Florida, tomar las riendas y enfrentarse al poder.

“Ha habido un despertar”, declaró. “Esta nueva generación ha retomado su espíritu”.

Como cantando Happy Birthday.

I Have a Dream speech by Martin Luther King .Jr HD (subtitled)

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