El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), pidió este lunes en Washington DC a su par estadounidense Joe Biden que se rechace el “status quo” en la frontera, pero también elogió una relación con Estados Unidos pese a los desacuerdos políticos de alto perfil.
El mandatario mexicano se encuentra en una visita oficial de dos días a Estados Unidos, tras su negativa en asistir a la pasada Cumbre de las Américas en Los Ángeles.
En un largo comentario al comienzo de las reuniones con el presidente Biden, López Obrador se refirió a la política del New Deal de Franklin Delano Roosevelt y reprendió a los conservadores.
Asimismo exhortó a que Estados Unidos y México “deberían cerrar filas para ayudarse mutuamente” en medio del aumento de la inflación y los desafíos fronterizos, brutalmente subrayados por los 53 migrantes que murieron el mes pasado después de ser abandonados en el remolque de un camión en una carretera secundaria en San Antonio; Texas.
Aunque en el pasado no rehuyó las críticas estadounidenses, AMLO adoptó esta vez un tono positivo con su homólogo estadounidense, mientras elogiaba a la vicepresidenta Kamala Harris.
Biden fue igualmente conciliador y dijo: “Vemos a México como un socio igualitario” y restó importancia a las diferencias de opinión sobre la política con López Obrador: “Tú y yo tenemos una relación fuerte y productiva y diría que una asociación”.
Esta declaración contrastó significativamente con respecto al mes pasado, cuando López Obrador rechazó la invitación de Biden a la Cumbre de las Américas después de instar sin éxito a Estados Unidos a incluir en el encuentro a los líderes de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
El mandatario mexicano también calificó el apoyo de Washington a Ucrania en su guerra con Rusia como “un craso error” y criticó a Estados Unidos por entregar más rápidamente financiamiento militar al país europeo que ayuda financiera a América Central.
Hablando de las muertes de migrantes en Texas, que incluyeron personas de México y América Central, Biden dijo que “sabemos que tenemos que enfrentar estos desafíos juntos”.
El mandatario demócrata enfatizó que su país y México están de acuerdo en la necesidad de aumentar las oportunidades para la migración legal, especialmente porque más trabajadores pueden ayudar a aliviar la escasez de mano de obra en Estados Unidos y potencialmente aplacar el aumento de los precios.
“Es una estrategia comprobada que impulsa el crecimiento económico y reduce la migración irregular”, dijo Biden.
La inmigración ha sido un punto crítico político para Biden, ya que los republicanos han señalado el número creciente de personas de México y América Central que cruzan ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos, mientras critican a la Casa Blanca y a los congresistas demócratas por no hacer más para frenar el flujo de migrantes. López Obrador reconoció esas críticas, pero dijo que la situación en la frontera requerirá soluciones, no solo política.
“La salida no es a través del conservadurismo. La salida es a través de la transformación”, dijo. “Transformar, no mantener el statu quo”.
Altos funcionarios de la administración Biden dicen que la reunión conducirá a que ambos países anuncien acciones conjuntas para modernizar y mejorar la infraestructura a lo largo de partes clave de su frontera de 3.200 kilómetros, así como mejorar la cooperación policial contra el contrabando de fentanilo y promover la energía limpia.
Biden enfatizó que una “gran operación” contra los traficantes de fentanilo ha estado en marcha desde abril y ha dado lugar a más de 3.000 arrestos.
Sin embargo, pese al acuerdo sobre el intento de aumentar la migración legal, la administración Biden ha sido menos clara sobre cuánto instará a México a detener a las personas que se dirigen a su territorio para luego cruzar ilegalmente, una demanda clave del antecesor de Biden, el presidente Donald Trump.
A su vez, la vicepresidenta Kamala Harris, a quien se le ha encomendado la tarea de explorar las causas fundamentales de la inmigración en América Latina, también recibió a López Obrador en un desayuno el martes.
“El tiempo que pasé contigo en México fue muy especial para mí”, dijo la vicepresidenta, destacando la “amistad que ha sido tan importante para ambas naciones”.
“Ella es nuestra amiga”, señaló, por su parte, López Obrador. “Pero también una mujer con principios. Una mujer inteligente. Honesta. Partidaria de la igualdad. Así que felicito al pueblo estadounidense porque tiene una vicepresidenta de primer orden”.
“Siempre hemos estado hablando en beneficio de nuestros pueblos y de nuestras dos naciones. Hoy vamos a hacer exactamente lo mismo”, remarcó.