Al menos 61 personas murieron al producirse este lunes una explosión en una mezquita situada dentro del cuartel general de la policía en Peshawar, en el noroeste de Pakistán.
El incidente se produjo el mismo día en que estaba programada una visita a Islamabad del presidente de los Emiratos Árabes Unidos, Mohamed ben Zayed Al Nahyan. El desplazamiento fue anulado a última hora este lunes, oficialmente debido a las lluvias.
El martes está prevista la visita de una delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) para negociar un desbloqueo de un préstamo para evitar que el país caiga en una moratoria.
“De momento hemos recibido 61 cadáveres, y 60 personas heridas están recibiendo atención médica. Hay decenas más de heridos, que fueron enviados a otros dos hospitales de la ciudad”, dijo Muhammad Asim Khan, portavoz del hospital Lady Reading en Peshawar. El balance anterior era de 47 muertos.
La explosión se produjo durante la plegaria dentro de la mezquita, ubicada en un recinto que además del cuartel de policía también alberga las sedes de agencias de inteligencia.
La ciudad de Peshawar está cerca de la frontera con Afganistán. Las autoridades paquistaníes decretaron alerta máxima en todo el país.
En el lugar hay una vasta operación de rescate en marcha, lanzada por los bomberos con la ayuda de maquinaria para despejar los escombros.
Pero al caer la noche, había al menos cuatro hombres atrapados, visibles entre las grietas, junto con cuerpos que todavía no han sido retirados.
“Los terroristas quieren generar miedo golpeado a quienes tienen la labor de defender a Pakistán”, dijo el primer ministro Shehbaz Sharif en un comunicado.
“Quienes luchen contra Pakistán van a ser borrados de la faz de la tierra”, agregó. Según la policía, la explosión se produjo en la segunda fila de los fieles que estaban rezando.