Hoy lunes en Pakistán se estaba llevando a cabo una gran operación de rescate mientras la ayuda internacional empieza a llegar para hacer frente a las inundaciones provocadas por lluvias monzónicas que han causado más de 1 061 muertos.
Iniciadas en junio, las lluvias monzónicas “no tienen precedente en treinta años”, dijo el primer ministro, Shehbaz Sharif, durante una gira por zonas muy afectadas del norte para dirigir las operaciones de ayuda.
Más de 33 millones de habitantes se han visto afectados por las inundaciones. Cerca de un millón de viviendas quedaron destruidas o dañadas, según el gobierno.
Las autoridades seguían intentando acceder a los pueblos aislados en las zonas montañosas del norte del país, lo que hace temer un aumento del balance de víctimas.
Este año, la ministra del Cambio Climático, Sherry Rehman, lo calificó del “monzón monstruo de la década”.
Las lluvias de este año son comparables a las de 2010, en las que murieron unas 2 000 personas y dejaron casi una quinta parte del país anegado.
Expertos paquistaníes atribuyen estos fenómenos extremos al cambio climático y aseguran que el país sufre las consecuencias de prácticas medioambientales irresponsables en otras partes del mundo.
El gobierno decretó el estado de emergencia y pidió ayuda a la comunidad internacional. El domingo llegaron los primeros vuelos con ayuda humanitaria, procedentes de Turquía y Emiratos Árabes Unidos.
Estas inundaciones ocurren en un contexto muy complicado para Pakistán, cuya economía está por el suelo y atraviesa una profunda crisis política, después de que el primer ministro Imran Khan fuera derrocado en abril por una moción de censura en el Parlamento.