El Ejército de Israel y el grupo islamista Hezbollah, del Líbano, se atacaron mutuamente este domingo en una nueva escalada del conflicto entre ambas partes y en toda la región.
Los ataques israelíes contra lanzaderas de cohetes y posiciones de la milicia libanesa fueron catalogados de “preventivos” por Tel Aviv, y son los mayores desde 2006, de acuerdo con la agencia EFE.
Según Israel, sus bombardeos de esta madrugada se adelantaron a un ataque extensivo contra su territorio por parte de Hezbollah, en represalia al reciente asesinato de un alto jefe militar.
El portavoz del Ejército israelí, Daniel Hagari, confirmó que la Fuerza Aérea utilizó unos cien aviones de combate para atacar miles de lanzacohetes del grupo chiíta en el Líbano que apuntaban hacia Israel, con el objetivo de “frustrar un inminente ataque masivo”.
Al menos tres personas murieron como consecuencia de los bombardeos, según reportes de prensa. Más tarde este domingo se reportaron nuevos ataques en el sur libanés.
“Seguimos operando para frustrar amenazas en tiempo real”, aseguró el Ejército de Israel.
Por su parte, Hezbollah indicó que había lanzado hacia Israel más de 320 cohetes y drones como venganza por el asesinato de su máximo comandante militar, Fuad Shukr. La milicia afirmó que su represalia “ha sido completada y lograda por hoy”.
El grupo chií libanés Hizbulá anuncia el fin “por hoy” de su ataque de represalia contra Israel tras lanzar más de 320 cohetes y drones contra territorio israelí.
Ha sido su respuesta al asesinato de su máximo comandante militar, en julio en Beirut.https://t.co/Rh1MOe5dAq pic.twitter.com/sEVICSyNOG
— EFE Noticias (@EFEnoticias) August 25, 2024
El grupo dijo que esta fase de su operación se centró en atacar sitios militares israelíes que le impedirían interceptar una segunda andanada de ataques a un “objetivo deseado en lo profundo de la entidad”, aunque sin especificar cuál objetivo, refiere CNN.
En medio de estos acontecimientos, el gobierno israelí declaró el estado de emergencia militar y elevó la alerta a la población en toda la mitad norte del país, desde la altura de Tel Aviv, y también en los Altos del Golán ocupados, donde impuso “restricciones parciales”.
Llamados a la tregua
Luego de los ataques de este domingo, la misión de la ONU en el Líbano y los Cascos Azules urgieron tanto a Israel como a Hezbollah a acordar una tregua y abstenerse de “nuevas acciones que intensifiquen la violencia”.
“El único camino sostenible para avanzar es el retorno al cese de las hostilidades, seguido de la aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas”, afirma un comunicado conjunto, según el cual ambas entidades seguirán “manteniendo contactos para instar firmemente a que haya una desescalada”.
Mientras, el Gobierno libanés aseguró estar en contacto con diferentes actores regionales e internacionales para “detener la escalada” entre Israel y el grupo islamista, en tanto el Gobierno de Egipto llamó a mantener “la estabilidad en Líbano” ante la oleada de ataques cruzados.
En estas circunstancias, Tel Aviv se ha apresurado a justificar sus ataques y a pedir ayuda a los aliados occidentales, en tanto advirtió a Hezbollah y sus aliados de acciones más fuertessi continúan los ataques a su territorio.
A quien nos haga daño, nosotros le haremos daño”, advirtió el primer ministro Benjamín Netanyahu, y añadió que su Gobierno hará “todo lo posible para proteger el país”.
Esta escalada bélica, con el mayor intercambio de fuego entre Israel y Hezbollah en dos décadas, ocurre a las puertas de nuevas negociaciones en El Cairo para un alto el fuego en Gaza.
Aunque sin mucho optimismo, la comunidad internacional presiona a Israel y Hamás por un acuerdo que evite una expansión del conflicto en la región, con la posible entrada de Irán y otros países, permita la liberación de los rehenes israelíes y brinde alivio a la diezmada población del enclave palestino.