Ayer, durante 88 minutos, el presidente Donald Trump volvió a provocar al público –no solo en Estados Unidos– en su primer y largo discurso sobre el Estado de la Unión.
Su principal argumentación giró en torno al “sueño americano”, interpretado por él en clave nacionalista, confrontacional y conservadora.
Muchos han llamado la atención en las diferencias entre el sueño americano, fundado en ideales de libertad, y los sueños de Trump quien se enfoca habitualmente en cerrar fronteras, criticar a los inmigrantes, alentar el desarrollo de arsenal nuclear, establecer barreras de comercio.
A Cuba la mencionó al recordarle al Congreso que su gobierno ha impuesto “duras sanciones” a la Isla.
También informó que recién había firmado una orden dando instrucciones para mantener abiertas la cárcel en la base militar de Estados Unidos en Guantánamo.
¿Qué más dijo Trump? En 8 tópicos se pueden sintetizar los “batallas” trumpistas que están definiendo el rumbo de la nación norteamericana.
1. El estilo americano
Esta noche, quiero hablar sobre el tipo de futuro que vamos a tener, y sobre el tipo de nación que vamos a ser. Todos nosotros, juntos, como un equipo, un pueblo y una familia estadounidense.
Todos compartimos la misma casa, el mismo corazón, el mismo destino y la misma gran bandera estadounidense.
Juntos, estamos redescubriendo el estilo americano.
2. Malos tratados comerciales
Estados Unidos ha pasado también página por fin a décadas de tratados comerciales injustos que sacrificaban nuestra prosperidad y se llevaban nuestras empresas, nuestros puestos de trabajo y la riqueza de nuestra nación.
La era de la rendición económica ha terminado.
De ahora en adelante, esperamos que las relaciones comerciales sean equitativas y recíprocas.
Trabajaremos para enmendar los malos tratados comerciales y negociar otros nuevos.
Y protegeremos a los trabajadores estadounidenses y la propiedad intelectual estadounidense mediante una firme aplicación de nuestras normas comerciales.
3. Con manos estadounidenses
Esta noche, hago un llamamiento al Congreso para que elabore una ley que destine al menos 1,5 billones de dólares para invertir en las nuevas infraestructuras que necesitamos.
(…) Juntos, podemos recuperar nuestra herencia como constructores. Construiremos flamantes carreteras, puentes, autopistas, vías férreas y vías fluviales por toda nuestra tierra. Y lo haremos con corazón estadounidense, con manos estadounidenses y con agallas estadounidenses.
4. Una nación compasiva
Las comunidades en apuros, en especial las comunidades de inmigrantes, recibirán también ayuda mediante políticas migratorias centradas en lo que resulte más beneficioso para los trabajadores y las familias estadounidenses.
Durante décadas, la apertura de fronteras ha permitido que drogas y bandas entren en masa en nuestras comunidades más vulnerables. Han permitido que millones de trabajadores con bajos salarios compitan por puestos de trabajo y sueldos con los estadounidenses más pobres. Y lo más trágico es que han causado la pérdida de muchas vidas inocentes.
(…) Estados Unidos es una nación compasiva. Estamos orgullosos de hacer más que cualquier otro país para ayudar a los necesitados, a los que están en apuros, a los desfavorecidos de todo el mundo. Pero como presidente de Estados Unidos, mi mayor lealtad, mi mayor compasión, y mi constante preocupación van dirigidos a los niños estadounidenses, a los trabajadores estadounidenses que pasan apuros, y a las comunidades olvidadas de Estados Unidos. Quiero que nuestros jóvenes crezcan y logren cosas grandes. Quiero que nuestros pobres tengan la oportunidad de medrar.
5. Debemos modernizar y reconstruir nuestro arsenal nuclear
En todo el mundo, nos enfrentamos a regímenes díscolos, a grupos terroristas y a rivales como China y Rusia que desafían nuestros intereses, nuestra economía y nuestros valores. Sabemos que, a la hora de hacer frente a estos peligros, la debilidad es la senda más segura hacia el conflicto, y una fuerza sin par es el medio más seguro para defendernos.
Por esta razón, le pido al Congreso que ponga fin al peligroso secuestro de la defensa y que financie totalmente a nuestras grandes Fuerzas Armadas.
6. Los terroristas no son meros criminales
Como parte de nuestra defensa, debemos modernizar y reconstruir nuestro arsenal nuclear, que, con suerte, nunca tendremos que utilizar, pero que deberá ser tan fuerte y poderoso que disuada cualquier acto de agresión. Quizás algún día, en el futuro, habrá un momento mágico en el que los países del mundo se pongan de acuerdo para eliminar sus armas nucleares. Por desgracia, todavía no hemos llegado a ese punto.
Los terroristas que hacen cosas como colocar bombas en hospitales civiles son malvados. Cuando es posible, los aniquilamos. Cuando sea necesario, debemos ser capaces de detenerlos y de interrogarlos. Pero debemos ser claros: los terroristas no son meros criminales. Son unos combatientes enemigos ilegales. Y cuando los capturamos en el extranjero, deberían ser tratados como los terroristas que son.
En el pasado, hemos liberado estúpidamente a centenares de terroristas peligrosos, solo para encontrarnos con ellos otra vez en el campo de batalla, entre ellos el líder del EI, Al Baghdadi.
7. Una campaña de máxima presión
La temeraria carrera de Corea del Norte por conseguir misiles nucleares podría ser muy pronto una amenaza para nuestra patria.
Estamos llevando a cabo una campaña de máxima presión para impedir que eso suceda.
Las experiencias del pasado nos han enseñado que la complacencia y las concesiones solo invitan a la agresión y a la provocación. No repetiré los errores de pasados Gobiernos que nos han llevado a esta peligrosa posición.
8. El pueblo soñó este país
Los estadounidenses llenan el mundo de arte y de música. Superan los límites de la ciencia y del descubrimiento. Y siempre nos recuerdan lo que nunca deberíamos olvidar: el pueblo soñó este país, el pueblo construyó este país y es el pueblo el que va a hacer que EE UU sea grande otra vez.
Mientras nos sintamos orgullosos de quiénes somos y por lo que luchamos, no hay nada que no podamos lograr.
Mientras tengamos confianza en nuestros valores, fe en nuestros ciudadanos y seguridad en nuestro Dios, no fracasaremos.