El Telescopio espacial James Webb de la NASA capturó una imagen impresionante de los restos de dos galaxias que choraron entre sí hace unos 500 millones de años.
La imagen, publicada el 3 de julio, muestra una estructura formada por dos galaxias antiguas en proceso de colisión.
La galaxia NGC 3256 puede parecer una galaxia espiral sencilla, dicen los expertos, pero este peculiar objeto cósmico todavía tiene cicatrices de sus tumultuosos comienzos. “Esta galaxia distorsionada es el desecho de una colisión frontal entre dos galaxias espirales que probablemente ocurrió hace 500 millones de años”, según una publicación de la NASA.
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Gracias a sus potentes cámaras infrarrojas, el telescopio pudo observar el corazón de esa galaxia, ubicada a unos 120 millones de años luz de la Tierra. Se espera que las galaxias espirales sean ordenadas. Pero esta no lo es. Tiene nubes muy brillantes de polvo y estrellas.
De acuerdo con los científicos, eso se debe a que el choque provocó que dos nubes de gas se fusionaran violentamente, produciendo las materias primas necesarias para crear estrellas. Así se originó “un enorme estallido de formación de estrellas”, dijo la Agencia Espacial Europea (ESA) en un comunicado.
Debido a que estas estrellas son relativamente nuevas, “irradian enormemente en longitudes de onda infrarrojas”, lo cual resulta visible en la imagen de intensos colores naranja y rojo.
La imagen también muestra que si bien la mayoría de las estrellas existentes sobrevivieron al choque, algunas fueron expulsadas violentamente de la galaxia, dijo la NASA.
Los científicos observarán estas imágenes para comprender qué sucede cuando dos galaxias chocan. Esta imagen podría ayudar a resolver el misterio de cómo los agujeros negros supermasivos pueden crecer hasta miles de millones de veces el tamaño del sol.