El presidente Donald Trump, presentado en un nuevo libro como un líder incapaz de comprender la magnitud de su cargo en la Casa Blanca, acudió a Twitter el sábado para defender su aptitud mental y jactarse de su inteligencia, diciendo que es “inteligente de veras” y un “genio estable”.
Trump publicó una serie de tuits desde el retiro presidencial de Camp David, en Maryland, unas horas antes de celebrar reuniones sobre la agenda legislativa de 2018 con líderes republicanos en el Congreso y miembros de su gabinete.
….Actually, throughout my life, my two greatest assets have been mental stability and being, like, really smart. Crooked Hillary Clinton also played these cards very hard and, as everyone knows, went down in flames. I went from VERY successful businessman, to top T.V. Star…..
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 6 de enero de 2018
Este fue su contraataque más reciente contra el libro del escritor Michael Wolff “Fire and Fury: Inside the Trump White House” (Fuego y furia: la Casa Blanca por dentro). El libro hace un retrato despectivo del 45º presidente de Estados Unidos, mostrándolo como un hombre indisciplinado con el temperamento de un niño que en realidad no quería ganar la Casa Blanca y que pasa las noches comiendo hamburguesas en la cama, mirando televisión y hablando por teléfono con sus viejos amigos.
El libro cita también al antiguo estratega en jefe de Trump, Steve Bannon, y a otros consejeros prominentes que ponen en duda la aptitud del presidente.
Trump contestó el sábado que él no tiene nada de eso.
Tuiteó que sus detractores están “acudiendo al viejo manual de Ronald Reagan para chillar sobre la estabilidad mental y la inteligencia”.
El presidente aseguró: “En realidad, a lo largo de mi vida, mis dos virtudes principales han sido la estabilidad mental y ser, o sea, inteligente de veras”.
Trump agregó que haber pasado de un empresario exitoso a estrella de un show reality de televisión a presidente en su primer intento “no calificaría como inteligente, sino como genial… y en verdad un genio muy estable”.
Reagan murió en 2004, a los 93 años, de neumonía complicada por el mal del Alzhéimer. En ocasiones, cuando era presidente, parecía olvidadizo y solía perder el hilo cuando hablaba. Sin embargo, los médicos no lo atribuían al Alzhéimer, que le fue diagnosticado tiempo después.
Trump, que ahora tiene 71 años, fue el presidente de mayor edad al asumir. Reagan tenía ocho meses menos.
Las conjeturas sobre la aptitud mental de Trump para el cargo se han intensificado en los últimos meses, tanto en programas de noticias por cable como entre los demócratas en el Congreso.
La portavoz de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders calificó días atrás estas conjeturas de “vergonzosas y risibles”.
“Si él no fuera apto, probablemente no estaría sentado ahí y no habría derrotado al grupo más calificado de candidatos que el Partido Republicano haya visto”, agregó, asegurando que su jefe es “un líder increíblemente fuerte y bueno”.
A principios de diciembre, la Cámara de Representantes votó abrumadoramente a favor de aniquilar una resolución presentada por un demócrata liberal para tratar de impugnar a Trump. El representante Al Green, demócrata por Texas, alegaba que Trump había asociado su presidencia con causas arraigadas en el fanatismo y el racismo.
Para respaldar su afirmación Green citó incidentes como el hecho de que Trump culpó a ambos bandos por la violencia en una sangrienta manifestación de supremacistas blancos en Charlottesville, Virginia, y de que compartió en redes sociales videos de odio racial y antimusulmanes publicados en línea por un grupo de extremistas británicos.
La líder de la bancada demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y Steny Hoyer, demócrata por Maryland, dijeron en una declaración poco antes de la votación que aunque “se han planteado dudas legítimas sobre su aptitud para dirigir esta nación”, argumentaron que “ahora no es el momento de considerar los artículos de destitución”.
AP / OnCuba
“Trump nos superó en inteligencia a todos nosotros” ( Michael Moore )