Donald Trump expresa frustración en torno a un programa de sorteo de visas que, según él, permite que otros países envíen gente indeseable a Estados Unidos. Eso sencillamente no es así.
El presidente tergiversa lo que sucede con el programa constantemente. Lo hizo el mes pasado en su informe anual sobre el Estado de la Unión y volvió a hacerlo este fin de semana, en Fox News. Lo único acertado que dice es que hay un sorteo y que el programa no se basa en los méritos del postulante. Pero otros países no tienen voz ni voto en este proceso y el sorteo no es tan al azar como lo describe.
Un vistazo a sus comentarios y a la realidad
Trump: “Tenemos un sistema en el que vas a un país y tienen loterías para [decidir] quién viene a Estados Unidos. Es sabido que no van a inscribir a su mejor gente en la lotería, porque no quieren colocar a su mejor gente en la lotería. No quieren que los buenos se vayan… Nosotros queremos gente en base a sus méritos. No gente que es metida en un cesto. Mucha de esa gente no es la gente que tú quieres en el país, créeme”. (Entrevista telefónica con Fox News el sábado por la noche).
Pero el sorteo no funciona así.
El programa es administrado por el gobierno estadounidense. Otros países no seleccionan personas indeseables para colocarlas en un “cesto” y enviarlas a Estados Unidos. Los mismos participantes en el sorteo son quienes deciden inscribirse.
Trump también se equivocó al decir en su informe anual al Congreso que el programa “selecciona al azar [a los receptores de] tarjeta verde [de residente], sin tomar en cuenta aptitudes, méritos o la seguridad de nuestra población”.
El que el programa aborde como se debe esos temas puede discutirse. Pero no es correcto decir que no se haga nada al respecto.
Algunos de los requisitos para los postulantes es haber terminado la secundaria o tener al menos dos años de experiencia en una serie de áreas identificadas por el Departamento del Trabajo.
De entre los postulantes de ciertos países que satisfacen esos requisitos, el Departamento de Estado selecciona al azar una pequeña cantidad de ganadores. Y no todos los sorteados recibirán visas, ya que deben competir por una cantidad reducida de visas presentando sus solicitudes rápidamente. Y quienes son seleccionados, deben someterse a una serie de revisiones de antecedentes, igual que cualquier otro inmigrante.
Se hacen sorteos en la mayoría de los países, con excepción de una veintena, incluidos México, Canadá y la India, que tienen altas tasas de emigración a Estados Unidos. El objetivo principal del programa es promover la diversidad de la población inmigrante facilitando la llegada desde rincones del mundo que no están muy representados.
En el sorteo de 2015, el Departamento de Estado seleccionó al azar más de 125,000 personas que satisfacían los requisitos iniciales. La lista la encabezaban ciudadanos de Camerún, Liberia, el Congo, Irán y Nepal, que recibieron 5,000 posibles visas cada uno.
El gobierno terminó aceptando 50,000, de entre los millones de personas que se inscriben anualmente.
El programa fue creado con amplio apoyo tanto de demócratas como de republicanos. En 1990 la Cámara de Representantes aprobó una reforma integral a las leyes de inmigración que contenía el programa y la legislación recibió luego 89 votos a favor y solo nueve en contra en el Senado.
Ahora, sin embargo, Trump y otros republicanos como él quieren eliminar el programa y limitar la inmigración de familiares. Proponen en cambio restringir la inmigración a personas que satisfacen ciertos requisitos de educación y aptitudes.
AP / OnCuba