El periodista cubano Gilberto Dihigo presentó hoy en Torreón, México, el libro “Mi padre, el inmortal” que destaca el lado humano del jugador de béisbol Martín Dihigo, quien brilló en las ligas negras y en las de México, Venezuela y República Dominicana.
Considerado uno de los grandes jugadores de béisbol del siglo XX, Dihigo fue capaz de jugar bien todas las posiciones pero no llegó a las Grandes Ligas porque en sus tiempos no se permitían a peloteros de raza negra.
“Sus números, pero sobre todo sus historias humanas son la base de este libro dedicado al gran hombre que fue mi padre”, aseguró Gilberto Dihigo, un jugador de baloncesto retirado con más de 30 años como periodista.
En uno de los 83 capítulos de la obra, el autor cuenta la obsesión de su padre por las buenas maneras en la mesa, lo cual trató de transmitir a sus hijos, a veces de manera radical.
“Una vez, a la hora de la sopa, me dijo que la boca no se lleva a la cuchara, sino al revés y que la sopa no se sopla, no le hice caso y terminé con la cabeza metida en el plato”, recordó Dihigo al referirse a una de las historias contadas en el libro.
Martín Dihigo, hijo del sargento del Ejército Mambí Benito Dihigo, nació en Matanzas, Cuba, el 25 de mayo de 1906 y poco después de los 15 años mostró un raro talento para el béisbol, con habilidades de buen lanzador y poder ofensivo, dos cualidades imposibles de encontrar hoy en día en un mismo jugador.
En 1938 logró la proeza de ser líder de los bateadores de la Liga Mexicana con el Águila de Veracruz al batear para .387 y a la vez ganar la triple corona de los lanzadores con 18 juegos ganados, dos perdidos, 184 ponches propinados y una efectividad de 0.90 carrera limpia por juego, hazaña que repitió en 1942 con la Unión Laguna con 22 victorias, siete reveses, 211 ponches y efectividad de 2.53.
En la presentación, que contó con la presencia de los jugadores de Grandes Ligas ya retirados Enrique Romo y Horacio Piña, el escritor destacó el amor de su progenitor por la ciudad de Torreón, donde jugó en la Liga Mexicana y explicó que al hacer la presentación del libro allí, cumplió un deseo de su padre.
“Una vez me dijo que debía conocer Torreón; entonces yo no tenía idea de la ciudad; hoy he cumplido su deseo y me impactó el cariño de la gente por mi papá tantos años después”, señaló el escritor, residente en Orlando, Estados Unidos.
El volumen “Mi padre, el inmortal” está a la venta en www.amazon.com en las versiones digital y en pasta dura.
EFE / OnCuba
pero por favor, se debe aclarar que ese de la foto no es gilbertico. ese debe ser el mayor que siempre, o casi, vivio en cienfuegos. gilberto no tiene la edad para estar con su padre pelotero
Tiene razón el lector Leonardo el de la foto es Martincito, no Gilberto