En una de las denuncias más vívidas que se hayan hecho contra Harvey Weinstein, Salma Hayek dice que el desacreditado magnate del cine convirtió en una pesadilla la producción de su proyecto de pasión, la cinta biográfica de 2002 sobre Frida Kahlo, “Frida”, luego que la actriz rechazó sus múltiples propuestas sexuales.
“Por años, él fue mi monstruo”, escribió Hayek en una carta abierta publicada el miércoles por el New York Times.
Harvey Weinstein era un cinéfilo apasionado, alguien que tomaba riesgos, un promotor del talento fílmico, un padre amoroso y un monstruo.
Durante años, fue mi monstruo.
En este otoño me abordaron reporteros que dieron con mi nombre por varias fuentes, incluida mi querida amiga Ashley Judd, para hablar sobre un episodio de mi vida que, aunque es doloroso, pensé que había superado.
Me había lavado el cerebro a mí misma, convenciéndome de que ya se había acabado y que había sobrevivido; eludí la responsabilidad de pronunciarme en público al respecto con la excusa de que ya había suficiente gente involucrada en poner los reflectores sobre ese monstruo personal. No pensé que importara mi voz o que usarla haría la diferencia.
La verdad es que intentaba protegerme del desafío de explicarle varias cosas a mis seres queridos: por qué, cuando mencioné de manera casual que había sido atosigada por personas como Harvey, no di todos los detalles. Y por qué durante tantos años había mantenido una relación cordial con un hombre que me hirió de manera tan profunda. Estoy orgullosa de mi capacidad para perdonar, pero el simple hecho de que estaba apenada por tener que describir los detalles de eso que había perdonado me hizo preguntarme si realmente había hecho las paces con ese momento de mi vida.
Sus negativas a masajes, duchas y relaciones sexuales lo encolerizaban, escribió Hayek. “No creo que él odie nada más que la palabra ‘no'”.
Hayek, que en los años 90 actuó en múltiples películas distribuidas por la empresa Miramax de Weinstein, le dio crédito por haberla ayudado a comenzar su carrera, pero dijo que Weinstein se le aparecía en la puerta “a cualquier hora de la noche, hotel tras hotel, locación tras locación”.
No me importaba el dinero; estaba extremadamente emocionada por trabajar con él y con la empresa. En mi ingenuidad pensé que se había cumplido mi sueño. Había validado los últimos catorce años de mi vida y había apostado por mí, la “nadie”. Dijo que sí.
No sabía que muy pronto yo tendría que decir no.
No a abrirle la puerta a cualquier hora de la noche en hotel tras hotel y locación tras locación donde se aparecía inesperadamente, incluido un sitio en el que estaba rodando una película en la que él ni siquiera estaba involucrado.
No a bañarme con él.No a dejarlo que me viera bañarme.
No a dejarlo que me diera un masaje.
No a que un amigo suyo, desnudo, me diera un masaje.
No a dejarlo que me hiciera sexo oral.
No a desnudarme junto con otra mujer.
No, no, no, no, no…
Con cada rechazo surgía la ira maquiavélica de Harvey.
No creo que odiara nada más que la palabra “no”. Las demandas absurdas iban desde recibir una llamada iracunda a la mitad de la noche en la que me pedía que despidiera a mi agente por una pelea que tenían sobre una película distinta con otro cliente a sacarme de una gala de estreno en el Festival de Cine de Venecia, que fue organizada por Frida, para estar en una fiesta privada con él y unas mujeres que pensé que eran modelos pero después me enteré que eran prostitutas.
Cuando Hayek le presentó a Miramax “Frida” para que la distribuyera, Weinstein le exigió cosas prácticamente imposibles. La actriz mexicana dijo que Weinstein insistió en que reescribiera el guion, consiguiera mayor financiamiento y, lo más vil para ella, agregara una escena de sexo con desnudo frontal total. Incluso llegó a amenazarla de muerte, dijo.
Con el fin de terminar lo que para ella era un proyecto de amor, Hayek aceptó. Pero dijo que sufrió una crisis nerviosa mientras rodaban la escena. “Mi cuerpo no paraba de llorar y convulsionar”, escribió Hayek.
“No era porque iba a estar desnuda con otra mujer”, escribió. “Era porque iba a estar desnuda con ella para Harvey Weinstein”.
Me ofreció una opción si quería continuar. Me dejaría terminar el filme si acordaba tener una escena de sexo con otra mujer. Y demandó que hubiera desnudez total vista desde enfrente.
Había estado pidiendo constantemente que se viera más piel, que hubiera más sexo. En una ocasión Julie Taymor logró que se contentara con un tango que terminaba en un beso en vez de la escena de un encuentro sexual que quería que grabáramos entre Tina Modotti, interpretada por Ashley Judd, y Frida.
Pero esta vez me quedó claro que nunca me dejaría terminar la película sin cumplirle su fantasía, de algún modo u otro. No había cómo negociar.
Tuve que decir que sí. Para ese momento le había dedicado muchos años de mi vida a hacer esta película. Ya era la quinta semana de grabación y había convencido a tanta gente talentosa de participar. ¿Cómo iba a dejar que su magnífico trabajo se fuera a la basura?
Había pedido tantos favores y sentía una presión fuertísima para cumplir, al igual que un sentimiento profundo de gratitud por todos aquellos que creían en mí y me siguieron en el camino de la locura. Entonces accedí a hacer esa escena sin sentido.
Estaba en el set ese día que íbamos a grabar la escena que pensaba iba a salvar la película cuando, por primera y última vez en mi carrera, me derrumbé. Mi cuerpo empezó a temblar incontrolablemente, me quedé sin aliento y comencé a llorar y llorar sin poder detenerme como si estuviera vomitando lágrimas.
Dado que quienes me rodeaban no tenían conocimiento de mi historial con Harvey se sorprendieron mucho esa mañana al verme batallar. No era porque iba a estar desnuda con otra mujer. Era porque iba a estar desnuda con otra mujer por Harvey Weinstein. Pero no podía decirles eso.
Aun así, Weinstein inicialmente se negó a estrenar el filme, pero eventualmente se ablandó ante la presión de la directora Julie Taymor y de Hayek. “Frida” llegó a recaudar 56,3 millones de dólares a nivel mundial y fue nominada a seis premios Oscar, dos de los cuales ganó.
En un comunicado difundido a través de un portavoz, Weinstein negó la descripción que Hayek hace de su relación y dijo que las desavenencias en la producción de “Frida” fueron “fricción creativa”.
“Las acusaciones sexuales descritas por Salma no son precisas, y otros que atestiguaron los eventos tienen una explicación diferente de lo ocurrido”, señala el comunicado.
“El señor Weinstein no recuerda haber presionado a Salma para que hiciera una escena sexual injustificada con una coestrella femenina, y no estuvo presente en la filmación”, agrega. “No obstante, eso era parte de la historia, ya que Frida Kahlo era bisexual, y la escena sexual más significativa de la película fue coreografiada por la señorita Hayek y Geoffrey Rush.”
Docenas de mujeres han acusado a Weinstein de acoso sexual, y numerosas mujeres han dicho que el productor las violó. Weinstein, actualmente investigado por abuso sexual en cuatro ciudades, ha negado cualquier denuncia de sexo no consensual.
“¿Por qué tantas de nosotras, como artistas, tenemos que ir a la guerra para contar nuestras historias cuando tenemos tanto que ofrecer? ¿Por qué tenemos que pelear con uñas y dientes para mantener nuestra dignidad?”, escribió Hayek. “Creo que es porque nosotras, como mujeres, hemos sido devaluadas artísticamente a un estado de indecencia, al punto de que la industria del cine dejó de hacer un esfuerzo por averiguar qué quiere ver el público femenino y qué historias queremos contar”.
El comunicado de Harvey Weinstein:
“El Sr. Weinstein considera a Salma Hayek como una actriz de primera clase y la incluyó en varias de sus películas, entre ellas Once Upon a Time in Mexico, Dogma y Studio 54. Estaba muy orgulloso de su nominación a Mejor Actriz de la Academia por Frida y continúa apoyando su trabajo”.
“Mientras que Jennifer López estaba interesada en interpretar a Frida y en ese momento era una estrella más grande, el Sr. Weinstein invalidó a otros inversionistas para respaldar a Salma para el papel principal. Miramax colocó la mitad del dinero y todo el P&A (prensa y promoción publicitaria); el presupuesto fue de más de 12 millones de dólares. Como en la mayoría de los proyectos de colaboración, hubo fricción creativa en Frida, pero sirvió para llevar el proyecto a la perfección. La película se estrenó en varios teatros y fue apoyada por una gran campaña publicitaria y un enorme presupuesto de los Premios de la Academia”.
“El Sr. Weinstein no recuerda presionar a Salma para que haga una escena sexual gratuita con una coestrella femenina y él no estuvo allí para la filmación. Sin embargo, eso fue parte de la historia, ya que Frida Kahlo era bisexual y la escena sexual más significativa en la película fue coreografiada por la Sra. Hayek y Geoffrey Rush. La uniceja original utilizada fue un problema porque desvió la atención de las actuaciones. Todas las acusaciones sexuales retratadas por Salma no son precisas y quienes fueron testigos de los eventos tienen una explicación diferente de lo que ocurrió”.
“Ed Norton, quien era el novio de la Sra. Hayek en ese momento, (trabajó con el Sr. Weinstein en la reescritura del guión en México) hizo un brillante trabajo de reescritura del guión y el Sr. Weinstein luchó contra el WGA (el gremio de guionistas) para obtener un crédito en el película. Su esfuerzo no tuvo éxito para la desilusión de todos”.
“Por propia confesión del Sr. Weinstein, su comportamiento grosero después de la proyección de Frida fue provocado por su decepción en el corte de la película, y una razón por la que tomó con mano firme la edición final, junto a la muy hábil directora Julie Taymor”.
AP / OnCuba