Mientras algunas tiendas importantes han decidido limitar la venta de armas de asalto después del tiroteo el mes pasado en una escuela de Florida, otros establecimientos las siguen ofreciendo como de costumbre.
Cadenas de tiendas de artículos para actividades al aire libre como Bass Pro Shops, Cabela’s, Gander Outdoors y Academy Sports siguen vendiendo fusiles de asalto en locales e internet como parte de su extenso equipamiento para cazar. La decisión contrasta con Dick’s Sporting Goods, que hace poco prohibió los fusiles de asalto, y con Walmart, que dejó de vender fusiles en 2015 y ahora ya no venderá armas ni municiones a personas menores de 21 años.
Las tiendas de campismo y cacería tratan de mantenerse bajo el radar en este denso clima político. Bass Pro Sports–dueño de Cabela’s– y las firmas propietarias de Gander Outdoors y Academy Sports no respondieron a las solicitudes que les hizo The Associated Press para comentar al respecto. Pero las tiendas evidentemente han calculado que podrían perder más si adoptan la misma postura contra las armas de asalto.
“Ellos no están interesados en ser guerreros culturales y probablemente estén esperando”, dijo Raphael Thomadsen, profesor asociado en la Facultad de Economía Olin en la Universidad de Washington en St. Louis. “Nadie quiere estar al centro de esto”.
Los locales para actividades al aire libre están en una posición difícil. Los cazadores recurren mucho a ellos y cualquier paso podría dañar sus ventas y alejar a clientes leales.
“No creo que nuestros derechos deban ser impugnados debido a las malas acciones de otros”, dijo Sherry Lindamood, quien acudió a comprar al Cabela’s en Dundee, Michigan, acompañado de su nieta. Ella tiene una pistola y dijo que no le gustan los fusiles de asalto, pero opina que Cabela’s tiene derecho de venderlos.
Un recorrido casual por Cabela’s reveló la fuerza del negocio de las armas para la tienda. No había muchas personas viendo los anaqueles de ropa o el equipo de campamento en el establecimiento de 20,900 metros cuadrados (225,000 pies cuadrados). Pero en el primer piso, donde se encuentran exhibidas las armas, había 13 personas esperando a ser atendidas. Esta zona tiene incluso su propia área de cajas.
Thomadsen dijo que estas tiendas posiblemente han calculado que tienen más clientes pro-armas que anti-armas, y no pueden permitirse alejar a esa base. Incluso si prohibieran las armas de asalto, posiblemente no tengan mucho aumento en sus ventas con los clientes que no les gustan las armas, quienes de cualquier forma casi no visitan las tiendas de cacería.
AP / OnCuba