Hace un año, en Varadero, en La Habana, a donde quiera que iba, oía por todos lados que “ella tiene una amiguita que vive en Hialeah” y que “to’ lo’ fines de semana ta’ metía en el southwezzzzzzt”. Yo afinaba el oído para entender algo más. No todo me lo llevé al vuelo, pero logré saber que se trataba de una crónica de vida cotidiana —sociología de reparto—, sobre la nueva vida en Miami a donde tantos cientos de miles de cubanos han llegado en los últimos años y que, reinstalados, están construyendo su día a día (y sus noches de farra) no ya como invitados, sino dejando su huella en las formas y estilos que se llevaron de la isla.
En aquellos días de sol inclemente, bajo una sombrilla y frente al mar, recuerdo haberme fijado especialmente en un grupo de cubanos en el que se notaba la reunión de gente de las dos orillas. Evidentemente los “de allá” habían invitado a “los de acá” a vacacionar, como se debe, en familia, en “la playa más linda”. Bailaban y cantaban aquella música con frenesí, y los rusos y canadienses que estaban por allí se quedaban un poco en Belén.
Los de animación del hotel la hacían sonar una y otra vez, —un reguetón en ritornello—, para que los cubanos la gozaran como en un ritual de identidad e hicieran la fiesta ellos solos, dejándose sentir.
Pasó todo el tiempo que pasó y no averigüé más, ni oí más la canción, ni supe apenas quién la cantaba, después de haber vuelto a mi otra vida a más de 7 mil kilómetros. (De esos terrenos musicales casi no tengo idea, aunque suelo enterarme de algunos estribillos).
Llegaron entonces estos días fatales en que El Taiger, conectado a máquinas en el hospital, trata de sobrevivir a un balazo en su cabeza.
Nunca, como ya dije, había reparado en sus canciones, ni en sus polémicas o tiraderas, ni en su prontuario policial. No tenía claro que él era el “bonito, apuesto y todo lo demás, por supuesto”. Ahora le pongo cara y compasión, desgraciadamente, al mismo tiempo, al recuerdo de su música.
Las circunstancias actuales me han dejado conocer sobre sus conciertos en Cuba y en Miami —algo que no todos se atreven a hacer, enredados en excusas políticas— y en sus relaciones de admiración mutua con tantos artistas cubanos, dentro o fuera del llamado reparto.
Al margen de todas las declaraciones de sus compañeros del género urbano —así habló uno de ellos que estuvo en el Jackson para demostrar su solidaridad—; más allá de los cariños y palabras de aliento que están circulando de teléfono en teléfono; y mientras trato de evitar los chismes insanos y a los animalejos destestables que están haciendo zafra a punta de fakes en las redes sociales.
Más allá de todo eso, digo, lo que más me ha impresionado hasta ahora, ante la incertidumbre de si podrá o no sobrevivir, es la simultaneidad de un sentimiento que cruza el mar que separa a los cubanos: una vigilia en Miami, en las afueras del hospital, con profusión de velas encendidas, cantos y bailes, padrenuestros, entre mayores y niños, hombres y mujeres. Y otra pequeña vigilia en Malecón y 23, donde la gente se reunió a escuchar las canciones, a dejar el fuego de alguna vela que se le resta al apagón más que probable de hoy; a orar, también, por la vida de José Manuel Carbajal Zaldívar.
Otra vez, del southwezzzzzzt a La Habana, ida y vuelta.
Reparto, regueton , “música urbana”, fogón pique, benjovina, karpaty, jalonada de población, vulgaridad, irrespeto, violencia, grosería. Todos sinónimos y me faltan.
El fatídico hecho de este disparo sobre la humanidad del Taiger, un cubano con piel y alma de cubano, está dejando en el espacio el dolor de sus amigos y fans y también en los que no estamos muy al tanto de este género y del artista. Lo singular en éste hecho es la solidaridad del cubano, la mayoría unida en el dolor. Fuerza Taiger.
Aunque ajeno al estilo del Tiger,no dejo’de impresionarme la belleza y sencillez de la crónica que abarca la polémica y compleja relación entre cubanos .
Ni fa ni fu
En realidad lamento lo ocurrido a este cantante y oramos por su restablecimiento y por supuesto como Cubano quisiera saber más detalles sobre la ocurriencia de los hechos.
Gracias.
Le deseamos dé todo corazón una pronta recuperación tager tú eres fuerte y gran guerrero y muy buenas energías positivas, él cobarde qué té hizo éso, debe estar corriendo en patines, porque no fué sólo a tí a quien le disparó fué a todos los cubanos los qué recibimos un disparo, ése cobarde y asqueroso, mejor es qué té pierdas, porque dónde quiera qué té metas té vamos a encontrar, perros
Le deseo una pronta recuperación para que podamos seguir disfrutando de sus canciones muchas bendiciones hermano
Es muy cierto lo de que le han dado un tiro a todos los cubanos como también cada madre está orando por un hijo que se debate entre la vida y la muerte. Estamos orando por un hermano, un primo, un pana, un ecobio. Te quisieron silenciar y te han convertido en héroe, el malcriado de todo un pueblo que te consiente y te espera para seguir disfrutando de tu presencia y tú música. Despierta TAIGER la trank, tu pueblo te espera.️