En Estados Unidos el año nuevo empezó de manera inusual. El 1ro. de enero sobre las 3 de la madrugada una camioneta irrumpió en Bourbon Street, New Orleans. Mató a 14 personas e hirió a 35. Desde el principio, un acto claramente avieso y premeditado. Después, en horas de la mañana, un Cybertruck Tesla fue implosionado frente a uno de los hoteles de Trump, esta vez en Las Vegas. Un saldo de un muerto y 7 heridos.
El autor del primer hecho resultó ser Shamsud-Din Jabbar, de 42 años, un ciudadano estadounidense nacido en Texas que sirvió en el ejército de 2007 a 2020, incluido un año en Afganistán. Se retiró con el grado de sargento. No está claro si estuvo en combate, pero fue entrenado como especialista en tecnología de la información.
Las autoridades dijeron que habían encontrado una bandera del Estado Islámico en su camioneta, así como publicaciones en las redes sociales en las que declaraba su simpatía con la organización. De acuerdo con el FBI, había publicado al menos cinco videos propagando la ideología de ISIS, grupo al que afirmó haberse unido el año pasado.
En el caso de Las Vegas, se trata de Matthew Livelsberger, quien se disparó en la cabeza antes de la explosión del Cybertruck frente al hotel. Residente de Colorado, el hombre de 37 años era miembro de los Boinas Verdes. Sus familiares lo describieron como un “patriota 100 %” y ferviente partidario de Trump. Fue enviado cinco veces a Afganistán en misiones de combate.
En el vehículo siniestrado, las autoridades encontraron combustible, fuegos artificiales, dos armas de fuego semiautomáticas y una identificación.
En ninguno de los casos se ha hallado prueba que vincule los hechos con un grupo terrorista externo, al menos hasta ahora. Pero los ideologemas trumpistas no tienen contención posible, ni siquiera empezando el año.
Trump y los suyos
El primer acontecimiento le sirvió de apoyatura al presidente entrante para arremeter contra sus chivos expiatorios predilectos: los inmigrantes indocumentados.
“Cuando dije que los criminales que vienen son mucho peores que los criminales que tenemos en nuestro país, esa afirmación fue refutada constantemente por los demócratas y los medios de noticias falsas, pero resultó ser cierta”, escribió Trump en Truth Social. “La tasa de criminalidad en nuestro país está en un nivel que nadie ha visto antes”, dijo, insistiendo en su narrativa grandilocuente de eventos inéditos.
Es cierto que Trump estaba reproduciendo la información lanzada por Fox News, que había establecido el miércoles por la mañana que el conductor del vehículo de New Orleans había cruzado la frontera desde México a principios de semana.
Si bien se retractaron más tarde de esa noticia falsa (“Para ser claros, el sospechoso nació en los Estados Unidos”, reconocieron), Trump y los suyos continuaron en la misma tesitura. Su hijo mayor, Eric Trump, publicó lo siguiente: “El regalo de despedida de Biden a Estados Unidos: terroristas migrantes”. Por su parte, Marjorie Taylor Greene, destacada militante de MAGA residente en Georgia, lanzó otro disparo: “El atacante terrorista de Nueva Orleans cruzó la frontera en Eagle Pass ¡HACE DOS DÍAS! ¡¡¡Cierren la frontera!!!”.
Pero al día siguiente, jueves 2, Trump siguió repitiendo lo mismo: el desastre de la frontera bajo la Administración Biden había llevado a “una erosión violenta de la seguridad, la protección nacional y la democracia”. Y añadió: “Con la ‘política de fronteras abiertas’ de Biden, dije muchas veces en mítines y otros lugares que el terrorismo islámico radical y otras formas de delitos violentos se volverán tan graves en Estados Unidos que será difícil incluso imaginarlos o creerlos”.
Al cuadro se sumó el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, quien presentó el ataque como un fracaso de la seguridad fronteriza. Aseguró que los republicanos del Congreso habían estado “haciendo sonar las alarmas” sobre “la idea de que personas peligrosas estaban llegando en masa [a Estados Unidos] y estableciendo células potencialmente terroristas en todo el país”.
El congresista Eli Crane, republicano por Arizona, escribió en respuesta a las imágenes del sospechoso muerto en New Orleans: la “frontera abierta”, el sistema de inmigración del país y la inacción del Congreso sobre el tema “han creado la tormenta perfecta para poner en peligro a los estadounidenses”.
Si todo lo anterior no fuera suficiente, el nuevo zar fronterizo de Trump, Tom Homan, le dijo a la propia Fox no solo que tenía el “presentimiento” de que la explosión del Cybertruck estaba relacionada con el ataque terrorista en New Orleans, sino además vinculó las “amenazas en la frontera sur” con ambos eventos, afirmando que demostraban que Estados Unidos “necesita asegurar la frontera” porque está en “grave peligro”.
Lo clásico de los mecanismos trumpistas. Gracias a estas operaciones verbales desparecía del mapa el hecho de que ambos ejecutores eran individuos nacidos en Estados Unidos que estuvieron en el Ejército, uno de ellos incluso con reconocimientos y distinciones. Además, ambos incidentes vienen a retroalimentar los temores de extremismo dentro de las fuerzas armadas. Y no hacen sino ratificar la validez de preguntas de larga data acerca de la cantidad de veteranos o miembros en activo que podrían volverse radicales e inestables una vez fuera de sus respectivos cuerpos.
Se trata de un asunto sobremanera peligroso, toda vez que esos sujetos pueden matar de manera eficiente. “El Ejército no ha abordado adecuadamente el problema, bien se trate de supremacistas blancos o extremistas islámicos”, dijo un experto. “Estos casos son un recordatorio de lo importante que es que las personas con potencial para volverse extremistas no estén entrenadas en tácticas militares”.
Por último, pero no menos importante: un informe de NBC News dio a conocer a principios de este año que solo el 0,014 % de los inmigrantes que habían cruzado la frontera en el año fiscal 2024 tenían el ojo puesto encima por posibles actividades terroristas.
Según lo esperable, ninguna de estas cuestiones han sido tocadas por el bombardeo retórico-ideológico al que los trumpistas sometieron a las audiencias. Esa es la naturaleza de su juego. De eso se trata.