“Todo lo que no está expresamente aprobado, está prohibido”, esta frase la repetía en infinidad de ocasiones uno de los profesores más queridos —y también de los más ocurrentes— que tuve en la carrera de licenciatura en Economía, allá por el año 1973, cuando comenzaba mis estudios, su nombre, Benito Matas. Mis compañeros de aquellos tiempos se recordarán de él y seguro lo harán con una sonrisa en los labios. No era esta su única frase famosa, tenía otras muchas, a veces tremendamente metafóricas, para calificar el funcionamiento de la economía cubana de aquellos tiempos.
La frase me vino a la mente mientras miraba la Mesa Redonda donde se contextualizaba, explicaban y aclaraban algunas de las dudas que la “lista negativa” había generado en la población.
Varios colegas compartieron sus impresiones después de la mesa redonda, no me equivoco si digo que el balance que al menos yo saqué de sus opiniones fue, en general, positivo, sobre la Mesa y sobre las aclaraciones hechas en ella. De más está decir que prácticamente concuerdo en un 100% con sus opiniones.
Sin embargo, para mi, lo más positivo fue la ratificación de lo que yo llamaría “aprobación por omisión” de cualquier nuevo proyecto de trabajo por cuenta propia es, quizás, de lo más revolucionario en términos regulatorios y genera una “nueva cultura” que demorará tiempo en florecer y dar frutos, pero que debemos cuidar como una de las más valiosos recursos para caminar hacia el futuro.
“Todo aquello que no esté prohibido puede realizarse. Tú diseñas tu proyecto con el conjunto de actividades que quieres realizar para presentarlo a la ventanilla única”. Alejandro Gil, Ministro de Economía
Que muchos cubanos hayan pedido aclaración acerca de lo que se “puede hacer” como trabajo por cuenta propia a partir de la lista negativa, es lo más lógico que podía pasar, pues la discrecionalidad positiva ha caracterizado la conducción y el funcionamiento de la economía nacional, desde tiempos incluso anteriores a mis inicios como estudiante de la Facultad de Economía. Así pues, de pronto, sin más avisos, sin que mediara un “curso de preparación” de los que tanto abundan, todos fuimos sacados de nuestra zona de confort y fuimos enfrentados a uno de los ejercicios más difíciles que cualquier ser humano tiene que enfrentarse, el de la libertad de crear su propio “negocio”, algo que en nuestro “ambiente de negocios” ha estado permanentemente ausente.
Quizás lo más contradictorio de todo es el hecho de que nuestro pueblo, prácticamente todo él, es casi genéticamente innovador, algo que ha demostrado una y otra vez con su resiliencia permanente ante los infinitos fenómenos adversos que hemos vivido desde siempre, algo que se expresa hasta en lo más cotidiano, como lo es en la actualidad esos grupos de trueque de productos por whatsapp para remediar, al menos en parte, los rigores del desabastecimiento, de la escasez y la carencia de dólares para comprar en las tiendas en MLC. Cambiar culeros desechables para personas mayores por compotas para un bebé de meses con solo un click, es la versión moderna de aquel otro trueque a nivel de cuadras cuando el señor fumador cambiaba su leche condensada por cigarros “Vegueros” en aquellos tiempos gloriosos de aquella libreta de abastecimiento a través de la cual se distribuía hasta cerveza.
Transmitir seguridad y fomentar la transparencia es quizás una de las virtudes que debe ser bien cultivada y para ello reducir a su mínima expresión la “discrecionalidad” es fundamental. Este es un viejo debate en economía —“reglas versus discrecionalidad”— nunca bien resuelto en ningún lugar del mundo, en ninguno de los tiempos conocidos. En nuestra economía, el exceso de discrecionalidad ha costado tanto en términos de puntos porcentuales de crecimiento del PIB, como en términos de proyectos colectivos malogrados y también en términos de proyectos individuales frustrados o desarrollados fuera de Cuba, ante el muro muchas veces imbatible de esa discrecionalidad.
La discrecionalidad tiene dos acompañantes muy letales para el ambiente negocios; una burocracia por lo general ineficiente y la corrupción. De ambos hemos padecido y estamos padeciendo. Ambos son de los peores males para la economía y la sociedad en cualquier país, también para la salud política de cualquier Estado.
Reducir la interferencia de la burocracia en lo concerniente a todo el proceso de aprobación de un proyecto de trabajo por cuenta propia es esencial. No hacerlo depender de las “consideraciones personales” de un funcionario o de sus “intereses” es decisivo. Las regulaciones actuales contribuyen de forma positiva a reducir esos males.
El segundo de los aspectos que me parece muy positivo de la lista negativa es la sinergia que debe producir el TCP con la economía local para empoderar a los gobiernos de los municipios. Ello sin dudas pasa porque los gobiernos locales comprendan las oportunidades que la expansión del trabajo por cuenta propia les brinda —en términos de ingresos fiscales, de generación de empleo de calidad, etc.— pero sobre todo porque vistos desde la estrategia de desarrollo territorial, el TCP, junto a los Proyectos de Desarrollo Territorial deben ser una parte decisiva de la columna vertebral de la economía de los municipios.
Dependerá en mucho de cuan proactivos sean los gobiernos locales, de la profundidad y la rapidez con la que produzcan y gestionen el “cambio de mentalidad” sobre el “cuentapropismo” y que los viejos prejuicios que lo han rodeado sean sustituidos por esos nuevos “valores” sustentados en nuestra Constitución y en los nuevos documentos que lo norman. No todo habrá que dejarlo a la iniciativo individual, las estrategias de desarrollo local que todos los municipios deben tener y actualizar sistemáticamente pueden constituir una fuente importante para convocar proyectos donde se incorporen los TCP, y ya sea en forma privada o en formas de alianzas público- privadas contribuyan desde lo individual a satisfacer intereses colectivos mayores. Sin dudas todo ello habrá que acompañarlo con los incentivos adecuados —no sólo fiscales— y con el reconocimiento “social” de dicha actividad, algo que tiene su mayor impacto en el barrio, recordemos que hasta no hace mucho tiempo el trabajo por cuenta propia era considerado “un mal necesario” y los trabajadores por cuenta propia como los portadores de ese mal.
El tercero de los aspectos positivos a destacar está más asociado con el futuro. La nueva regulación para el trabajo por cuenta propia de alguna manera establece una “filosofía” y ciertos máximos regulatorios para el futuro de la tan esperada micro, pequeña y mediana empresa (MPyME). ¿Cuál debe ser el procedimiento para la creación de las MPyMEs? pues nunca mucho más complejo que el decidido para el TCP; deberían ser aprobadas por omisión y deberían estar bajo el auspicio de los gobiernos locales. Así pues, de alguna manera las nuevas regulaciones para el TCP constituyen un “balón de ensayo” para las MPyMEs y facilitarán el aprendizaje para introducir en nuestra economía esta otra forma de propiedad.
Quedan temas por abordar y discutir, algunos muy puntuales —como puede ser la prohibición del ejercicio de guía de turismo por una mala experiencia anterior, el de prohibir que ciudadanos cubanos tengan “agencias de viaje” privadas cuando son permitidas a extranjeros, también privados— y otros profundamente conceptuales, como es el caso referido al ejercicio del trabajo por cuenta propia de profesionales, donde los criterios discrepantes no responden únicamente a “atacar lo que hacemos”, que sin dudas los hay y bien mal intencionados algunos, sino a estudios e investigaciones bien fundamentadas, al menos desde la economía. Pero esas discrepancias adecuadamente compartidas dan la posibilidad de mejorar, porque cuestionarse lo que el gobierno hace no solo es un derecho, sino también es un deber de cada ciudadano de nuestro país y es parte sustancial del ejercicio cotidiano al que debe someterse todo gobierno.
Si hoy tenemos una nueva regulación, mejor adecuada a nuestras necesidades y a la visión de país del TCP es precisamente por los cuestionamientos y las discrepancias que desde sus inicios se manifestaron hacia la anterior regulación, antes que por la complacencia y la callada por respuesta. Centenares de cuartillas fueron escritas sobre el tema, muchas veces a contrapelo de los “criterios oficiales”. Hoy, una parte fundamental de su esencia se ha plasmado en esta nueva regulación, fruto en parte de aquellas jornadas medio quijotescas que han durado más de treinta años.
Muy lentos para como marcha el mundo profe.
Super profesor, me quito el sombrero!!!
Profe: Quisiera su valoración sobre lo que expresó el Ministro de Economía Alejandro Gil en la mesa redonda del día 19 de febrero…
En una parte de su comparecencia expresó:
La importación por personas naturales “pudiera parecer, a simple vista, una solución a corto plazo, pero, reitero, sería una medida que afectaría a la economía, haría más lento el proceso de recuperación y disminuiría las posibilidades que tiene la economía de imponerse a este escenario y darle mayor calidad de vida a nuestra población”.
Simple. El país tendría (de nuevo) una fuga de divisas como cuando existian las famosas mulas. Compraban dolares en grandes cantidades e importaban electrodomésticos y en la isla los vendian en cuc y luego volvia a comprar usd para repetir el ciclo. En fin vaciando las arcas de usd de cuba y llenando las de Panamá, México y Ecuador
Pero cuando abran y se pueda viajar otra vez, el negocio de las mulas continuará para abastecer lo que no se puede comprar por el no acceso a la MLC. Al final de una forma u otra seguirán escapando las divisas. Pienso que podrían existir las dos variantes mientras tanto, a veces no se debe ver las cosas en blanco y negro, pues con el MLC solamente se benefician algunos y estamos casi en la misma situación de cuando el periodo especial con el tema de los dólares…
Un saludo
Pero el tema es q actualmente el dolar está a 50cup y seguirá subiendo, eso desincentiva bastante, por otro lado el q tenga la capacidad de adquirir mlc (ya sea por remesa o comprandolo en cuba) preferirá adquirir el producto en las tiendas mlc, ya q le sale más barato y le dan garantías.
El hecho de q personas naturales puedan importar (para la reventa) sería hacerle competencia a las tiendas mlc, pero tambien generaria presion inflacionaria. Claro q siempre el estado puede decir q se acabó la convertibilidad del usd en cup y se quita de encima la gente q quiera saquear las divisas. El hecho es q la importación por personas naturales es demasiado riesgoso.
Las mulas se van a mantener, se han movido a sectores q no son abastecidos por las tiendas mlc. Los electrodomésticos es preferible adquirirlos en las mlc, ya q son más baratos y dan garantías. Pero permitir la importacion de personas naturales abriría la posibilidad a q las mulas quedaran obsoletas ya q las barreras de entrada (pasaporte, visa, dinero para el viaje) se eliminaria, cualquier persona podría importar. Ese gran acceso implicaría q las personas acudan en masa a cambiar sus cup a usd (generando presion inflacionaria) para poder importar y posiblemente a revender. Por eso se repetiría el saqueo a las divisas del país. Y por eso apoyo q las personas naturales no puedan importar, deben de ser empresas q necesiten makinaria para PRODUCIR en Cuba, es necesario eliminar la mentalidad importadora
Una pregunta cuando una empresa cubana importa también no está sacando los dólares del país. Además el estado nunca va a poder complacer todos los gustos y necesidades de su población. Uno quiere un teléfono X yo quiero una ropa Y yo quiero una videoconsola Z, crees q el estado va a producir eso o lo va a poder vender en Cuba. Hay miles de cosas que esas mulas proveen y el estado nunca lo va a poder hacer. Yo creo que la solución es un equilibrio además la competencia es lo que trae desarrollo, cuando el estado compitió con las mulas con electrodomésticos baratos y con garantía los barrio, por eso creo que puede haber equilibrio, unos proveen unas cosas otros las otras.
No me refería a las mulas…
Yo, por mi parte sigo sin entender lo que dijo Alejandro Gil: En primer lugar pienso que está la brutal crisis de oferta que ahora afrontamos cuyos efectos pueden ser devastadores sobre el efecto que todas las medidas de la Tarea Reordenamiento busca alcanzar; estos efectos son inmediatos, pero la recuperación o crecimiento de la oferta a partir de las bases que sentarán esas medidas es a mediano y largo plazo.
Ocurre también algo interesante con el análisis que oficialmente se hace de todo este asunto del uso de las divisas del país. Pienso que actualmente hay dos grandes actores en la economía: el Estado (que dicho sea de paso es juez y parte) y la población en su sentido más amplio en la que incluyo a los trabajadores, campesinos, TCP, etc. etc. El Estado por su parte dispone de la MLC que tiene en sus bancos, empresas, etc., pero a su vez la población también tiene MLC que no está en poder del Estado. Ante la escasez de divisas que presenta, el Estado ha diseñado un plan que consiste básicamente en tratar de captar las divisas que están en manos de la población – ése es el motivo fundamental de las tiendas en MLC. A menudo vemos en los medios oficiales la valoración de que el país tiene escasez o falta de divisas y esto es básicamente falso porque el que tiene la escasez – especialmente para incrementar la oferta por distintas vías – no es el país sino el Estado que tiene el monopolio del comercio minorista y la prueba irrefutable de esta falsedad es que el Estado ha diseñado un plan para captar divisas dentro del país que está en manos de una población que también es parte del país.
Desde un punto de vista global si lo que se requiere es movilizar las divisas que están en manos de la población, los efectos de las tiendas en MLC ¿Pueden realmente paliar la escasez de oferta? Para saber esto habría que contestar tres preguntas: ¿En qué monto hace falta incrementar la oferta por la vía de las tiendas en MLC para llevarla a un nivel mínimo tal en todo el país que permita aprovechar los efectos de la Tarea Ordenamiento? ¿Cuánta divisa podría dedicar el Estado al negocio de las tiendas en MLC para lograr una oferta variada? ¿Qué margen de utilidad se puede esperar que tengan las tiendas en MLC después de descontar el costo de la compra y todos los gastos de transporte y distribución? Sobre ninguna de estas interrogantes se dispone de información oficial y fidedigna, pero que sí me puedo imaginar que esta política no es ni remotamente una solución.
Otro aspecto a tener en cuenta es la justificación que pueda tener el Estado para impedir que la población haga uso libremente de la divisa de la que dispone para ayudar a incrementar la oferta. Me explico: en condiciones de que la divisa estuviera básicamente en poder del Estado se justificaría plenamente tener un control sobre ella para su salida al exterior. Éste era el caso de Cuba en el año 1960 cuando se suprimió la libre disponibilidad de divisa debido a que la burguesía la estaba sacando del país por razones políticas. En esas condiciones se justificaba plenamente que el Estado tuviera el control total del comercio exterior a cuyo fin se debía dedicar básicamente la disponibilidad de divisas. Pero esta es una herramienta para resolver un problema de hace 60 años, no del problema actual, que es totalmente a la inversa ya que la población existente en Cuba lo que busca no es sacar las divisas del país sino traer divisas para resolver su demanda. Por cada televisor que una mula entra al país se gasta una cantidad de divisa en el exterior, eso es cierto, pero también hace falta que de afuera alguien mande el doble de lo que costó ese televisor para poderlo comprar dentro del país. No necesito extenderme en el efecto multiplicador que tiene esta práctica dentro de la economía del país, no del Estado solamente.
En resumen que en las circunstancias actuales veo que sería más dañino para la economía del país prohibir que los particulares importen libremente con su divisas – no con la del Estado – y que a su vez haya un comercio interior minorista y mayorista en manos de los particulares. Me baso para ello en el criterio de que la crisis de oferta existente actualmente en nuestro país puede comprometer severa e irremediablemente todos los esfuerzos que se vienen haciendo por la Tarea Ordenamiento para sacar adelante la economía de nuestro país.
Totalmente de acuerdo con ud…
Exelente comentario profe, de igual manera como otros lectores , es util comentar lo referente a algunas prohibiciones en las que se argumenta MALAS EXPERIENCIAS EN EL PASADO, yo particularmente considero que no se debe usar este argumento para prohibir una actividad, porque creo que de los guias turisticos que se autorizaron en un momento , no todos se involucraron en hechos de ilegalidades, o se desviaron de la actividad a fin, por tanto sencillamente lo que hay que hacer es sancionar a quien comete el delito y no prohibir de manera general para eliminar un mal, si fuese asi cerrariamos todas las casas de renta, todos los restaurantes, aboliriamos a los transportistas, en fin le dariamos para atras a todo lo aprobado, ya que muchas personas han delinquido de una manera o de otra, y sencillamente han sido sancionados los propietarios conforme a la magnitud de su infraccion.