Los pronósticos de la economía mundial, ya sean los más moderados o cautos, o los más catastrofistas, todos ellos dejan muy claro que los próximos meses serán de los mas difíciles que este nuevo mundo globalizado tendrá que enfrentar, utilizando la frase de un artículo de Krugman refiriéndose a Estados Unidos, las economías están en un coma inducido.
Salir de este coma inducido costará probablemente mucho más de lo que cuesta mantener las economías en ese estado. Sin dudas los costos mayores lo pagarán las economías más débiles.
Casi todos los gobiernos se enfrentan hoy a la difícil situación de mantener el aislamiento social y a la vez las economías semiparalizadas con enormes costos presentes y futuros en términos económicos o la de abrir las economías, para recuperar la dinámica pérdida, enfrentando el riesgo de nuevas olas de contaminación y más vidas pérdidas. Es como quiera que sea, una dura decisión.
¿Cuáles son los límites que puede soportar la economía de cualquier país, por poderosa que sea? ¿Cuánto puede durar el coma inducido? Quizás la muestra está en el casi desespero de algunos países por “volver a la normalidad” en términos económicos dentro de la anormalidad que es esta pandemia.
Nuestro país no es una excepción. Esta pandemia ha obligado a un ejercicio económico probablemente inédito en nuestra historia. Ha obligado a readecuarlo todo, desde la concepción de la atención hospitalaria hasta el curso escolar en los diferentes niveles de enseñanza, pasando por una revisión profunda de aquellas actividades que son realmente esenciales y aquellas otras que no lo son.
No es por pura suerte que nuestro sistema de salud ha tenido una capacidad excepcional para hacer todos los ajustes pertinentes y enfrentar en la primera línea esta pandemia. No es tampoco producto del destino y menos aun de alguna virtud divina. Hay mucha obra hecha, porque fue desde un inicio hace ya muchos años esencial a los propósitos de la Revolución Cubana.
La Covid-19 nos obligará a repensar lo que es realmente necesario.
Descubrimos que muchas gestiones que antes requerían de la presencia de los ciudadanos, pueden hacerse utilizando la red, algo que no debería cambiar cuando regresemos a la normalidad.
Hoy, que buena parte de las actividades productivas del país, de esas que son realmente productivas y necesarias se siguen realizando, llama la atención cuantos menos vehículos estatales se mueven por las calles.
Cuando regresemos a la normalidad deberíamos pensar si esos otros tantos vehículos que antes de la Covid-19 se “movían en funciones de trabajo” eran realmente necesarios.
Cuántas actividades laborales pueden ser desarrolladas desde la distancia, como trabajo desde los domicilios, pues, si en esta situación tan crítica fue posible hacerlo, entonces por qué no mantener todos aquellas que se puedan después de que pase esta situación.
Confirmamos también algo que ya era evidente: cuán importantes son las oficinas bancarias y cuán pocas hay en relación a la alta demanda de servicios que aun requieren de la presencia física de las personas. Estamos ratificando cuán importante es avanzar mucho más en todo lo que es digitalización de la banca. Igual que se hizo más evidente la necesidad de tener más cajeros digitales.
Y del comercio en línea qué decir. Ese servicio, tan raramente usado en Cuba, de pronto se ha convertido en un recurso altamente demandado, al extremo de colapsar en ocasiones debido a la avalancha de solicitudes que esta especial situación ha provocado. Cuando la normalidad sea lo normal, habrá que pensar en cómo mejorarlo en todos los sentidos, incluso creando nuevas compañías o tercerizando el servicio de la entrega.
¿Y lo estratégico? Esta pandemia ha reforzado la percepción sobre lo estratégico, por ejemplo:
Un sistema de salud accesible para todos, con cobertura nacional y sobre todo con profesionales capacitados y comprometidos, que hacen honor a su juramento, ¿hay algo más estratégico?
Una planta de científicos igual de comprometidos y altamente capacitados, con industrias de punta asociadas, es sin dudas también estratégico y no solo hay que mantenerla, sino también mejorarla.
Mejorar las capacidades de la industria asociada a estos sistemas deberá ser estratégico. Consolidar esos lazos de cooperación que le han permitido trabajar como uno solo, sumando e integrando esfuerzos es también estratégico.
La Covid-19 ha confirmado también cuán estratégica es la producción de alimentos, la energía y el agua.
La poca capacidad para producir alimentos que tiene Cuba, la debilidad de la oferta de los mismos a pesar de todos los esfuerzos que se hacen, se ha convertido en uno de los mejores aliados del coronavirus, en virtud, entre otras cosas, de la propia indisciplina social que padecemos y que alcanzan su mas nítida expresión en las colas para comprarlos.
Cuando la normalidad lo permita, habrá que poner más recursos en la producción de alimentos, muchos más de los que se han puesto hasta hoy, tanto en el segmento agropecuario de la cadena como en el segmento industrial. Habrá además que lograr que se utilicen eficientemente y seguro que habrá que poner más mente en sus formas organizativas.
Energía y agua son parte de la infraestructura básica de todo país. En los últimos años sin dudas ambas han mejorado. El esfuerzo de modernización y mejora en ambos sectores medido en términos de inversiones es notable. De no haberse hecho ese esfuerzo en años anteriores nuestra situación hoy fuera mucho más crítica.
Reducir las pérdidas de agua en las redes de abasto ha sido crucial y sin dudas muy costoso, proveer de servicios de acueducto a localidades que no lo tuvieron jamás también. Desde ya, pero sobre todo cuando la normalidad vuelva a fluir, habrá que encontrar todos los incentivos posibles para educar a los ciudadanos en el ahorro de un bien tan escaso en esta isla que tiene la virtud de estar rodeada de agua… salada por todas partes y habrá sin dudas que incentivar esos proyectos de desalinización en sus diferentes escalas.
La normalidad también debe hacernos mirar la velocidad con la que avanzamos en ese propósito estratégico de reducir nuestra dependencia de combustibles fósiles. Es cierto que ya tenemos una bioeléctrica, pero debemos lograr tener algunas más en menos tiempo. También ya tenemos mas de 700 MGW en campos fotovoltaicos, pero debemos tener más en menos tiempo.
Y cuando la normalidad vuelva a encender las luces de la vida social en nuestro país, deberíamos fomentar mucho más la utilización de la energía fotovoltaica en el consumo residencial y lograr incentivos adecuados para que las personas opten por esa variante.
La Covid-19 nos debe incentivar a pensar nuevamente en lo esencial, en lo necesario y en lo estratégico, para cuando la normalidad vuelva a ser lo normal.
Hola Trina, muy a tiempo, pues es ahora que hay que pensar en el después de la cuarentena.
Por cierto hay algo que me ronda hace algunos días, tambien se deberia diseñar un mecanismo para evaluar todas las medidas, acciones y gestiones que se han tomado, incluyendo las decisiones de cada organismo y funcionario público (no para hacer cacerias de brujas, sino para evaluar!!!)
Profesor Triana, creo le falto hacer el analisis de volver a balancear la importancia estrategica de la base industrial de Cuba, que lo constituye la industria AZUCARERA y sus 140 DERIVADOS y NO la industria sin humos(turismo) , que como quedo clarito puede desaparecer de un dia a otro, pero los centrales estan moliendo. El mundo espera mas grandes pandemias o desastres.
Es evidente que sin turismo internacional el turismo debe priorizar el nacional con niveles de calidad que no dejen que los cubanos y sus familiares que viven fuera, opten y quieran vacacionar en Cancun u otro pais.
Un buen sistema de corrreos y de paqueteria en general es mas que necesario, de inicio, simples gestiones de enviar un documento en una simple carta con unos centavos de sellos si el documento no es tan important6e, y un poco mas, no mucho certificandola con plena garantia de entrega, los cobros y pagos a traves de giros postales, cuales son los recursos que hacen falta para eso, algunos medios de transporte y un personal capacitado, mas nada. Y por favor, que mas nunca en Cuba una Ministra se pare ante la TV a declarar que los productos de aseo no se garantizan hasta determinada fecha, sin jabon y detergente no se puede vivir, y si falta la materia prima porque un barco no se que cosa,le pasó, tiene que haber una reserva o hay que salir a comprarlos donde sea. Gracias.
Ante todo Saludos, Salud y felicidades por tan buen análisis. Creo que sustilmente ha mencionado varios factores que se deberían pasar a identificar, análizar y replantear , dentro de las estrategías economicas y direccionales del país. Tambien por que algunas de ellas atañen peligros con los que estamos realmente poco acostumbrados a lidear y hablo de la Seguridad informática. Por otro lado habría que pasar a ver, cuáles de estos puntos el Gobierno cubano decide atender, sabemos de lo que somos capaces, pero en ocasiones pienso que nuestro Gobierno subestima al cubano. El nivel profesional del país es alto, cuestión que en icasiones no valoramos y ellos tampoco, seguimos participando de una dirección a lo caudillísmo. Veo una gran crisis primero Sanitaria, luego vendrá la escases de recursos y mercancías algo aparajeda de una económica que se puede profundizar en relación a la acertividad de las medidas tomadas por cada Gobierno. Veremos que hace el nuestro.
Pienso que el gobierno cubano debe proyectarse desde ya en estimular la movilidad eléctrica por la de combustibles fósiles. Un buen ejemplo es la importación de motos y triciclos electricos, pero a mi juicio debería estimularse la importación de vehículos eléctricos por las personas naturales aplicando bonificaciones a las mismas y e ir sustituyendo el parque automotor. Se debería construir en nuestro país una fábrica de automóviles y otros equipos eléctricos en cooperación con China que está en la vanguardia mundial en esta tecnología. Ello permitiría el suministro a nuestro país e introducir en el mercado latinoamericano de esta tecnología que será la que prevalecerá en el futuro.
Cuando pase la pandemia espero que los que “saben” saquen la cuenta si era más beneficioso cerrar el país y paralizar la economía sin pandemia dentro o como ahora que dejamos entrar la enfermedad para luego cerrar y paralizar el país.
No creo que cerrando el país se hubiera evitado esto. Que proponías hacer? No dejar entrar tampoco a los nacionales? Piensas con la mentalidad de los años 70, cuando casi ningún cubano viajaba. Los que critican ahora que no cerraron el turismo saldrían a criticar que no dejaron entrar a los nacionales. Te has quedado tu varado en otro país? Sabes lo que es eso? En serio crees que las decenas de miles de cubanos que entraron en esas dos semanas, cuando todos en las redes clamaban que dejaran de entrar turistas, no iba a entrar ni un cubano infectado?
No entraron casos de las mulas de Guyana? Y de cubanos que estaban de visita en Italia? La entrada del virus era inevitable, 15 dias más o 15 dias menos. En una situacion como esa siempre iban a criticar, se tomara la decision que se tomara.
Triana
El teletrabajo o empleo a distancia es conocido y aplicado mundialmente.
En Cuba la principal dificultad radica en los “CUADROS”, pues les obliga a: Evaluar por OBJETIVOS, trabajar con mayor ORGANIZACIÓN y les imposibilita MANGONEAR a su antojo a sus SUBORDINADOS.
Gracias por tus acertados análisis.
Koldo Ibarretxe
deben considerar bajar mas los precios de internet en cuba para que se pueda continuar trabajando desde casa como se hace en muchos paises del mundo, hacer una intranet cubana que sea dedicada a todos los que trabajan de esta forma e incentivar a que se trabaje asi, no regresar al punto anterior, ya que se puede observar mejoria y mas tiempo para atender a los ancianos y educar a nuestros hijos
El mercado on line será una buena experiencia que nos va a dejar esta dificil situacion, muy imprtante tambien son los imnecesarios tramites en oficinaa para recoger o entregar documentos, que facilmente pueden hacerse a traves del correo, asi como pagos utilizando la via de los giros postales, todo basado en un eficiente sistema de Correos que incluye paqueteria con plenas garantia de entrega e indem nizacion si fuera necesario, lo cual debe ocurrir excepcionalmente, por ultimo, que no vuelva a suceder que a las puertas de la epidemia, la Ministra Betsy, declarando que el aseo se veria afectado hasta abril por problemas con la llergada de materias primas,, si se rompe o se hunde el barco que las trae, tiene que haber reservas o hay que salir a comprarlas, y estoy hablando no de tener llenos los mercados de jabones, detrgente y pasta dental, sino de tener garantizada una cuota basica mensual, como fue hasta que comenzo en 1991 el periodo especial. Gracias.
“Sólo se que no se nada” dijo Sócrates. En economía lo que aún no se sabe resulta lo más importante, eso lo digo yo que no soy sabio. Aprovechar esta crisis epidemica mundial y sus efectos en Cuba para repensar la economía, será sin dudas un alto valor agregado a lo que hay que hacer en el periodo postpandemia.
En meses atrás se realizó un inventario de aspectos negativos constitutivos de trabas al proceso de gestión económica del país. Desde ya se debe listar el conjunto de buenas iniciativas tomadas para enfrentar el “bicho” y escribir un libro blanco con ambos listados: trabas a eliminar e iniciativas útiles a generalizar.
La verdad más verdadera de todo esto es que sin mirar para atrás, ni para el costado se impone potenciar la producción de alimentos en una secuencia que transite desde el surco, la industria, el mercado y el plato. Esto es estratégico. Si listamos las veces que este tema se ha puesto en el visor de la economía cubana y colocamos al lado las consignas que han tratado de sustentar este asunto, nos daremos cuenta de nuestras visibles deficiencias e inconsistencias.
Otro elemento estratégico que en estos momentos se constituye en una de nuestras fortalezas, es el desarrollo científico, cuyo promotor es Fidel. En este sentido se impone buscar, más que buscar, es una necesidad crear un conjunto de estímulos materiales y morales que anclen a esos titanes a la raíz del país. Que tengan aquí satisfechas sus necesidades elementales, además las de seguridad que proporciona nuestro sistema y se sientan realizados como seres humanos y profesionales.
Repensar nuestra economía es una oportunidad de oro que tenemos y tendremos en lo inmediato y más largo plazo.
Muy bueno. Creo que faltó la urgencia de implementar lo estipulado en la nueva Constitución sobre las diferentes formas de propiedad: el mal llamado “cuentapropismo” puede ayudar mucho a dinamizar la economía en muchas ramas.
Muy bueno el análisis. Sin embargo Triana deja de lado lo mas importante: el cambio de mentalidad en la dirección de la economía y la urgencia de cambios estructurales que esta demanda.
Sin prisas pero sin pausas ya no nos vale