Si alguien alguna vez dudó del carácter telúrico de la unificación cambiaria y monetaria, esta semana, la primera después del famoso Día Cero, ha bastado para demostrar cuán intenso es y seguirá siendo el terremoto. Si se aspira a que produzca los efectos que una devaluación debe producir en la economía real, pues entonces, habrá que prepararse para las muchas réplicas que aún quedan por manifestarse y que necesariamente ocurrirán. Lo que está sucediendo hoy en la economía y la sociedad y, hasta la manera en que las personas comienzan a percibir las ventajas y desventajas de la felicidad de vivir con una sola moneda, afectan el bolsillo, el estómago y la mente. Y lo hacen con una profundidad nunca antes vista.
La “intensidad del sismo” está asociada a muchos factores, pero hay uno que conviene destacar. Las distorsiones cambiarias no son el producto de que un día se adoptara la dolarización, allá por los años noventa. Vienen desde más atrás, desde que nuestro país mantuviera inamovible la tasa de cambio del CUP con el dólar estadounidense, algo que ocurrió a inicios de los años sesenta. También se remontan al hecho de que se cargara a la fiscalidad la tarea de absorber las distorsiones creadas.
En aquellos tiempos, y gracias a la ayuda fraternal y solidaria de la Unión Soviética, se pudieron asimilar de forma “indolora” las distorsiones. Eso generó una manera “especial” de hacer y pensar la economía, que, aunque nos parezca increíble, aun en algunos casos y en algunas mentes, nos acompaña. Esa historia, por más que se cuente, ya es imposible cambiarla, así como tampoco se pueden cambiar sus consecuencias. Pero siempre es bueno poner en contexto el terremoto.
Cierto que el tren del ordenamiento echó a andar, cierto que detenerlo sería más costoso, pero, para continuar con la analogía, también es cierto que la vía sobre la cual se desplaza no está en buen estado.
En la agricultura, los precios a los productores no satisfacen sus expectativas. En algunos productos, para llegar al punto de equilibrio (ese momento en que la ganancia es cero, pero se saldan los costos en los que se incurrió para producir un determinado bien), los rendimientos de los productores deberían multiplicarse por dos. Eso es bien difícil en las condiciones de escasez de insumos y con la elevación de los precios de otros (por ejemplo, el jornal diario) lo cual complica en términos económicos sustituir herbicidas por guataca. Llamo la atención acerca de esto porque no estamos en las condiciones de un mercado 100 % sustitutivo.
El presupuesto del 2021 contempla una transferencia de 1672,4 millones de pesos como subsidio temporal al precio de acopio al productor, pero quizás esta no sea suficiente. O quizás partamos de aceptar algo falso y pensar, a diferencia de lo que ocurre en el resto del mundo, que no es necesario subsidiar la producción agropecuaria.
El destino de ese subsidio son productos decisivos, porque la mayoría tienen un impacto directo en la alimentación de la población.
Parece estar fuera de toda discusión el hecho de que el subsidio a la producción de alimentos es algo para nada menor, necesario incluso allí donde los niveles de productividad y eficiencia son casi paradigmáticos.
Pero aún queda mucho espacio en la producción agropecuaria en Cuba, antes de alcanzar la frontera de eficiencia para los niveles actuales de tecnología y recursos. De alguna manera, lo demuestran los productores que, con esas mismas dificultades que todos padecen, alcanzan rendimientos superiores.
También quedan muchas trabas que eliminar en este sector, entre ellas, la existencia de organizaciones que perviven en el sistema de producción y que intermedian sin aportar nada de valor agregado y se apropian de una parte de los ingresos de los productores directos. ¿Por qué un productor debe entregar una parte de su facturación total (alrededor del 8 %) a una CCS si voluntariamente no le ha pedido ningún servicio? ¿Por qué, si la CCS no le ayuda o es marginal y prescindible lo que le aporta; si la “gestión” de cobros de la CCS es demorada e ineficiente en muchos casos? ¿Qué gana el productor? ¿Qué gana el consumidor final?, ¿qué gana el país? ¿Cuántas otras reuniones hacen falta para quitar esa traba?
Es cierto que la “tarea ordenamiento”, entre otras cosas, permitirá transparentar la gestión para saber qué debe ser subsidiado y qué no, en qué lugar del proceso debe ser colocado el subsidio y quién (productor o consumidor) es más conveniente y coherente que lo reciba. Ahora se empieza a caminar esa senda, que es también un proceso de aprendizaje, y que requerirá rectificaciones.
Tampoco deja de ser cierto que, en una mirada global, Cuba destina a transferencias al sector no presupuestado una parte importante del presupuesto (13 %).
Esas transferencias significan hoy el 56 % del déficit fiscal del 2021, una proporción significativa que demuestra el esfuerzo y la tensión a la que está sometida la economía nacional.
Sería bueno saber lo siguiente: ¿cuáles son esas otras transferencias corrientes que reciben casi la cuarte parte del total?, y ¿qué organizaciones y asociaciones son las que reciben más transferencias corrientes que las destinadas a subsidiar los precios de los productos agrícolas?
Existen además otros 18 000 millones de CUP de reserva para el apoyo al sistema empresarial. No creo que alguna parte vaya directamente al campesino, excepto 1800 millones destinados a capital de trabajo, a través de servicios bancarios para el fomento agrícola.
Las vías sobre las que el tren ha echado a andar no son las mejores; habrá que repararlas y alistarlas para que alcance la velocidad necesaria. Hacerlo es también parte de esa tarea y también producirá efectos telúricos.
Las réplicas serán múltiples y se extenderán en el tiempo. El aprendizaje tendrá que tener cierta celeridad. Las trabas ya identificadas deberían ser eliminadas en juicio sumario.
***
Notas:
1 https://www.cronista.com/internacionales/La-UE-otorgara-en-2020-subsidios-agricolas-directos-por-40.000-millones-de-euros-20200223-0004.html
Brillante y muy realista.
Sigo considerando que este complejo, pero necesario cambio en nuestro hacer economico, lideriado por el monetario, donde además está implicito al mismo tiempo algo más complejo, que es un cambio de mentalidad; se hace necesario contar con un equipo asesor integrado por reconocidos especialistas y que el debate permita sacar de las variadas opiniones de sus integrantes, que contarian con toda la información que hoy muchos suponen, desiciones más acertadas que las actuales y eviten o disminuyan sustancialmente, los peligrosos ajustes que sobre la marcha se realizan y son causa de falta de confianza y dudas en la población. Es más creo que, cuando en aras de ser justos se cambian medidas o ajustan precios inicialmente aplicados, se inculca la idea de que hay muchos errores y se alienta a cuestionar más y más cosas. Más mentes capaces y experimentales, que las hay, pudiera permitir prever para evitar una parte importante de las rectificaciones. No debe se por la Web que se oigan estas voces. Este cambio es traumático, habrá insatisfacciones, se trata de disminuir las que son causadas por deficiencias en su concepcion y poder defender lo que necesariamente tiene que aplicarse. Como dije en una oportunidad, nuestra economía tiene un cancer que por su grado de avance, necesita una intervención traumática, una acción necesaria para salvarla y con ella al Pais. Habrá dolor, sufrimiento y las afectaciones psíquicas que esto conlleva. Se hace ademas en un hospital de campaña, por que nadie puede olvidar que estamos en guerra con el poder mas poderoso del mundo y con una quinta columna pagada y asesorada para utilizar cada error en las acciones para confundir a las personas e incitar a reclamos.
Estimado Dr.C Juan Triana Cordoví, llevo varios años leyendo y escuchando sus acertadas disertaciones sobre la economía en Cuba. Entre mis colegas de estudio y trabajo siempre comentamos que alguien con su conocimiento es lo que se necesita al más alto nivel de dirección de este país.
Estoy a favor de los cambios que se están implementando en función del proceso de ordenamiento de la economía, pero sigo a la expectativa de que tan profundos y oportunos sean esos cambios.
Considero que el sector privado puede llegar a ser muy creativo y aportar sustancialmente a la economía. Afortunadamente ha ido ganando en participación y reconocimiento, pero sigo escéptico de que se le dé la participación que merece. En la constitución se plasmó el límite de que fuera complementario a la actividad estatal.
Comentario magnifico como todos los de Triana , pero mientras los decisores tengan oidos sordos de nada serviran .
Buenos días Doctor, Soy asiduo lector de sus publicaciones, entiendo claramente su mensaje, y por mi parte puedo agregar como dice usted, el terremoto continuara con sus réplicas y muchas de ellas serán hasta mantenidas, tal es el caso de una que sacudirá continuamente hasta no sé cuándo. Al momento de publicarse la fecha en que se produciría la llamada hora cero, sentí un gran alivio escuchar que la tasa de cambio que tanto a usted como a todo cubano mantenía en vilo sería de 24 x 1, pero como dice una cita, la alegría en casa de pobre dura poco, una vez conocido que CADECA no realizaría cambios de CUP por divisa a la población me callo un cubo de agua fría , mire usted, soy ingeniero electricista, gano unos 4500 más o menos, lo dividí entre 24 y me dio 187.50 dólar, pero que decepción, hoy tengo que pagar de 45 a 60 pesos por dollar, para luego sacar una cuenta en divisa y poder comprar en los establecimientos comerciales habilitados a tales efectos, acudiría allí con solo 75 dollares, tendría que pasar 10 meses para poder comprar un colchón de fabricación nacional marca COFORT hecho en La Habana, el cual ronda los 700 dollares, inmediatamente busque en internet y podrá ver que un colchón similar con garantía para 10 años importándolo de Panamá o Ecuador cuesta muchísimo menos.
Espero que estos y otros precios sean analizados y ayuden a minimizar los efectos negativos que ello acarrea y que el ciudadano cubano dentro de su humildad pueda un día no muy lejano dormir cómodamente en un colchón como estos.
Sin más. Ing. Humberto Leyva Jimenez.
El profe siempre da en el clabo con sus sabias reflecciones .si desaparecieran todas las empresas paracitas que no aportan pienso que nuestra economia respiraria mejor sin ese lastre y sin quitar la cantidad de empresas que no son rentables sin vender ni dar servicios con calidad y con megagastos asi no salimos del terremoto