Caminando por la célebre Calzada de Tirry, bien cerca de la casa de Carilda Oliver Labra, encontré un cartel sobre una puerta: “Se forran botones”.
Tuve deseos de tocar, tuve deseos de averiguar si forrar botones era una actividad rentable, si era un buen negocio en una ciudad como Matanzas, en este siglo de confecciones industriales… un siglo en que la mayoría de los botones (si es que la prenda tiene botones) vienen ya forrados o sin forrar desde la fábrica.
Supongo que lo sea, de lo contrario la forradora (o el forrador) hubiera cerrado su tinglado hace rato. Está visto que en Matanzas todavía algunos necesitan forrar los botones, sabrá Dios para qué. Me pareció raro y me pareció lindo.
Tuve ganas de tocar, pero me abstuve. Por falta de tiempo, pero más por falta de valor. Ya saben que soy un periodista muy tímido, por eso escribo más crónicas que entrevistas y reportajes.
Me contenté con fabular. Imaginé a la anciana (me dio por pensar que tenía que ser una anciana) sentada en su sillón, a la luz de la ventana, forrando unos botones mientras conversaba amablemente con la clienta.
Parece una estampa de principios del siglo XX, muy a tono con esta calzada tan bien conservada.
Pero enseguida comprobé que la imagen se resentía por la falta de referentes: ¿cómo se forra un botón? ¿A mano o en una máquina de coser? La verdad es que nunca he visto a nadie forrar un botón.
Botones forrados sí he visto muchos. En el escaparate de mi abuela, por ejemplo. Todas sus blusas “de salir”, todas sus faldas tenían los botones forrados. El afanoso buen gusto de las confeccionas de antaño. Obviamente, el forro casi siempre se hacía con la misma tela con que se había hecho la prenda.
En el escaparate de mi madre había más zippers y velcros que botones forrados: el signo de los nuevos tiempos.
Por eso hasta me emociona que alguien siga forrando botones, artesanalmente, en la intimidad de su casa. Ojalá que le alcance para vivir decentemente.
A lo mejor la mismísima Carilda ha llevado sus botones para que les pongan forros a combinación. Esa sería una crónica deliciosa: Carilda Oliver Labra manda a forrar sus botones. Ni siquiera tendría que caminar mucho, apenas cruzar la calle.
Demasiado superficial este artìculo!!! Pobre infeliz que nunca has visto como se forra un botòn, algo tan simple, sabes lo que deberìas es haber indagado como lo hacian las abuelitas, como lo hace esta señora, que a lo mejor no es tan vieja. Aprenderias para que se usan, quien los usa, etc…… y no pensar en que si da ganancias o no. por eso no pasarás de escribir estas tontas crònicas por la que seguro te pagan usd, y no sabras de las entrevistas que hacen tantos destacados periodistas cubanos por MN.
Me agrado mucho tu cronica, en mi casa en Palma Soriano, Prov.Stgo hasta poco tiempo antes de salir de Cuba se forraban botones, se usaba una maquina de forrar botones, unos moldes que habia de varios tamaños y la clientes traia la tela que casi siempre era algo la misma del vestido o blusa, no era un negocio para enriquecerse, pero a mi mamá la entretenia y la hacia sentirse útil.
¡Qué desagradable eres, Mara! No te lo mando a decir con nadie. Me maravilla la mala leche de algunos, como tú. La croniquilla es sencilla, pero es hermosa. Y debo informarte que Yuris Nórido hace también entrevistas, y reportajes, y comentarios, y fotografías… Es uno de los mejores periodistas de Cuba, de los más completos. Si gana USD, como sugieres, bien ganados están. También escribe mucho por MN. Y tú no tienes que leer esta columna si no te gusta. De la misma manera que admiro a los que no se quedan callados ante la injusticia, no soporto a los que tienen que agredir cuando una bobería les disgusta… Y yo tampoco he visto forrar un botón, y no por eso soy una pobre infeliz…
La crónica es sencilla y por ende hermosa, le duela a quien le duela. Bien por ti Yuris
Bonito articulo, y para info, el forrador(a) de botones es uno de los renglones autorizados en los descritos de los trabajadores por cuenta propia. Mara – recuerda, si lo viste alguna vez – el munnequita en que hablaba Bola de nieve sobre el ninno y su papa que hacia tuercas. Las profesiones mas simples, hacen al mundo girar!!!
Siempre me ha intrigado este cartel, pero nunca ha quien los forra, a lo mejor un día me embulle, y le hagos unas fotos
Yuris: Mi novia y yo cada vez que vemos el cartel nos miramos y a la vez sonreímos. Es que en muchas ocasiones hemos, al igual que tu, fabulado con el interior de la casa y el oficio, la calzada, el hotel, la terminal de sabanilla… Hemos tenido tus mismas preguntas una y otra vez, mas nunca hemos tocado tampoco.
Si te puedo decir que ¨Se forran botones¨ lleva ahí toda mi vida (24 años), aunque creo que antes era otro el cartel.
Del estado de la calzada creo que pasaste muy rápido porque aunque es cierto que no es el peor, tampoco esta bien conservada. Estamos acostumbrados a ver todos los días verdaderos infiernos de conservación y puede que Tirry no sea ese infierno, pero todos los números, excepto el 81 necesitan una mano.
Mara: trata de entrar a un sitio oficial de esos tantos periodistas que escriben por MN y hazle un comentario como el tuyo y jamas sera publicado.