Habana WiFi

Foto: Kaloian

Foto: Kaloian

La primera vez que vi

a un enjambre de personas

agrupado en una zona

de wifi, me sorprendí.

Todos salían de aquí

a otras partes del planeta.

Y el vendedor de tarjeta

rehuyendo a la policía,

mirando con voz de espía

o Policía Secreta.

 

Algo raro está pasando

en la ciudad de La Habana:

creo que la especie humana

del país está cambiando.

Hace unos días, paseando

por Prado y San Rafael

encontré bajo un cartel

grupos de seres erectos

como colonias de insectos

alrededor de un pastel.

 

De pronto, vi a una persona

chateando con Nueva York.

Y otra pidiendo un favor

a una prima en Barcelona.

Un whatsapp con Arizona.

Skype con Casa Bermeja.

Un gay buscando pareja

por Facetime en Argentina

Y una vendedora china

con fibra óptica en la oreja.

 

Pepe habla a su primo Paco

y lo escucha Luis, el Sordo.

Yusimí le dice “gordo”

a Juan y Juan oye “flaco”.

Trae jabón. Compra tabaco.

Oye, esto aquí está en candela.

Trae blumers para la abuela.

Muchacho, estás igualito.

Yo tan solo necesito…

Asere, deja esa muela.

 

Qué volá. Nada, consorte.

Un almendrón hasta Prado.

Vale. Pollo por pescado.

¿Yo, jinetera? ¡Pa’l norte!

¡Ricooooo, papi! El pasaporte.

Qué mierda de cobertura.

No abre Gmail. Qué locura.

El bloqueo. Yo me voy.

Qué mal está ETECSA hoy.

Trae revistas pa’ la pura.

 

Estás igualita, Marta.

Muévete, que se ve mal.

Con pan. En el hospital.

Está en chirona. Por carta.

Un papirriqui. Estoy harta.

Se lo pedí a Yemayá.

Oye, ¿y tu hija cómo está?

Se me va la guagua, asere.

Pancho por poco se muere.

Dicen que también se va.

 

Todas las conversaciones

por teclado o en voz alta,

lo que sobra, lo que falta,

“y vuelven los apagones”.

Inalámbricas opciones

de conversación grupal.

Todo está bien y está mal.

Del invento. Se resuelve.

Y está el run-run de que vuelve

el Periodo Especial.

 

Y uno no puede evitar

mirar al iPad de otros.

¡La Cuba táctil! Nosotros

acabamos de inventar

otra manera de usar

la online-wifi-dependencia.

Sin bronca, sin estridencia.

En medio metro cuadrado

el nuevo Proletariado

y el Hombre Nuevo en su esencia.

 

En fin, el de la tarjeta

contados los días tiene,

porque desde el mes que viene

darán wifi por libreta.

Se hará de forma discreta,

pero yo ya me enteré.

Junto al arroz y al café,

una hora por persona,

dependiendo de la zona

y el pago del Comité.

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