Es la tercera vez en 17 años que un Papa visita Cuba. Como los viajes de sus predecesores, su visita tiene significación para la iglesia católica, y para los cubanos de dentro y de fuera del país. Pero este Papa es diferente: se siente más cerca, es latinoamericano, habla nuestro idioma y, desde el inicio, ha demostrado estar desapegado de las reglas.
Con su actitud ha logrado convertirse en líder. Sus palabras son escuchadas por disímiles personas en todo el planeta, católicos o no; por lo que desde el inicio era una garantía: lo que dijera en Cuba, sería seguido con atención en todo el mundo.
En todos sus discursos, Francisco trasladó un mensaje de paz, de esperanza y de amor. Nos alentó a la unión y a perseguir nuestros sueños. Nos instó a estar por encima de las ideologías, a construir la cultura del encuentro, continuar el proceso de discernimiento y servir de modo solidario a los demás. Propuso a los jóvenes ser la “dulce esperanza del futuro”, a dialogar con quienes piensan de modo diferente, sin caer en individualismos, abriendo el corazón y la mente para hablar de lo que tenemos en común.
Los cubanos que fueron a encontrarse con Francisco en todas las tribunas, desde donde conversó con el pueblo, no acudieron solamente a ver al máximo representante de la Iglesia Católica del mundo, sino también a encontrarse con el hombre que ha formado parte indispensable de la nueva realidad del pueblo cubano.
La intervención del Vaticano, en las secretas negociaciones entre Cuba y EE.UU., constituyó un punto importante en la decisión que los presidentes de ambas naciones darían a conocer al mundo el 17 de diciembre de 2014, siguiendo su sabio consejo de que “debemos vivir en armonía, respetando las diferencias, pero como amigos”.
A su partida, el Papa dejó inquietudes sembradas en nuestras conciencias, inquietudes muchas veces entumecidas por la rutina diaria. Francisco trajo nuevos aires de esperanza, e intentó que su “llamado a la paz se extendiera no solo a los altos niveles políticos sino también a los pueblos de Cuba y EE.UU”. Nos confirmó que, a pesar de los obstáculos, vamos por el buen camino, y debemos (y tenemos) que perseverar en él.
Hola
La visita del Papa a la Isla fue muy importante,llevo muchos mensajes de unión entre cubanos y sobres todo a las familia,muy buen artículo Cancio
Señor Cancio , Hugo ,solo quiero agradecerte como cubano que vive hace 20 años en el extranjero, todo lo que estás haciendo por Cuba , por los cubanos , veo que estás llevando a Cuba a empresarios americanos , pienso que es muy importante que en Cuba puedan aprovechar la experiencia del exterior , sabemos todos que falta información , en todo sentido en Cuba ,no sólo cultural . Estás haciendo un trabajo muy importante más de uno te lo agradeceremos en el futuro .Gracias . Héctor .( yo también quiero hacer algún tipo ( modesta) de inversión )