Le gustaban la música y el ajedrez. Para lo primero disponía de una magnífica voz de barítono, con la que ofrecía recitales durante los torneos acompañado al piano por otro Gran Maestro: Mark Taimanov. Pero el Teatro Bolshoi no lo seleccionó, y entonces decidió dedicarse por entero a lo segundo.
Vassily Smyslov, tan modesto lejos del tablero como imponente frente a él, fue un jugador metódico al estilo del inmortal vienés Ricardo Reti. Creía ciegamente en su modelo ajedrecístico, derivado del minucioso estudio de los románticos, los clásicos y sus contemporáneos, y la cabal asimilación de tanta escuela lo convirtió en un trebejista muy completo, castigador en el juego posicional y los finales, pero también en los caminos del ajedrez más táctico.
Nacido en Moscú en 1921, Smyslov absorbió desde niño el legado de su padre, fervoroso amador del ajedrez que alguna vez se gastó el lujo de batir en San Petersburgo al mismísimo Alexander Alekhine. Más de un centenar de libros pasaron un buen día de manos del padre a las del hijo, y ello propició el vertiginoso crecimiento técnico y teórico del que luego se proclamaría séptimo campeón mundial del juego ciencia.
El talento de Smyslov no demoró en abrirse espacio. Tenía 21 abriles cuando se impuso en el peliagudo campeonato de su ciudad natal, y hacia 1943 ya era dueño de la máxima distinción que concede la FIDE. En recompensa a ese feroz ascenso, solo un lustro después lo eligieron para intervenir en el torneo que dirimiría al sucesor del fallecido Alekhine. Un evento donde venció Mijaíl Botvinnik, pero que le sirvió a Vassily para quedar segundo y dejar definitivamente claras sus intenciones y poderío real.
Pasaron otros cinco años y Smyslov ganó el Candidatos de Zurich, que le otorgó el derecho de desafiar al gran Botvinnik. A la postre, el duelo finalizó empatado a doce puntos, el monarca retuvo su corona, y hubo quienes pensaron que la determinación del moscovita había sufrido un golpe irreparable.
Nada más disparatado. Smyslov lideró a todos nuevamente en el Candidatos’56, y apeló en la disputa del título a una preparación muy rigurosa que le valió triunfar sobre el patriarca por 12,5-9,5. Ya era dueño del cetro. Ya estaba consagrado en el templo de Caissa. La diadema, es verdad, le duró poco –Botvinnik se la quitó al año siguiente-, pero la historia estaba de su lado, y para siempre.
Fue su caso el de uno de esos talentos inagotables, que las canas tardaron demasiado en liquidar. En 1984 asombró al mundo al clasificarse para un nuevo torneo de candidatos con 63 años cumplidos, y enseguida asestó par de manotazos increíbles: eliminó en cuartos de final al pujante Robert Hübner (la igualdad en el dual meet la decidió el azar de la ruleta), y más tarde arrolló a Zoltan Ribli en las semifinales.
Era un milagro. Aquel vejete estaba a punto de enfrentar a Anatoli Karpov por el trono. No obstante, fue imposible: en su ruta aguardaba un ogro joven que respondía al nombre de Garri Kasparov. Suficiente.
Lo cierto es que Smyslov estaba predestinado para el juego de reyes, que se instaló en la cumbre de los veteranos del planeta en 1991, y que jugó con éxito hasta 2001, cuando ya la visión apenas lo ayudaba. Gozó siempre de un infinito amor por el tablero, y todavía hoy varias aperturas y defensas (Eslava, Grunfeld, Española) exhiben, orgullosas, su rúbrica indeleble.
Fue un as en toda regla. Si había que atacar, lo hacía bien; si había que defender, se defendía; si era preciso maniobrar, pues maniobraba. No por gusto, ante él se rindieron todos y cada uno de los campeones y candidatos desde el doctor Max Euwe hasta el impenetrable Tolia Karpov.
Esta partida, una Inglesa jugada en 1968 contra Vladimir Liberzon, basta para dar pistas de quién fue -y quién es, en algún trozo de cielo- el señor Vassily Smyslov.
Blancas: V. Smyslov. Negras: V. Liberzon.
1. c4 e5 2. Cc3 Cc6 3. g3 g6 4. Ag2 Ag7 5. Tb1 d6 6. b4 a6 7. e3
Defiende d4 y da lugar al caballo de rey sin obstaculizar Ag2. En caso de 7. a4 sigue 7…a5! 8. b5 Cb4.
7…f5
Se juega una variante Vinken de la Siciliana con los colores cambiados.
8. Cge2 Cf6 9. d3 9…0-0 10. 0-0 Ad7 11. a4 Tb8 12. b5
Pacientemente, Smyslov ha desarrollado el ataque en el ala dama y obtendrá ventaja de ello.
12…axb5 13. axb5 Ce7 14. Aa3
Desde aquí el alfil presiona por la diagonal a3-f8 e impide un oportuno d5.
14…Ae6 15. Db3 b6
Este movimiento libera la torre de la defensa del peón, pero agranda la diagonal del blanco. En caso de 15…Cd7, entonces 16. Ta1 Rh8 17. Ab4 c5.
16. d4 e4
La idea es fijar casillas débiles y dificultar la defensa del rey blanco. También ahora el Ag2 no interviene en el control sobre d5.
17. d5
A su vez, el blanco también genera espacio.
17…Af7 18. Cd4 Dd7 19. Ab2 g5 20. Cce2
Smyslov prepara los caballos para ir a c6 y d4, que combinados con la torre por la columna le darán una ventaja sustancial.
20…Rh8 21. Ta1 Cg6
Rumbo a posiciones más agresivas, pero no va a llegar.
22. f4!
De este modo el negro debe capturar porque de lo contrario se queda sin nada.
22…exf3 23. Txf3 Ce7
De lo contrario habría que sacrificar el peón de f5. Digamos, 23…f4 24. exf4 g4 (24…gxf4 25. Cxf4 +/-) 25.Tf2.
24. Cc6 Tbe8
Si 24…Cxc6, 25. bxc6 Dc8 26. Cd4 Ah5 (26…Ag6 27. Ce6; 26…Ce4 27. Cxf5 ) 27.Txf5+-.
25. Ced4 Cfxd5 26. cxd5
Otra alternativa era 26.Tf2!? Cf6 27.Cxe7 Txe7 28.Ac6 Dc8 29.Cxf5 con gran ventaja.
26…Axd5 27. Cxf5!!
Smyslov no duda en entregar la dama para explotar la posición abierta del rey negro.
27…Txf5
Lo mejor. Si 27…Axb3 28. Axg7+ Rg8 29. Ccxe7+ Txe7 30. Axf8 con clara ventaja.
28. Axg7+ Rg8
En caso de 28…Rxg7, entonces 29.Dc3+ definiría.
29. Txf5 Axb3 30. Txg5 Cg6 31. Ah6
Una torre y un alfil por la dama, más opciones de ataque, son compensación suficiente, aunque como veremos el negro dejó escapar buenas continuaciones con el alfil en h6.
31…De6
No podía hacer 31…Txe3? debido a 32.Txg6+ hxg6 33.Axe3+-.
32. h4
Hay que apurar acciones, de lo contrario el segundo jugador conseguirá contrajuego.
32…Dxe3+ 33. Rh2 Dc3
Se amenazaba Txg6+ ganando la dama.
34. Tf1!
Armando una figura de mate con el alfil.
34…Ac4 35. Tf2 De1 36. Tgf5
La movida lógica. Hay un jaque con el caballo en e7 que está dando vueltas y que sumaría al corcel en el ataque. No obstante, 36.Tf6! creaba mejor juego con 36…Dc3 37.Ce7+.
36… Axb5 37. Ad2 Db1?!
Algunos comentaristas han sugerido 37…Da1 para continuar a 38. Txb5 con 38…Tf8, pero luego de 39. Txf8+ Rxf8 40. Tf5+ Re8 41. h5 el blanco debe ganar.
38. Ad5+ Rh8 39. Ac3+ Ce5
Si 39…Te5 40. Cxe5 dxe5 41. Txe5 y gana.
40. Cxe5 dxe5 41. Txe5!
El fin. Una gran demostración de Smyslov inspirado. Detrás vendría 41…Dg1+ 42. Rxg1 Te6 43. Txe6+ Rg8 44. Txb6#. Y si 41. Axe5+, entonces Txe5 42. Txe5 Ad3.
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LA FRASE: “En el ajedrez, como en la vida, el adversario más peligroso es uno mismo”. Vassily Smyslov.