Cuando Maia Chiburdanidze tenía doce años, viajó a Yugoslavia para la disputa de un torneo. Al ver que era apenas una niña, los organizadores creyeron que la federación georgiana se había equivocado de jugador, pero ella se encargó de hacerles comprender que no había error al derrotar en un match a la campeona yugoslava Vlasta Macek, con score de 4-0. Impresionados, los periodistas locales la bautizaron como “la pequeña Fischer”.
Ello ocurrió en 1973. Faltaban pocos años para que la chiquilla emprendiera el camino a la corona del planeta. Talento le sobraba, creatividad también. Solo había que encontrarle un buen entrenador, y eso fue lo que hizo al asociarse a Eduard Gufeld, quien le enseñó las sutilezas del juego táctico y le inculcó los elementos claves para el triunfo ante el tablero: disciplina y trabajo.
Chiburdanidze demostró que era una seria aspirante al título mundial finalizando segunda en el Interzonal femenino de Tiflis de 1976, lo que la clasificó para los torneos de Candidatos del año siguiente. Entonces sorprendió a sus adversarias al recorrer todas las rondas de la final de aspirantes hasta batir a Alla Kushnir por 7,5-6,5. Así alcanzó la condición de retadora de su compatriota Nona Gaprindashvili, campeona mundial desde 1962 y primera mujer de la historia en conseguir el título de Gran Maestro absoluto.
Con solo 17 abriles, Maia se impuso con marcador de +4-2=9. La diadema de Caissa le pertenecía, y ella la defendió exitosamente frente a las embestidas de Nana Alexandria (1981), Irina Levitina (1984), Elena Akhmilovskaya (1986) y Nana Ioseliani (1988). Después de tanta gloria, la cedió en 1991 ante Xie Jun, un anuncio del poder emergente del ajedrez de China.
Amante de intervenir en competencias masculinas, Maia alcanzó resultados dispares al oponerse a contrincantes del otro sexo. Sin embargo, consiguió varias victorias relevantes como las de Nueva Delhi’84, Banja Luka’85, Belgrado’92, Viena’93 y Lippstadt’95. De Dortmund 1983, y frente a un entonces jovencito inglés que luego llegaría a retar al mismísimo Garri Kasparov, Nigel Short, es la partida que le regalo hoy en la columna.
Blancas: Maia Chiburdanidze. Negras: Nigel Short.
1.e4 c6 2.d4 d5 3.Cd2 dxe4 4.Cxe4 Cf6 5.Cxf6+ gxf6 6.Ae2 Dc7 7.Cf3 Ag4 8.c4 e6 9.0–0 Cd7 10.d5 0–0–0 11.dxe6
11.h3!? Axf3 12.Axf3=
11…Ce5 12.Cd2 Axe6 13.Da4 Tg8 14.Ce4?? [14.Dxa7 mantendría las opciones 14…Ah3 15.g3] 14…Axc4–+ 15.Ah5 [15.Axc4?? es imposible por el siguiente mate en dos 15…Cf3+ 16.Rh1 Dxh2#] 15…Axf1 16.Rxf1 Cd3 [16…f5 17.Cf6 Cd3 18.Ae3 (18.Cxg8?? ¡Codicioso! 18…Dxh2 19.Da5 Td5 20.Dxd5 cxd5–+) 18…Dxh2 19.Axf7–+] 17.Dxa7
17…De5 18.Ae3 Dxe4 [18…Dxh5?! 19.Da8+ Rc7 20.Ab6+ Rxb6 21.Dxd8+ Ra7 22.Dxd3 Dxh2 23.Dd4+ b6 24.Dd7+ Ra6 25.Dc8+ Ra7 26.Dd7+ Ra6 27.Dc8+ Ra7 28.Dd7+=] 19.Da8+ Rc7 [19…Rd7 el negro tiene su gran oportunidad 20.Dxb7+ Rd6 21.Dxf7 Ah6–+ (21…Txg2?! 22.Dxf6+ Rd7 23.Td1=) ] 20.Ab6+ Rxb6 21.Dxd8+ Rc5 22.b4+
22…Rxb4 23.Af3 De5 24.Tb1+ Cb2?? [24…Rc4 sería un alivio 25.Ae2 Dd5 26.Tc1+ Rb4 27.Dxd5 cxd5 28.Axd3 Ad6=] 25.Dd2++- Ra3 [25…Rb5 rezando para pedir un milagro 26.Txb2+ Ra6 27.Axc6 Dxb2 (27…bxc6?? 28.Dd3+ Db5 29.Txb5 cxb5 30.Dxh7+-) 28.Dxb2 bxc6+-] 26.Txb2!
26…b5 [26…Dxb2 27.Dc3+ Ra4 28.Ad1#] 27.Tb3+ Ra4 28.Ad1 1–0
LA FRASE: “El ajedrez es principalmente un arte. Lo que más me interesa es la faceta creativa”. Maia Chiburdanidze.
Que partida!!!!…….. que brillante esa Maia!!!!……. recuerdo que en Cuba habia una muchacha tremenda jugadora alla por los 70-80…… no recuerdo su nombre, ella era de pelo negro y ojos tambien oscuros y muy intensos, bonita y menudita, un poco varonil, cosa que no tiene la menor importancia pero que puede dar pista para que alguien la recuerde y de su nombre…… lo cierto es que esta muchacha le daba palos a todos los ajedrecistas oficiales y no oficiales que pasaban por la Casa del Ajedrez en 15 y B en el Vedado…… no creo que halla jugado nunca en el ajedrez oficial y politizado de la isla…… a mediados de los 80 le perdi el rastro y mas nunca supe de ella.