Anderssen eterno

Hay muchas maneras de pasar a la historia. Como Miguel Hernández, poeta héroe. Como Francisco Franco, asesino de héroes. Como Iosif Stalin, bipolar e inefable. Como un desconocido, en cualquier guerra. O como ajedrecista –no importa si se ha tenido o no un fusil-, sobre todo cuando se milita en el partido romántico.

Adolf Anderssen, un trebejista simpar
Adolf Anderssen, un trebejista mítico

Precisamente eso sucedió con Adolf Anderssen. El viejo Anderssen, un alemán que marcó la segunda mitad del siglo XIX, aquel hombre al que consideraron el mejor trebejista del mundo junto al (tristemente fugaz) genio estadounidense Paul Morphy, entró para siempre en las memorias del tablero con un par de partidas memorables. Y una de ellas es el tema de hoy en mi sección…

Le dicen La Inmortal, y ha tenido tanta repercusión que inclusive la juega el ingeniero Sebastian contra el magnate Tyrell en una película de culto, Blade Runner. Se trata de un cotejo informal que el germano dirimió con Lionel Kieseritzky en un descanso del famoso torneo londinense de 1851, y que es catalogado con razón como un ejemplo cumbre de la agresividad, el espíritu de lucha y la imaginación del jugador decimonónico.

Pocas veces el cálculo humano ha llegado tan alto. En su afán de dar mate, Anderssen sacrificó la dama, sus torres y un alfil, embargado por un ambicioso ejercicio ajedrecístico que arrancó esta expresión al estelar Howard Staunton: “ha sido un duelo, dijo, inigualable incluso entre los principiantes”.

Justo Staunton había facilitado la asistencia de Anderssen al mítico torneo, ayudándolo con el pago del pasaje. E inesperadamente el teutón alcanzó la gloria al imponerse de modo categórico a varios contrincantes, lo que le valió el reconocimiento de campeón oficioso del mundo. Que, a fin de cuentas, de sorpresas está hecha la biografía del juego.

Aclaro un par de cosas. La primera, que esta partida ha sido maltratada por algunos expertos que encuentran graves fallas en el proceder de las negras. La segunda, que Kieseritzky no era el bocado fácil que sostiene la ignorancia.

Seamos honestos: el rival se equivoca estrepitosamente. Pero eso solo se advierte con un estudio mesurado al que la víctima no tuvo acceso. “La tremenda belleza del broche final, tras cometer una inexactitud, no resta méritos a la combinación”, señaló décadas atrás el ex titular universal Max Euwe.

En defensa de Kieseritzky, mientras tanto, hay que alegar que llegó a ser uno de los contendientes más temidos de su tiempo, con un dominio táctico envidiable que lo hizo superar en el score global a muchos de los grandes de la época (a Anderssen, por ejemplo, lo aventajó +9-5=2). Sin embargo, sus méritos no fueron suficientes para abrirle las puertas de la eternidad, las que solo franqueó gracias –y paradójicamente- al fracaso inolvidable en este choque.

Una hora: a eso se limitó la duración de la partida. Y una vez que finalizó la misma, el perdedor quedó tan impactado que telegrafió de inmediato a su club de ajedrez parisino para enviar la transcripción. Luego no demoró en ser publicada en páginas de la revista La Regence, y en 1855 fue bautizada para siempre como La Inmortal por el jugador Karl Ernst Falkbeer.

Se la cuento…

1. e4 e5 2. f4 exf4

Todo empieza por un Gambito de Rey Aceptado.

3. Ac4 Dh4+ 4. Rf1 b5 5. Axb5 Cf6 6. Cf3 Dh6 7. d3 Ch5 8. Ch4 Dg5 9. Cf5 c6 10. g4 Cf6 11. Tg1

11…cxb5 12. h4 Dg6

Forzosa.

13. h5 Dg5

Igualmente forzosa.

14. Df3

Tratando de atrapar la dama negra con 15. Axf4.

14…Cg8 15. Axf4

Comienza la guerra.

15…Df6 16. Cc3 Ac5?? 17. Cd5 Dxb2

18. Ad6!?

Se adivina una combinación atractiva aunque a la luz de los conocimientos actuales sería refutable. El Gran Maestro Robert Huebner escribió un largo artículo sobre este cotejo en el que dijo preferir 18. d4. Pero lo cierto es que ahora el contrario no puede optar por 18. … Axd6?, porque 19. Cxd6+ Rd8 20. Cxf7+ Re8 21. Cd6+ Rd8 22. Df8 mate.

18…Axg1

Una voracidad que recibirá duro castigo.

19. e5

Este peón tiene un efecto sutil y contundente al mismo tiempo, pues bloquea el retorno de la dama negra al escenario donde se producen los acontecimientos. Verdaderamente, es una jugada finísima.

19…Dxa1+ 20. Re2 Ca6??

Se imponía 20…Aa6, aunque el blanco también ganaría con 21. Cc7+ Rd8 22. Cxa6 Ab6 23. Dxa8.

21. Cxg7+ Rd8

Todo está decidido.

22. Df6+!

Cxf6 23. Ae7 ++

 

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