Desde niño me ha obsesionado la muerte de Martí. Cómo murió, por qué tan pronto comenzada su incursión en la guerra, sus enterramientos, su martirologio, comenzado para él mucho antes de morir.
Mi abuelo paterno, militar simple en tiempos de la segunda república nacional cubana, se molestaba mucho con el estribillo de una canción que se oía en aquellos años, que repetía: Martí no debió de morir, ay dios…
Según mi abuelo y muchos otros, Martí había muerto de la mejor manera posible, en el campo de batalla, combatiendo a los españoles y no de un disparo de odio de un contrincante de otro partido, en plena calle de una Cuba liberada, pero presa aún. Hubiera sido un horror que Martí hubiera muerto en un duelo contra un conservador, o de un machetazo de otro cubano, por defender la causa de los Independientes de Color o mandado a asesinar por algún gobierno del norte porque José Julián insistiese en criticar la Enmienda Platt.
Cuando cumplí los treinta y nueve años pensé mucho en el Che. A esa edad fue asesinado el guerrillero de América y yo sentía que eran muy pocos años para dejar una huella. ¿Qué había hecho yo a los treinta y nueve?, ¿qué he hecho con los cuarenta y dos que tengo ahora, la misma edad con la que Martí decidió morir en combate antes que mirar la guerra de lejos?
A los cuarenta y dos años José Julián Martí y Pérez había sufrido en la adolescencia la cárcel colonial española, el presidio político, las canteras de San Lázaro, el destierro, el exilio. Estudió fuera de su patria, fue maestro queridísimo, inventó las bases de un movimiento literario continental, hizo periodismo, fundó un partido para independizar a Cuba y a Puerto Rico, conspiró en los Estados Unidos, se sobrepuso a las secuelas físicas de los grilletes, creó una revista literaria infantil, se casó, tuvo un hijo que disfrutó apenas, dijo discursos que son clásicos de la oratoria política en lengua española, reunió los ánimos alebrestados de los jefes militares de la Guerra Grande, fue cónsul en el norte, de países del sur que lo consideraban de toda América, sus obras completas tienen al menos veintiséis tomos, nunca odió y murió en Dos Ríos como Mayor General.
Muchos extranjeros se asombran, a su llegada a Cuba, por la presencia constante en nuestra cultura, de un hombre muerto en el siglo XIX. No es común que, para los proyectos políticos del siglo XXI, los modelos éticos y estéticos, sean de dos siglos antes. Pero así nos pasa con Martí en este archipiélago. Él nos ha bordado el camino de la vida con sus versos, nos sirve de poeta perfecto, de prototipo de hombre humilde pero culto, de hombre romántico pero valiente, de hombre pequeño pero gigante.
Contra él, una parte de la cultura popular que no soporta el heroísmo poco práctico de los hombres inteligentes que escogen sufrir por la patria antes de gozar el talento para sí mismos, ha propuesto un Martí torpe que no sabía montar a caballo y que por eso murió en su primer combate, borrachín en fiestas, mujeriego desatado, cuasi pedófilo en Guatemala, y en el mejor de los casos lloroso, andando con las manos detrás mientras agarra entre sus manos una rosa blanca.
Martí, sin embargo, no era un hombre pausado, si lo hubiera sido no nos habría dejado una vida del siglo XIX como molde a usar en el XXI. Era agitado, arrojado, casi temerario, frugal, exagerado en su conducta ética, con voz de trueno y andar apurado, corría más que andaba y sabía montar un corcel desde niño.
Los visitantes menos conocedores de la historia de Cuba no entienden por qué este hombre menudo de frente amplia, está sentado en la Plaza de la Revolución vigilándolo todo, por qué su busto se reproduce en yeso y plástico por escuelas y centros de trabajo, por qué tantas calles de todo el país llevan su nombre, y así teatros, centros culturales, condecoraciones, concursos, premios.
A Martí lo llamamos Apóstol, Héroe Nacional, el más universal de los cubanos, él fue votado por el pueblo para presidir con su estatua el Parque Central de la Habana.
Es verdad que, para los pueblos desprovistos de héroes, debe ser extraña esta abundancia de frases, imágenes, dibujos infantiles, recordatorios de la vida de un hombre que escribía con pluma y tintero, vestía de negro porque su patria no era libre y llevaba un anillo hecho del fierro de sus primeras cadenas.
Pero es que el proyecto de nación que Martí nos dejó impreso y enseñado con sus actos y obras, está pendiente. La República de Martí, inclusiva, democrática, sin venganzas contra los eventuales perdedores y dirigida cívicamente mejor que como un cuartel, está a medio hacer y debemos luchar por ella porque no la hemos alcanzado, aunque algunos festejen su logro sin pensar en las deudas que tenemos con el proyecto martiano.
No me molesta encontrarme con Martí en cualquier plaza, que los niños y niñas aprendan antes que nada los Zapaticos de Rosa, que aparezca vestido de cónsul en la entrada del MINREX, y ahora como si cayera de su caballo frente a la cola de cubanos que quieren ir a España o que ya hace rato se hicieron ciudadanos peninsulares.
Ahí está Martí, los cañones que espantan a las aves de la entrada de la bahía los 19 de mayo, deben seguir lanzando sus salvas por él. No era un hombre del siglo XIX, ahora llevaría un Tablet y se conectaría en internet para colgar sus artículos ardientes, si es que no hubiera muerto ya, torturado por los hombres de Machado, al lado de Mella en México, en el Morrillo con Guiteras, en la calle junto a José Antonio, o defendiendo Playa Girón.
Los que tenemos cuarenta y dos años ahora, podemos comparar nuestras vidas con la de Martí, podemos pensar en nuestras obras y hechos, en nuestras palabras y escritos, en lo que hemos arriesgado y sufrido por el bien colectivo, en lo que hemos dejado de cómodo para preferir la lucha por la justicia a costa de salud y tranquilidad.
Tal vez no nos toque morir en Dos Ríos, pero tampoco olvidar a quien supo hacerlo por una libertad que hoy al menos deberíamos respetar y ejercer con dignidad y tesón martianos.
Muy buen artículo. Acertado.
“De hombres de sacrificio necesita la libertad: no de hombres que deshonren o mermen o abandonen a los que están prontos al sacrificio, al sacrificio racional y útil, al sacrificio de los de hoy, para la ventura de los de mañana.”
Su vida y su obra serán siempre un ejemplo para todas las generaciones venideras de cubanos. Si de alguien debemos aprender es de José Martí, de su sacrificio, de sus ideas y de sus valores, de sus enseñanzas y de su lucha con todos y para el bien de todos. Un saludo
Los tiempos de Martí no han llegado todavía. Por la patria que soñó y nosotros un día, so pena de ver perecer nuestra fragilísima nacionalidad, estaremos obligados a concretar…esperan sus huesos.
coincio contigo amigo pandiame, solo pensar en Martí saca lo mas profundo y honorable de nuestro amor a la Patria y de nuestra condicion de cubano. un saludo a todos los compatriotas donde quiera que se encuentren . aprovechar la ocacion para enviar nuestro mas sentido pesar a los familiares de las victimas del accidente aereo del viernes. como dijo el Apóstol, “nada humano me es ajeno”. abrazos
Ahí está Martí. Pero en esos tiempos pospretéritos que usted she inventa, ¿no cree que él habría tomado posición, por ejemplo, respecto a todos los errores reconocidos y los disimulados por su revolución de usted?
¿Habría observado tranquilamente que un gobierno confiscara un negocio familiar fruto del trabajo honesto de varias generaciones con la justificación de una doctrina europeizante?
¿Hubiera asentido en la ejecución de un menor de edad por haber servido de colaborador en un conflicto armado en el Escambray, cuando las convenciones modernas condenan esas medidas contra neutrales?
¿Habría cambiado su concepto de que cuando un pueblo emigra el gobernante sobra?
Major deje el discurso especulativo.
Genial artículo, Julio A., es uno de los mejores escritos sobre Martí que he leído recientemente.
Mike L Palomino, tres comentarios:
– una de las cosas con las que sí nunca hubiera estado de acuerdo Martí es con el dogmatismo. Y eso de aplicar frases como plantillas sin ver el contexto es uno de los peores.
– Martí nos enseñó que honrar honra. Creo que se ve feo su comentario precisamente aquí.
– Otra cosa que Martí nos enseñó fue a amar. En su variante más amplia. Un abrazo.
A, C y T;
No sé a qué sé aferra usted…ética, estética, pirimpimpética?
La verdad es la verdad. Se ve claramente que usted no está involucrado en ninguno de los tres ejemplos.
ante todo, no se que pinta el che en este articulo. Creo son la antithesis como persona y como militantes. El odio y el amor. La mediocridad y el exito. En cuanto a lo demas, creo Jose Julian, con su predica de justicia e igualdad hubiera sido una de las primeras victimas de la revolución ,pues : como podría vivir el hombre de “con todos y para el bien de todos ??. En la Republica,cabian todos, salvo excepciones, en la dictadra del proletariado,solo tiene que existir,una voz. No basta con tener a marti como plato diario,por obligacion.Construir poco a poco su Republica,eso seria lo importante.
en la ‘república’ cabían todos? lean la prensa de la época, y no mientan más, intencionadamente o no. busquen las Bohemias del 1958 hacia atrás, no les hace falta nada más. hojeen un par de ellas. Cuba no era la Habana nada más.
Mike L Palomino ‘la verdad es la verdad’ es otro dogma. no estoy discutiendo lo que comenta (que es en buena medida discutible -de cuándo acá un ‘colaborador’ es neutral en un conflicto armado?-, pero no es el caso)… entienda que usted ni hace ejercicios en un restaurant ni se afeita en su trabajo… creo.
Aceite;
No tengo intención de discutir con usted. Yo no pierdo mi tiempo tratando de convencer a un comunista.
mike, una vez mas topamos, ese es nuestro destino. primero faltas el respeto, depues crees que sabes, estas muy mal socio, sus argumentos no son para nada de peso, ademas y para que todos los foristas lo sepan , el senor mike es anticubano habla despectivamente de cuba y los cubanos por lo tanto no puede hablar de marti sin primero lavarse. me tomare el trabajo de buscar el comentario donde lo hizo y publicarlo aqui, un anticubano no puede hablar de marti.
aceite, acertado comentario
Julio, Marti nunca hubiera aceptado el giro de la revolución a una dictadura comunista.
Si viviera hoy en día estaría en el exilio y viviendo en Nueva York.
Tony , me parece que debes llevar la bolita de adivinar al taller, es que a lo mejor predecir cosas como las que dijiste te la van a sacar de circulación. Ah!!!! me podrias decir que hubiera psado en el mundo si mexico hubiera ganado a USA en 1848? o los alemanes en la I guerra mundial? o quizas puedes predecir el futuro? mira eso que dices es especulacion historica y para ello debes tener en cuenta el desarrollo del pensamiento, que tu no te hallas desarrollado como comunista no quita que otros lo hagan. pero bueno cada cual a su sitio y el de martí siempre fue al lado de Cuba
Hola Tonito;
haz encontrado mi comentario anticubano?
has?
Tony;
si Alemania hubiera ganado la guerra no estuviera la paz mundial amenazada por Israel. Lógica y matemática pura.
Ahora vas a decirme nazi…
Mike L Palomino.
A usted no sería adecuado decirle Nazi, lo que hay que decirle a usted es CP.
Yoyo;
Gracias por llamarme Cubano Patriota, pero lo que soy es Cubano rePatriado, según me acaban de avisar de Cuba, después de un año de espera.
Así que, Biba Díaz Canel!
Para que no exista confusión, Aclaro que soy simplemente “Tony” con mayúscula y no tengo nada que ver ni remotamente con el señor tony80 o cualquier otro tony. Saludos.
Los ciudadanos noreuropeos ya estaban maduros antes de mostrar una sociedad como la que tienen. Cuando en el Congreso alguien quiso convertir a Cuba en una Suecia americana Ferrara, tremendo jodedor, preguntó, Y de dónde sacamos los suecos?
amigo mike, copio como Orland, jejeje, este fue tu comentario en un articulo de juan triana aqui en oncuba:
Ustedes disculpen, distinguidas excelencias patrióticas cubanas, pero con esa arcilla no hay manera de hacer un buen jarrón. Tenemos la herencia genética del soldado ibérico que disparaba a cuarenta insurgentes a ciento ochenta metros y solamente herîa a tres y la del africano cautivo que no se adaptaba a la libertad y volvía a su redil.
crees que es patriotico?