El 16 de julio de 2020 la azucarera cubana se abrió y anunció una reforma económica que desbordó lo que parecía posible cuando se aprobó la Constitución de 2019.
La aceptación de la necesidad de una reforma del sistema económico cubano es un gran paso. Lidiar con el reto de una economía mixta será difícil para funcionarios y empresarios acostumbrados teórica y prácticamente a recibir orientaciones del nivel superior de mando.
Pero es algo que se puede aprender. No es el fin del mundo ni un trabajo de Hércules.
Más trabajo costará arrojar por la ventana prejuicios sobre el sector privado del empresariado, sobre la acumulación de riquezas en manos de las pequeñas y medianas empresas, y sobre el crecimiento del cuentrapropismo, que puede ser un motor más de la economía cubana.
El principio de prohibir todo lo que pueda ser prohibido y negar todo lo que pueda ser negado debe ser sustituido por el principio, este sí constitucional, de legalidad y de supremacía constitucional, que sirvan de protección a nuevos empresarios, cooperativistas, empresas estatales, funcionarios públicos, trabajadores por cuenta propia, medianos empresarios, y al tráfico jurídico económico en general, para propiciar un ambiente de estado de derecho y no de emergencia y de urgencia, facilitadora de arbitrariedades e injusticias.
En esta reforma, si se quiere conservar el socialismo, es imprescindible la protección de los trabajadores y trabajadoras, de las madres trabajadoras, de los sindicatos —que deberían, en esta nueva fase de desarrollo de la economía cubana, ganar independencia de las administraciones—.
La liberación de las fuerzas productivas no debe significar que hemos llegado al momento de la tarea productiva sin normas, sin regulaciones, sin límites. Las normas no deben paralizar sino fomentar el desarrollo, pero el olvido de su oportunidad nos puede llevar a otra crisis.
La sociedad cubana también está en ascuas. No es solo la economía la que se siente tambaleante y urgida de ayuda. Nuestro pueblo está agotado de la supervivencia, de la lucha diaria por el alimento, por el transporte, por las gestiones normales de la vida, que en Cuba son causa de estrés, de decepción y de molestia constante.
Y no todo es un problema económico para nuestra ciudadanía. La mitad de nuestros problemas no los consideramos relacionados con la reproducción de nuestra vida material. Nosotros somos parte de una sociedad, necesitamos sentirnos acompañados y parte de un empuje humano, de una cultura que va a alguna parte y no solo al sacrificio y a la espera.
Somos también seres políticos. La política no pertenece a ningún estado y a ningún partido. Pertenece, en todo caso, a la sociedad humana. Los cubanos y las cubanas, los que vivimos aquí y los que vivimos en otras tierras, estamos necesitados de seguridad económica y también de seguridad política.
Es falso que la gente de Cuba ha emigrado en los últimos 60 años solo por razones económicas. La propaganda política puede decir lo que quiera. Para nadie es posible deslindar las necesidades económicas de las políticas, aun cuando se considere esa persona apolítica, o sin intereses de participación en las decisiones importantes de su sociedad.
Todos y todas nacemos en sociedades donde la política determina los rumbos económicos y donde la economía determina los marcos generales donde la política se desarrolla. Es extraño que en un país donde se repitió como un dogma la enseñanza de Marx sobre la relación entre base económica y superestructura y, por lo tanto, la conexión constante entre política y reproducción material de la vida se intente después reducir todo lo que nos pasa y nos tensiona, a un bloqueo económico y a consecuencias económicas de esa problemática.
El pueblo cubano vive también una crisis política. Una crisis de credibilidad de sus aprendizajes políticos, de legitimidad de sus sueños inculcados, de envejecimiento de su liderazgo, – aun después de la renovación que se ha experimentado desde hace unos años- de mediocridad de su funcionariado público, de incultura política y jurídica, de despolitización por desmovilización y por desarme ideológico y de valores políticos.
La filtración por el estado cubano de todo impulso participativo, de toda imaginación política, y de toda espontaneidad, ha causado la invisibilidad de nuevos liderazgos juveniles, el oportunismo como bote salvavidas para los dirigentes intermedios, la parálisis política como seguro de vida de la ciudadanía y de los burócratas.
Miles de muchachos y muchachas en Cuba han desdibujado, aconsejados por sus utilitarios padres, la verdadera fortaleza de las instituciones políticas oficiales, al ingresar sin argumentos, sin ideas, sin conocimiento y sin convencimiento, en organizaciones que se han mantenido así infladas y aparentemente sólidas, pero en realidad se han conservado con membresías que no aportan nada a su reanimación política e ideológica.
Las fortalezas culturales de la Revolución, en el ámbito político, se han ido deshaciendo. El marxismo es una rareza, la sintonía de nuestra juventud con los movimientos sociales de América Latina, África, Asia, Estados Unidos de América, son mínimos. La agenda política cubana oficial no habla el mismo idioma que la izquierda de la región a la que pertenecemos.
Los funcionarios del partido y el estado en Cuba deben aprender a hablar de otra forma con la sociedad civil y a entender que el futuro de nuestra nación pasa por considerar reformas económicas, pero también por una apuesta contundente por la libertad, por el pluralismo político, por el diálogo entre cubanos y cubanas de todas las latitudes e ideologías, por una democracia socialista con el pueblo y no solo como sujeto a ser guiado, sino como sujeto de su propio destino político.
Yo quisiera que alguien me explicara cuantos articulos como este hace falta escribir para que el gobierno escuche a la gente. Quisiera ademas que alguien me diga si nomesta de acuerdo con lo que aqui se plantea y por que no esta de acuerdo. El miedo a cambiar a acabado con la gente de este pais. Con principios, con la educacion, con el respeto agenno… Y esos son aspectos bien dificiles de recuperar. No se puede mantenerna una nacion viviendo en trincheras por tantos años, solo el bienestar, la felicidad, el derecho comun para todos y la cultura haran del hombre un ser humano lejos del animal y con ese ser humano se podra forjar una nacion. Es mas importante tener esto claro, es mas importante que cualquier discurso, que cualquier partido politico y de cualquier lider. Ningun hombre es mejor que una nacion, mas aun si ese hombre escoje servir a su nacion. Y creo que estamos desviados y bien lejos de eso. Hace falta humildad, have falta ponerse en la piel de los que pasan trabajo para sobrevivir. Hace falta que el gobierno funcione en pos de otorgarle la mayor felicidad posible tooodo el tiempo posible a la gente. Ese es el objeto principal de un gobierno que quiera construir una nacion, una sociedad saludable. A ver cuando empezamos a trabajar en eso. A ver si paramos el cancer primero, pa que empiece a salir tejido nuevo y sano despues…Estamos atrasaditos no? Saludos Julio. Una vez mas buen periodismo!
Excelente..lo mejor que he leido en 50 años. Superrr.
Muy claro cual es el camino a seguir, ¿que nos falta para hacerlo?
Exelente articulo. Muy acertado y muy real.
Sin dudas vamos caminando a pasos firmes como pais, pero en la direccion contraria. Es como si los q establecen lo q está establecido estudiaran estos articulos bien a fondo para hacer exactamente lo opuesto.
Viva la revolucion cubana…viva nuestra historia…
Excelente artículo con análisis clave. Desafortunadamente la mayor parte de la población en la isla no lee estos artículos. Incluso, muchos no conocen de que existe esta publicación “OnCUBA”. Sería interesante que este tipo de análisis se haga más visible, por ejemplo, que se publique en Granma :)). A ver si los censores permiten que la gente lea esto para que despierten de una vez!
Realmente me ha impresionado mucho el artículo. Hay que hacer que nos demos cuenta como pueblo, de que el gobierno está ahí para garantizar nuestro bienestar y nuestros derechos, no para quejarse de que el país no se desarrolla a causa de un embargo, esa no es su función
La orientación economicista no es más que el socorrido Pan y Circo, la cual, de conjunto con la búsqueda de chivos expiatorios y la exaltación del Enemigo, sirven para apaciguar el malestar social que podría conducir a la rebelión, pacífica o no, contra quienes detentan el poder. Quienes implementan la idea de que con cambios económicos todo se resolverá, solo hacen ostentación de su maquiavelismo desenfrenado en aras de conservar sus elevadas jerarquías; quiénes les creen, de simpleza o indolencia supinas. ¿Acaso se olvida que ya se predicó en Galilea que no solo de pan vive el hombre; que quienes se alzaron en La Demajagua y el Moncada, vieron el hambre, pero no la padecieron, y fue la injusticia mayor, de fondo y de forma en el gobierno de los hombres, lo que los azuzó al combate; que igual pasó en Francia y en Norteamérica y al pie de los Andes? A estas alturas, lo que se necesita es una estrategia de anti-obsecuencia. Aún no son suficientes las voces, pero ya hay muchas, y crecerán, y al menos ahora existen determinadas posibilidades con los nuevos medios. La lucha por el futuro mejor para Cuba debe personalizarse, pues para quienes tienen el poder es una cuestión personal el demostrar su razón, su nobleza, su inteligencia, su entrega, como avales que legitiman su apoltronamiento como conductores de los destinos de un pueblo. Hay que llamarlos por sus nombres, recordarles su biografía no solo hasta el punto en que nos arrimaron a la luz, sino a partir del punto en que nos devolvieron la sombra, contradiciéndose y desdiciéndose, obsecuentes ellos también. Hay que revelar como tejieron sus redes de influencias, sus séquitos. Hay que apelar a la vergüenza que a estas alturas ya no han de tener, a las reglas del juego limpio, que hace que muchos hombres se echen a un lado cuando comprenden que otros podrían haberlo hecho mejor o de manera distinta. Que existen cotas morales para la rectificación, que en los juegos ad infinitum nadie nunca pierde, ni el bueno ni el malo, pero que en el lapso corto de las vidas de las gentes que hacen las naciones, nadie puede contar siempre con todo el tiempo, y llega la hora de reconocer los errores y caer y callar con ellos, que eso es lo humano, lo ético, lo responsable, lo decente. Como mismo los mecanismos de vigilancia del pensamiento y el valor siempre han atacado a personas, dando golpes bajo, asesinando caracteres y reputaciones, demos golpes altos, analizando la trayectoria de nuestros inefables cuadros, sus decisiones, la ejecución de sus funciones, las decisiones que han defendido y luego han tenido que deshacer. Y pregonemos anti-obsecuencia, en las reuniones del partido y de la ujc, y sobre todo del poder popular. Divorciémonos de los mismos candidatos de siempre, juguemos al espíritu de contradicción, despertemos al ángel de la jiribilla, del que habló el poeta, que duerme en cada cubano. No nos baste la ironía, el cuento, el choteo. Pasemos a la acción. Si dicen pulover blanco, llevemos todos pulover negro. Profundos análisis económicos no llevarán a ninguno de los jefes a cuestionarse el puesto que ocupan. Ni el Moncada ni la Demajagua se lograron con argumentos que no apelaran a las bases de la verguenza y el patriotismo y a los altos ideales de los seres humanos. En otras latitudes, procesos como la transición poscolonial India, post Apartheid en Sudafrica, postSovietica en la URSS, etc, se lograron porque los lideres “tradicionales” de alguna manera sintieron la injusticia del rol que representaban, porque fueron permeados por ideales más justos, porque se convencieron de la injusticia de los que habían intentado defender.
Compañero periodista seguro que ud es de los que va y viene del país de las maravillas. Decirle que hay una estrategia diseñada, o mejor llamarle reformas económicas, por el gobierno con el fin de revertir todo el desastre que hay en la economía cubana. Que se debió aplicar estas reformas antes, es verdad, pero creo que estamos dando pasos firmes para lograrlo, pero todo con la colaboración de los que están aquí y allá, con críticas constructivas y con soluciones, sin copiar otro sistema social y trabajando disciplinadamente. Sin más VIVA CUBA LIBRE!!!