Carlos Martínez quisiera que en Cuba el bambú se conviertiera en “un renglón económico importante”; que la Isla se integrara a la industria millonaria que genera puestos de trabajo y dólares, con una planta además beneficiosa por otras razones.
“Es una fuente de empleo y da cerca de 1,500 productos probados. Es el motor de la economía de países como China, India, Etiopía”, dice Carlos, director del Proyecto Bambú Centro.
En China, el mayor productor del mundo, daba empleo a 8 millones de personas en 2012. Su valor comercial anual en 2015 era de 30 mil millones de USD y es importante en iniciativas de protección ambiental.
Carlos sabe que sería imposible emular con un ejemplo como el chino, superior en superficie de cultivo y población. Pero Cuba, a pesar de las diferencias, tiene personal a quien “los chinos vinieron a consultar. Tenemos gente muy preparada en ese tema. Hay cultura sobre bambú, porque hay personas en los primeros niveles de conocimiento y aplicación”, afirma. Y lo más importante: hay bambú.
Él, su esposa Gisela Vilaboy y otros trabajadores son artesanos y artistas que viven del bambú. Trabajan en un taller en Centro Habana, pero aspiran a extender su iniciativa y que la artesanía –no solo del bambú– tenga más impacto en la economía cubana, como ya pasa en muchos países de Latinoamérica.
Bambú Centro
El taller de Carlos lleva varios años creando productos a partir de la planta, como muebles, lámparas, asientos, mesas y hamacas. A lo largo de ese tiempo el matrimonio ha aprendido y estudiado sobre el bambú; se han especializado.
“Del bambú viven miles de personas. Además, es una cultura, llevada hasta la construcción de viviendas. No necesita reforestación y su sembrado contribuye a la seguridad de la estabilidad alimentaria, porque produce mucho oxígeno y eso es vital para muchos cultivos. Por eso los países que tiene buen café tienen buenos sembrados de bambú”, dice Carlos.
¿Qué hace al bambú tan especial? En un artículo, la FAO enumera varias de esas bondades que lo vuelven tan atractivo más allá del valor comercial.
Puede crecer, aproximadamente, de 75 a 400 mm por día, lo cual lo hace una de las plantas de crecimiento más rápido del planeta, hasta tres veces más veloz que gran parte de los especies de eucaliptos. La marca más asombrosa se registró en Japón y fue de 1,2 m en 24 horas. Se adapta tanto a suelos ricos en materia orgánica como a aquellos más pobres.
Produce seis veces más celulosa que el pino y es muy efectivo en la protección de las márgenes de los ríos y las colinas ante la erosión. Su follaje ayuda a reducir efectos de las lluvias tropicales sobre el suelo y es importante en la obtención de biomasa, porque rinde hasta 40 toneladas por hectárea.
“Se han documentado más de 1,500 usos de esta planta, desde la leña a las lámparas, desde la medicina al veneno y desde los juguetes a la aviación (…) El bambú es asimismo una importante materia prima en muchas industrias de pasta y papel de los países asiáticos”, dice la FAO.
En el caso cubano, Carlos ve la planta como “un reforzamiento de la cultura campesina”. Por eso tiene fe en su futuro y en lo que pudiera aportar a la economía nacional.
Cuba es uno de los 43 países miembros de la Organización Internacional del Bambú y el Ratán (INBAR). Entre sus integrantes principales está China, que según cifras de 2013, tenía reservas de bambú estimadas en 6 millones de hectáreas, con un total cercano a 28 mil millones de plantas.
En Etiopía, por ejemplo, hay cerca de 1 millón de hectáreas y en la India se calcula en 10 millones. Entre los países de América en Colombia el área cubierta por los bosques de bambú se estimó en aproximadamente 40,000 hectáreas. Mientras en Brasil, se estima que el Estado de Acre tiene 1,6 millones de hectáreas de bosque nativo con alta presencia de bambú.
Cuba se unió al INBAR en 1999. La página de la organización dice que en la Isla se han identificado 19 especies nativas de bambú y 22 especies han sido introducidas. El área se estima en 16,000 ha.
Las primeras variedades, se piensa, llegaron a comienzos del siglo XX, por medio de compañías extranjeras como la United Fruit Company. Pero el impulso para su cultivo llegó a partir de 1989, con la creación del Grupo Nacional de Bambú y Ratán.
En los años 90 se tomó más en serio la extensión de las plantaciones, con primeras experiencias en Holguín y Granma. Así en 1992, se celebró en el Jardín Botánico de Cienfuegos el Primer Taller Nacional sobre Bambú.
También existe un Proyecto, Bambú-Biomasa, que alienta su plantación. Incluso se han sembrado unas seis mil hectáreas en los últimos seis años. Uno de sus impulsores de su uso ha sido el Centro de Investigación y Desarrollo de Estructuras y Materiales (CIDEM).
Aun así, Carlos cree que “está subvalorado, no hay enfoque global ni del papel que puede jugar en la economía. Miramos hacia el sudeste asiático, y pensamos que lo que se produce allí no tiene cómo producirse aquí”, se lamenta.
En su caso, como el de los artesanos que lo trabajan en Cuba, el mercado fundamental es el sector privado. En Bambú Centro son miembros de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas, participan en las ferias e incluso tiene cierta visualización. Son reconocidos ampliamente como productores en el país e incluso han recibido a profesores y alumnos de la Universidad de la Mancomunidad de Virginia, que visitan su instalación como parte de un estudio.
“Pero no podemos entrar en los mercados donde tu producto tiene gran aceptación. El nuestro ahora son los inversionistas privados (paladares, arrendamientos). No debería ser ese porque lo ideal es el destino principal fuera el fuera el turismo”, dice.
Porque el desarrollo del bambú pasa por las autorizaciones comerciales, además de por el tema plantación. A su juicio, las cadenas productivas del turismo son esenciales para incentivar la producción, sector que compra cientos de muebles en el extranjero.
“Aún el Estado no ha visualizado el desarrollo de los muebles rústicos. Podríamos amueblar un hotel, o restaurant, por ejemplo. Pero los artesanos no lo pueden hacer sin organización y apoyo del estado”, explica.
Carlos conoce a muchos de quienes se dedican a la artesanía del bambú en la Isla. En Pinar del Río, por ejemplo, “hay mucho bambú sembrado. También hay un señor que hace pequeños juguetes, a quién podría ponérsele una fábrica para hacer juguetes”. En La Habana (además de Bambú Centro) hay otros grupos aislados con varias líneas de producción.
El CIDEM estudia la utilidad del bambú que dicen pudiera usarse en fabricar casas, andamios, mobiliarios y utensilios para el hogar. Además de absorber mucho dióxido de carbono, incluso, sería ideal para reforestar en suelos dañados. El propio centro, en 2011, aplicaba un programa de reforestación en zonas de Holguín dañadas por la minería, dónde el bambú se adaptaba bien.
Pero mientras no se les coordine con una estrategia mayor, en un programa de desarrollo industrial, serían iniciativas separadas, que no llegarían al sueño de Carlos de convertir la artesanía y el bambú en un motor económico.
“No se ha pensado en ubicar la artesanía como un elemento que realmente contribuya al PIB. Las instituciones no hacen la promoción correcta y faltan los mecanismos de exportación de las cosas que hacemos”, dice.
Todo puede ser en Cuba un motor económico, sobre todo si pasa por el cuentapropismo, o empresa privada, que es su verdadero nombre. Pero el estado cubano no quiere eso, no quiere cubanos adinerados, no quiere negocios prósperos privados. Así que por ahora se quedaran haciendo accesorios, jugueticos, y banquitos, lo demas lo hara el estado. Una licencia de carpintero en Cuba solo te autoriza a reparar muebles, no a crear los tuyos propios. Asi que por ahi ya podemos tener una idea de como mal-funcionan las cosas. Ah, se me ocurre algo, vamos a elegir a un nuevo presidente, a otro partido, a otro sistema, ahora en las elecciones de Abril!
No queda claro el status de Bambu Centro, llegaron a ser una cooperativa? se dice que pertenece a la ACAA, que es solo para artesanos y artistas, una entidad bien controlada. Pueden hacer cosas, muebles artesanales, pequeñas cantidades, pero están limitados. Entonces el carpintero con licencia no puede fabricar muebles de bambú, tienes que ser artesano o artista, que es quien fabrica mas bien objetos únicos y no en grandes producciones, en fin… aquello no hay quien lo entienda.
Rosita…solo espero que te paguen por toda esa maldad que a diario volcas en ON CUBA, con comentarios pocos serios e intelligentes… y digo espero que te paguen, porque de verdad sería muy triste hablar boberías sin recibir nada a cambio. Una recomendación google cooperativas e informate de que van, como funcionan… te sorprenderas al ver que no es un invento cubano y que al día de hoy es una forma de agrupación economica en cualquier lugar del planeta. El sistema no es perfecto, pero si perfectible…. Ellos, esos artesanos que vez, están asociados al FCBC, además de la ACAA, yo personalmente lo atendí una vez a él. Creeme, aquí, con las políticas que tiene el FCBC… no son precisamente unos muertos de hambre… todo lo contrario. Ahora, del artículo, me interesaría ver como enfrentan el tema de la sustentabilidad del emprendimiento… porque veo que utilizan un recurso renovable… pero no que planes tienen para renovar el material que utilizan… o solo talan y talan sin plantar… Buen día a todos… Rosa, para tí también 🙂
Impacto económico de las cooperativas en Estados Unidos
Las casi 30.000 cooperativas que operan en los Estados Unidos generan más de 2 millones de puestos de trabajo y pagan más de 74 billones de dólares en salarios anualmente, de acuerdo a un estudio realizado por el Centro para las Cooperativas de la Universidad de Wisconsin, con apoyo del Departamento de Desarrollo de la Agricultura de Estados Unidos (USDA). Las cooperativas representan el 1% del Producto Bruto Interno del país con un ingreso bruto superior a los 654 billones de dólares. El sistema cooperativo genera utilidades anuales por 133,5 billones de dólares, posee 3 trillones de dólares en activos y provee productos y servicios a lo largo del país en todos los sectores de la economía.
Aspectos relevantes de las cooperativas en Estados Unidos
– Hay 120 millones de miembros en las cooperativas
– 92 millones de consumidores estadounidenses son miembros-dueños y reciben todo o parte de sus servicios financieros, de la red de casi 8.200 cooperativas financieras y cooperativas de ahorro y crédito del país.
– Más de 900 cooperativas eléctricas brindan electricidad a 42 millones de personas en 47 Estados, lo que representa el 12% de la población total.
– Más de 1,2 millones de familias americanas de todos los niveles económicos habitan en viviendas que son propiedad de asociaciones cooperativas o son operadas por éstas.
– Las cooperativas agropecuarias generan más de 250.000 puestos de trabajo, con una nómina total que excede los 8 billones de dólares.
– Más de 50 millones de americanos son asistidos por compañías aseguradoras cooperativas o cercanas al sistema cooperativo.
– Más de 20 cooperativas tienen ventas anuales que exceden el billón de dólares, incluyendo empresas de renombre como Land O’ Lakes, Inc., Cabot Creamery, Ocean Spray y ACE Hardware.
Datos de las cooperativas estadounidenses
1% del PBI de los EEUU
29.284 empresas cooperativas
USD 654 billones de facturación anual
USD 133,5 en utilidades
USD 3 trillones en activos
2 millones de puestos de trabajo
120 millones de miembros
Agradezco a OnCuba que haya decidido publicar este artículo sobre el bambu. Fui director del proyecto “Bambu-biomasa” desde el CIDEM, y pude experimentar en carne propia las bondades del bambú. En nuestro proyecto, que funcionó entre 2005-2013 financiado por la Agencia Suiza de Cooperación COSUDE, se crearon más de 50 viveros (una buena parte privados) para la propaación del bambu con capacidad de propagar hasta 1 millon de plantas anuales (una hectarea lleva 204 plantas). Se montaron además 6 talleres industriales de procesamiento del bambú en el que se podrian hacer tiras con las que se pueden tejer esteras e incluso hacer tableros prensados para la producción de muebles. El proyecto logró -con la cooperación del sistema de empresas forestales de Cuba- la siembra de más de 3000 ha de bambú que duplico en 6 años el área existente de bambu hasta entonces. En el 2012 hicimos un estudio para ver el impacto ambiental del bambú, en este caso en la cuenca del río Bayamo en Granma, y entre otras cosas vimos que es capaz de secuestrar hasta 30 ton de CO2 por ha por año, y almacenar hasta 60 m3 de agua por ha en época de lluvia. El MINAG montó desde el 2013 un Programa Nacional que ha permitido incrementar las areas sembradas (hasta 16000 ha), pero falta la parte de utilización del bambú, en especial en la producción industrial. Este puede ser un campo donde el Sector No estatal pueda tener una capacidad de actuación que no ha sido explotada por causas que no conozco. Hay empresarios individuales como los que se presentan, en la Habana y en Holguin, que han tenido éxito, pero no son la mayoría…
Bravo por tí Neo, esta es un tipo de Rosa con muchas, muchas espinas y venenosa
Jaja pero que susceptible están los muchachitos por aquí por los comentarios de Oncuba, bueno pero vayan acostumbrándose porque así es el mundo democrático, cada quien dice lo que piensa sin ofender. Puede ser que a veces se me note un poco molesta, pero es que son muchos años ya de ser parte de un país que nos ha convertido en sobrevivientes en vez de individuos.
Oiga,no lo diga muy alto,vamos a terminar como los osos panda, comienzo ojas de bambú,entre la moringa el marabú el bambú el proyecto para el 2030 se pondrá verdecito.
Rosa.
Es verdad que el regimen de la isla ha fracasado , que sobrevivir es una angustia, pero buenas intenciones si han tenido para pavimentar con ocho vias, todas de ida, el camino del inferno. Comprendelo. Los que estamos en la contrera o somos locos o nos pagan