La candidata demócrata para las elecciones presidenciales de los Estados Unidos, en 2016, llegó hasta la Universidad Internacional de la Florida para reafirmar su postura pública sobre Cuba: el “engagement”, la “cercanía”, es mejor herramienta política que el enfrentamiento.
“Debemos decidir entre el compromiso y el embargo, entre abrazar nuevas ideas o retornar al punto muerto de la Guerra Fría”, señaló la candidata ante un auditorio compuesto en su mayoría por miembros de la comunidad cubana en el sur de la Florida.
“We must decide between engagement and embargo—between embracing fresh thinking and returning to Cold War deadlock.”—Hillary
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) July 31, 2015
La ex primera dama y ex Secretaria de Estado apeló a la emoción para conectar con su audiencia: “Sé que para muchos en esta sala y en la comunidad cubanoamericana este debate no es un ejercicio intelectual. Es profundamente personal. (…) Me siento privilegiada por tener una cuñada cubanoamericana, que vino de niña a este país como muchos otros y ha trazado su camino”, afirmó.
“El pueblo cubano ha esperado demasiado tiempo por el cambio. Incluso muchos republicanos en el Capitolio comienzan a reconocer la urgencia de moverse hacia adelante. Es tiempo de que sus líderes decidan si se suman a esta decisión o se salen del camino. El embargo a Cuba debe terminar de una vez y por todas”, insistió.
“The Cuba embargo needs to go, once and for all.”—Hillary in Miami — Hillary Clinton (@HillaryClinton) julio 31, 2015
Con esa tónica, de empatía y comprensión, comenzó a desgajar los mensajes de su campaña con respecto al archipiélago caribeño: pidió apoyo a la política del presidente Obama e insistió en las “ventajas” para los Estados Unidos de cambiar la estrategia.
“Unas relaciones más fuertes entre Cuba y Estados Unidos pueden llevar un cambio político y económico… El compromiso no es un regalo a los Castro, es una amenaza para ellos…tener una embajada en La Habana no es una concesión, es un faro”, resaltó
“Los cubanos quieren una relación más cercana con los Estados Unidos. Quieren comprar nuestros productos, leer nuestros libros, navegar en nuestra web y aprender de nuestra gente. Quieren traer a su país al siglo XXI. Esa es la vía hacia la democracia y la dignidad y nosotros deberíamos recorrerla junto con ellos”.
“Entiendo el excepticismo…pero hemos venido prometiendo progresos durante 50 años. No podemos esperar más que de frutos una política fallida… Si vamos hacia atrás, nadie se beneficiará más que los políticos duros en La Habana”, aseguró la candidata.
Para la candidata Clinton, reformular el trato a Cuba es también una condición para reposicionar a los Estados Unidos en su relación con la región más cercana. “Por años nuestra política impopular sobre Cuba ha retrocedido nuestra postura ante Latinoamérica. Nosotros estábamos aislados de la región y otros como Venezuela tomaron ventaja para sus propias agendas. Ahora tenemos una oportunidad estratégica para los intereses norteamericanos”, señaló.
Closer ties across Latin America will help our economy at home, and strengthen our influence around the world. pic.twitter.com/RBVgYpGcGu
— Hillary Clinton (@HillaryClinton) julio 31, 2015
No le habló al vacío la postulante demócrata. Una reciente encuesta de PEW cifró en cerca del 73% el apoyo de los estadounidenses al restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba y al fin del embargo comercial; mientras que en la comunidad cubanoamericana algunas encuestas aseguran que el apoyo supera el 50% de sus miembros.
A ellos estuvo dirigida toda la argumentación en la Universidad de la Florida: “Quiero que cada cubano en la isla venga a Miami y vea lo que ustedes han logrado”, ha precisado. “Solo un contacto directo puede mejorar la vida de los cubanos”, dijo la Rodham Clinton.