Después de un agosto con reportes del 31 por ciento del territorio cubano con déficits de lluvias, no todo lo que Irma dejó en Cuba fue desolación. Sus lluvias sirvieron al menos para que el acumulado de las más de 200 presas de la Isla aumentara del 40 al 64 por ciento.
Las precipitaciones asociadas al huracán elevaron las reservas de agua en más de 280 millones de metros cúbicos, de acuerdo con un reporte de la televisión estatal cubana. Esto ayudará a paliar una de las sequías más intensas vividas por Cuba en más de cien años, la cual ha afectado a más del 70 por ciento de su territorio.
Al cierre de julio los 242 embalses del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH) contenían 3,662 millones de metros cúbicos de agua, lo que representa el 40 por ciento de su capacidad total. La porción utilizable era de 2,984 millones de metros cúbicos, apenas el 34 por ciento.
En el caso específico de Sancti Spíritus, la de mayor capacidad de almacenamiento en la Isla, el acumulado de agua creció del 18 al 87 por ciento en poco más de 72 horas.
Las lluvias fueron especialmente beneficiosas para la presa Zaza, la mayor de Cuba, deprimida antes de Irma. En 24 horas recibió más de 450 millones de metros cúbicos de agua y en los días siguientes continuó aumentado su nivel.
Con una capacidad de 1,020 millones de metros cúbicos, la Zaza se convirtió en uno de los rostros de la sequía, cuando en el primer semestre del año llegó a acumular solo el 11 por ciento del total, su nivel más bajo en los últimos treinta años.
La presidenta del INRH, Inés María Chapman dijo que los embalses de la Zaza “son para que duren dos y tres años, hay que preservarlos para utilizarlos en el periodo seco”, dijo.
En situación de sequía, Cuba había implementado estrictas políticas de ahorro y distribución del agua. Incluso se habló de alternativas como el empleo de un avión ruso para “sembrar nubes” y provocar lluvias por medio de reactivos químicos.
Según el INRH, la sequía es un fenómeno cíclico en la Isla debido en lo principal a la escasez de lluvias, sobre todo en las zonas oriental y central. Esta última región ha sido la más afectada y contaba antes del huracán con la mayor cantidad de meses consecutivos con precipitaciones por debajo de la media histórica.
Sin embargo, precisamente fue la zona más impactada por el huracán, que junto a la estela de destrucción dejó también significativos acumulados de lluvia.
Irma, que golpeó Cuba entre el 8 y el 10 de septiembre pasados provocó 10 fallecidos, fuertes inundaciones y daños económicos que todavía se cuantifican, sobre todo en el litoral norte de la Isla.