El gobernador tejano Greg Abbott visita Cuba durante tres días en un viaje de perfil económico. Desde el 30 de noviembre y hasta hoy 2 de diciembre de 2015, está sondeando, junto a sus acompañantes, qué se ofrece este lado del Golfo de México, casi un año después del inicio del nuevo entendimiento entre ambos países. El grueso de su delegación lo componen en empresarios de la agroindustria y del sector portuario.
Uno de ellos es Ernest Bezdek, director de desarrollo comercial del Puerto de Beaumont, por donde, en el pasado, se despacharon varias decenas de millones de dólares en mercancías hacia Cuba.
La importancia de este viaje se puede explicar, en parte, con indicadores geopolíticos: Texas es el segundo Estado más poblado de EE.UU., con una abultada delegación congresional en la Cámara de Representantes, donde los republicanos son mayoría. La llaman la 12ma economía del mundo es también desde antaño un exportador de alimentos a la isla caribeña más cerca a sus costas, principalmente por motivos de proximidad geográfica: vendedor y comprador comparten el Golfo de México.
“El gobernador Greg Abbot, como su predecesor, difícilmente renunciaría a una oportunidad económica, incluso si las políticas son complicadas” subraya un editorial de apoyo publicado por el StarTelegram, un periódico de Texas, en referencia al candidato presidencial republicano y senador cubanoamericano de ese mismo estado, Ted Cruz, opuesto a la aproximación con la isla donde nació su padre.
A diferencia de sus pares en otros Estados, el jefe de la gubernatura tejana no ha participado abiertamente en demostraciones públicas de adhesión de la normalización con Cuba. Políticos como el neoyorkino Andrew Cuomo o Asa Hutchinson, de Arkansas, reiteraron más de una vez su alineación al acercamiento.
Nueve gobernadores se pusieron de acuerdo para enviar una carta al Congreso, con una solicitud en favor del levantamiento del bloqueo. Con discreción (o por omisión), su llegada a La Habana este 30 de noviembre lució como una sorpresa, aunque su visita estaba prevista por lo menos desde julio pasado.
Abbot viene a plantar bandera junto a empresarios de su Estado y eso explica que el viaje lo pague TexasOne, una sociedad que se define como pública-privada, creada por la Corporación de Desarrollo Económico de Texas para promocionar el comercio y las inversiones de sus hombres de negocios por medio de misiones comerciales, mercadotecnia y coordinación de eventos, similar al Global NY que organizó el viaje del gobernador Cuomo.
Como complemento, hay una Alianza Comercial Texas Cuba, fundada en febrero de 2003 con la anuencia de una diversidad de interesados en abrir el mercado cubano, principalmente a los agricultores. Su sitio web da fe de la antigüedad y también de una aparente hibernación: las notas en la sección mediática datan del año 2004.
La agenda de Abbott en La Habana está bien cargada: un recorrido por los muelles del Mariel, encuentros en el Ministerio de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, la Cámara de Comercio, la corporación CIMEX y los funcionarios de Alimport, la empresa encargada de las compras de productos agrícolas a Estados Unidos.
Un comunicado de su oficina dado a conocer ayer se refiere a las potencialidades del puerto del Mariel como “la posibilidad futura de servir como un centro de trasbordo de contenedores para el comercio con EEUU (en una era posterior al bloqueo) compite por su alta tecnología con el Puerto de Miami, el más cercano a la nueva ampliación del Canal de Panamá”.
Al igual que el resto de la agroindustria estadounidense, los granjeros de Texas han visto sus ventas a Cuba decrecer en los últimos años, pasando 93 mil toneladas en 2012 a apenas sesenta en el año pasado, casi el doble de lo enviado en los últimos once meses, según datos del U.S.-Cuba Trade and Economic Council, publicados por un diario local. Es improbable que un oficial estadual sirva de desfibrilador para un área de las relaciones económicas que solo pueden revivir acciones del Congreso.
En este punto, la situación ya llegó al extremo de sugerirse un levantamiento solo de las restricciones que afectan las exportaciones de alimentos, dejando la eliminación del resto del bloqueo para después.
“Para mí hay dos pasos lógicos: primero, aprobar leyes para permitir extender créditos para las ventas agrícolas y continuar con la apertura de los viajes” dijo el gobernador de Arkansas, Asa Hutchinson, en la conferencia de prensa al final de su visita a Cuba, a principios de octubre.
Como tantos políticos de su partido, Abbot critica abiertamente al presidente Obama, incluso el habitual de gobernar por decreto, la posibilidad real de avanzar por vía rápida hacia un desbloqueo parcial. Siendo fiscal general de su estado, demandó la administración demócrata ante los tribunales en decenas de ocasiones. Pero como otros tantos miembros de su partido, incluido el magnate Donald Trump, reconoce que la Casa Blanca acertó en su acercamiento con Cuba.
El mensaje es bastante claro: los intereses locales bendicen la normalización y priman sobre los principios políticos sin base económica en sitios tan impredecibles como la gubernatura de Texas.
Pregunta: cuantos funcionarios norteamericanos han visitado Cuba buscando negocios en los últimos tiempos ?. y cuantos negocios se han concertado ?. Ya esto se me esta pareciendo a la TV cubana cuando anuncia la llegada de un presidente africano a Cuba para “revisar el buen estado de la relaciones” o sea para nada. Mientras el gobierno de Cuba se mantenga en sus trece para presionar por el embargo, no pasara nada.
Hola, Juan Carlos. Gracias por comentar la noticia.
Recuerde que las leyes y regulaciones del bloqueo nada más permiten inversiones estadounidenses en determinados sectores de la economía cubana, y solo desde hace unos meses…y siempre con la correspondiente licencia del Departamento del Tesoro. Por increíble que parezca, un empresario de Alabama con intenciones de asentarse en el Mariel me dijo que la burocracia en Cuba había sido más rápida que la de su país, debido a las restricciones.
Estimado Javier, gracias por la información, es cierto que las regulaciones del embargo limitan varios aspectos, pero dudo que ese sea el principal problema, el problema es que el gobierno cubano quiere que los negocios con los norteamericanos sean exclusivamente con empresas estatales o sea pasando por el gobierno. Recientemente se libero la posibilidad de las americanos hacer negocios con particulares en Cuba, pero el gobierno cubano no lo permite. Por otro lado la extensión de internet por todo el país facilitaría el pago con tarjeta lo que permitiría mayor entrada tanto a los particulares como al gobierno, pero no existe voluntad política según revelo recientemente el New York Times.
Qué bien! Me alegra mucho que nuestro gobernador se mantenga con una mente abierta y tenga una visión para el futuro. Siempre he respetado al governador Abbot, y ahora más que nunca veo cuán sabio es. Cuba se beneficiaría bastante de una relación económica con Texas, ya que este es un estado con bastante avance en el sector económico – especialmente en las industrias petrolera y agrícola. Igualmente el lonestar state pudiera encontrar amplias áreas de inversión de las cuáles se podría beneficiar. Muy bien gobernador, muy bien!
Pues se fue con las manos vacías, al igual que muchos visitantes anteriores. La falta de garantías y seguridad jurídica para con los inversores, hacen que sea cosa de kamikazes invertir en Cuba.