Un nuevo editorial del periódico norteamericano The New York Times, publicado este lunes en su versión impresa, critica las estrategias que desde los Estados Unidos pretenden derrocar al gobierno de La Habana.
El diario hace referencia a la Ley Helms-Burton, aprobada por el presidente Clinton luego del derribo por parte de Cuba de dos avionetas estadounidenses, y señala que “ha servido como fundamento para que el Gobierno norteamericano gastara $264 millones de dólares, durante los últimos 18 años, en un intento por instigar reformas democráticas en la isla”.
“Lejos de haber logrado su objetivo, las iniciativas han resultado bastante contraproducentes. Los fondos han sido un imán para charlatanes, ladrones y buenas pero infructuosas intenciones. Los sigilosos programas han agravado la hostilidad entre las dos naciones, le han dado a Cuba una bonanza propagandística y han bloqueado oportunidades de cooperar en áreas de interés mutuo”, afirma The New York Times.
El artículo titulado En Cuba, desventuras al intentar derrocar un régimen, reseña el cambio experimentado en la política de los Estados Unidos respecto a la Isla con la llegada a la presidencia de George W. Bush en el año 2001. A partir de ese momento, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, por su sigla en inglés, fue “el principal vehículo para implementar proyectos de reforma democrática en Cuba”, apunta el rotativo.
“La inversión en iniciativas para derribar el gobierno aumentó de unos cuantos millones anualmente, a más de $20 millones de dólares en 2004 durante los primeros años de la administración Bush”, prosigue The New York Times. “La mayoría de contratos se otorgaron sin mayores controles a grupos de cubanoamericanos. Uno invirtió el dinero en una estrategia de lobby internacional, de cuestionable legalidad, para persuadir a gobiernos extranjeros a que apoyaran el impopular embargo que Estados Unidos impone sobre la isla. Otro envió montones de revistas de historietas cómicas a la misión diplomática estadounidense en Cuba, desconcertando a sus funcionarios. El dinero también se utilizó para comprar ropa y comida, pero nunca fue posible verificar cuánto llegó a manos de los familiares de presos políticos, como se tenía previsto”, añade.
El diario norteamericano menciona, además, las “nefastas repercusiones” que ha tenido para la administración de Obama un proyecto iniciado durante el mandato de Bush para la expansión del acceso a Internet en Cuba. La visita en 2009 de una funcionaria del Departamento de Estado a La Habana para restablecer el servicio postal y cooperar en asuntos migratorios, constituyó “el contacto a más alto nivel con el Gobierno cubano en varios años”.
Pero la detención en la Isla del subcontratista Alan Gross, quien viajó a Cuba como parte de una iniciativa de USAID “para contrabandear equipos de comunicación” de forma ilegal, puso en evidencia una “política engañosa de dos fases” por parte de Washington, explica The New York Times. Las autoridades cubanas “asumieron una posición rígida frente al prisionero estadounidense”, condenado a 15 años de cárcel.
El editorial de este lunes cita igualmente la investigación de Associated Press acerca del programa conocido como Zunzuneo, desarrollado por la firma Creative Associates International entre 2009 y 2012, para proveer una plataforma de difusión informativa como mecanismo para “organizar multitudes” en la Isla.
Asimismo, el diario norteamericano recuerda las revelaciones de la AP en torno al envío de jóvenes latinoamericanos a Cuba para identificar personas que pudieran ser “agentes de cambio social”. “Los contratistas, bajo el mando de Creative Associates International, recibieron un poco de entrenamiento para evadir a agentes de inteligencia, y recibieron $5.41 dólares por hora, por una labor que, fácilmente, hubiera podido llevar a que terminaran en la cárcel”, agrega.
El texto expresa que “el dinero estadounidense ha proveído comida y alivio a familiares de presos políticos, y ha generado una red limitada de Internet satelital. Pero ha estigmatizado, más que fortalecido, a la comunidad de disidentes”.
The New York Times considera que los líderes estadounidenses, en lugar de promover proyectos para derrocar el gobierno cubano, “deben encontrar mecanismos para empoderar al cubano común y corriente, expandiendo oportunidades de estudios en el exterior, organizando más enlaces profesionales, e invirtiendo en las nuevas microempresas en la isla”.
“Es positivo que sigan promoviendo mayor conectividad a Internet, pero deben entender que lograr ese objetivo de manera sustancial exige coordinación con el Gobierno cubano”, observa el editorial.
“Washington tiene que reconocer que a lo único que puede aspirar, es a influir de manera positiva en la evolución de Cuba hacia una sociedad más abierta. Para eso, es más productivo lograr un acercamiento diplomático, que insistir en métodos artificiosos”, concluye The New York Times.
Vea, además:
Editoriales del The New York Times:
Tiempo de acabar el embargo de Cuba
La impresionante contribución de Cuba en la lucha contra el Ébola
Si, el New York Time debe tener razón, como la tuvo cuando Hebert Mathews dijo que Fidel Castro no era comunista ,que de hecho era anticomunista: “This is not a Communist Revolution in any sense of the term. Fidel Castro is not only not a Communist, he is decidedly anti-Communist.
pero no es mentira q la llamada fundación cubano americana de miami se ha hecho rica a costilla de fidel y de la revolución, y por eso es q no quieren q se establezcan las relaciones , mientras mas tensión halla mas plata le entra,,, eso es una teta q mientras exista la revolución castrista ellos tendrán segura allí,,, los cambios tienen q llegar a cuba, tarde o temprano, la revolución cubana y la política de los castros tiene q evolucionar de eso no hay duda, pero cual es la traba???? no es el comunismo, ni el socialismo de la isla. ni son la violación de los derechos humanos,,, ejemplo, china es un país comunista , unipartidista, con mas presos políticos q todos los países de la humanidad juntos, hay tres veces mas reprecion política y violación a los derechos que en cualquier otros país y sin embargo es el principal socio comercial de los estados unidos,,,, porque ocurre eso? justamente la disidencia china en los estados unidos no existe , ni existe un lobby anti chino en la política americana, los chinos q llegan a américa van a trabajar y surgir sin meterse en política, mientras halla un lobby cubano americano aprovechandoce de la política y enriqueciendoce a costilla de eso , la política estadounidense hacia cuba no va a cambiar y el embargo jamas sera quitado
Yuniel por favor por el hecho de repetir las mismas frases no hará que se hagan realidad, ese tipo de justificación la he visto en varios lugares. Lamentablemente esa justificación esta completamente equivocada. La razón es muy simple en China hay un partido comunista si, y tampoco hay derecho a huelga como en Cuba.Pero los chinos todos si pueden hacer negocios particulares con los extranjeros a cualquier escala, en Cuba ESSSSO NOOOO ES POSSSSIBLE, por tanto los cubanos de a pie no se podrán beneficiar de la inversión de las empresas extrajeras por que solo el gobierno y el ejercito controlan los negocios con los extranjeros incluyendo los turistas con sus grandes hoteles todo incluido. Los cubanos de a pie solo tendrán que conformarse con las migajas que les de el gobierno quien tiene y tendrá el control absoluto de esos negocios incluyendo eliminarlos cuando tenga suficientes recursos como ya lo hizo una vez