Trending Cuba

De un tiempo acá llueven las celebrities en La Habana. No cae un aguacero decente, pero el chubasco farandulero no escampa. Y me encanta que vengan, y tiendan puentes, se tiren selfies, gocen el cliché y tal, a pesar de este incómodo complejo de objeto museable…

A ver si nos entendemos: ni Cuba es un parque temático del socialismo, ni aquí bailamos la Internacional a golpe de rumba, ni somos lascivia pura bañada en mojitos, ni andamos por la vida gritando “¡Azúcarrrr, camarada!”, entre ruinas, almendrones y surrealismo socialista.

“Hey, yumas, aquí también estamos en el siglo xxi. Que aún rueden carros viejos no quiere decir que estamos detenidos en el tiempo. Hay tablets y teléfonos inteligentes, y tenemos locos del cross-fit, y tuvimos emos y metrosexuales que abrieron el camino a tribus urbanas de hipsters, swingers, cruisers, bears y tal. Y sufrimos la globalizada tontería cultural, y gozamos cada éxito cubano en las Grandes Ligas. Puede pasar que alguien se decepcione con esta Cuba ecuménica, inesperada y ecléctica, pero es lo que somos y es lo que hay.

Si bien los cubanos distamos de ser esa exótica caricatura con que aún nos pintan, tampoco nos molesta sacarle el kilo al estereotipo. Es más, nadie condimenta nuestra leyenda como nosotros, pichones de Juan Candela, herederos de su pico fabulador. Y sí, nos gusta creernos el ombligo del mundo, aunque la realidad nos recuerde diariamente que no lo somos. Para bien…

Igual, mucha gente viene buscando cumbancha, y la encuentra. Mick Jagger se fotografíó junto automóviles más viejos que él; Annie Leibovitz retrató a Rihanna desnuda en un solar; Katy Perry cantó y bailó al “tumbao” de unos niños; Floyd Mayweather Jr. posó sobre el ring de un ruinoso gimnasio underground; Julio Iglesias confesó que –¿por qué no?– quisiera grabar un disco de boleros en La Habana, y hasta Chanel dijo que traería su colección Cruise 16/17.

¿Qué decirles? Somos moda… Todos quieren venir a descubrir esta ciudad sacada de una vieja postal, cruzando al fin el puente abierto el 17 de diciembre de 2014, cuando Washington y La Habana acordaron que ya era hora de llevarse como buenos vecinos. Hace tres años, Jay-Z y Beyoncé cayeron “de incógnitos” a celebrar su quinto aniversario, pero no fueron las primeras figuras de renombre internacional que vinieron. Mucho antes nos visitaron estrellas de la cultura y el deporte, seducidas por el aroma de los habanos y algún que otro cliché tropical.

Cuba es, hace rato, un destino intrigante. Pero a los cubanos nos gusta la farándula, por eso genera más revuelo toparse con Paris Hilton tomándose selfies con el Habana Libre de fondo, o John Kerry bromeando con comprarse un almendrón tras su retiro. Toda una avalancha en la cual destacó, sin dudas, la visita del Papa Francisco, carismático y tan cercano, que hasta los ateos quedaron marcados por su prédica humanista. La visita del Sumo Pontífice acaparó titulares, pues fue clave en el acercamiento que viven actualmente Cuba y Estados Unidos. Algo por lo que muchos llevaban años rezando, con más ganas que fe…

De momento, el cubano asume divertido ser trending topic. Muchos bromean anunciando la visita del mismísimo Obama, de un momento a otro, mientras la pregunta de boca en boca es: ¿quién será el próximo?

Más allá de las bromas, esta afluencia es quizás el síntoma más visible de que quizás algo esté cambiando en Cuba, y aunque los salarios, el transporte y la alimentación aún sean precarios, hay una esperanza de que el panorama se vaya despejando poco a poco… Por lo pronto, qué bien que estamos de moda… A gozarla mientras dure…

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