Mi padre y el padre de mi madre son cubanos. El verano último viajé a Cuba con la Fundación CubaOne. Como estadounidense hijo de un cubano, siempre deseé visitar la Isla. Finalmente pude hacerlo. El viaje me dio la oportunidad de practicar el español, conocer nuevos amigos y apreciar la cultura del país.
Soy fotógrafo, así que llevé conmigo unas cuantas cámaras para hacer retratos y tomar testimonio gráfico de los paisajes. De hecho, las cámaras me proporcionaron un motivo para interactuar más de cerca con el pueblo cubano, presentarme, conocer sus nombres e historias.
Hablamos de música, películas, arte, agricultura, deporte, tecnología, y del futuro. Los cubanos tienen estilo, carácter; son muy innovadores y hábiles.
Mis nuevos amigos afrontan retos y luchas, pero por encima de escaseces y limitaciones, muestran una fuerza y un humor inconfundibles. Se aseguraban de disfrutar los buenos momentos de la vida, al mismo tiempo que trabajaban arduamente previendo la etapa que vendrá. Parecía como si las nuevas empresas privadas cubanas y la accesibilidad a Internet les estuviera anunciando el comienzo de un próximo capítulo. Me entusiasma la idea de seguir el desarrollo de estos acontecimientos.
Al final del viaje experimenté una fuerte conexión con la cultura cubana y decidí que regresaría a menudo. Desde entonces me he mantenido en contacto con mis amigos en Cuba. Hablamos online casi todos los días. Creé una marca llamada Toda Fuerza para apadrinar un equipo de los más talentosos monopatinadores de La Habana. El propósito de Toda Fuerza es proveer de equipos, y promover y exhibir por el mundo el arte y la actuación de los monopatinadores cubanos.
Mi segunda visita a Cuba fue en noviembre de 2016. En mayo de 2017 estaré de nuevo allí. ¡Toda la fuerza para Cuba!