Nieblas

Boston, 1897

John J. McDermott cruzó a la carrera -mire arriba- alguna de estas calles. Aunque la foto parece no aludir a una fecha. Se dice, no obstante, que McDermott dejó progresivamente de correr un día del año retratado, yendo desde el Irvington Oval hasta el Metcalf’s Mill. John J. McDermott pudo cruzar caminando -mire arriba- alguna de estas calles. Pero fue suficiente. No sé si usted recuerde alguna fotografía de John J. McDermott; pero a mí me luce que pudiera andar a pie sobre la foto. Nada hay más físico o especulativo que una foto. Esta de arriba, como todas, define un espacio. Si digo que ese espacio es Boston, entonces la foto de marras también define un tiempo. Al menos en la historia personal de esta foto, el tiempo y el espacio son la misma cosa. Solo ha habido tres Boston en la historia de Boston: el Boston de la revolución, el Boston de ahora mismo y este Boston de aquí, del primer maratón. Sé que es 1897 -aunque la foto no me lo diga- porque Boston en presente está muriendo, detonando miedo y no, como muestra este azaroso fotograma, lleno de portales abiertos, de caballos silentes, de boom publicitario.

Únicamente un dato en la foto de arriba pudiera señalarnos el Boston de ahora mismo. Fíjese bien, se trata de la niebla; pero la niebla –al fondo de la foto- es ilusoria, acaso está servida para llamar a engaño, y el mal lector olvida que en lugar de ver humo, mira una foto vieja, algo de los comienzos de la fotografía, demorada a la luz, devorada por químicos, demasiado profética.

Salir de la versión móvil