En Las Martinas la nostalgia, esa compañera inseparable de la vejez, se impregna en la ropa, como el polvo de sus callejuelas. Bajo el sol mañanero, el pueblo enseña su escorzo, a medio camino entre la modernidad y las antiguallas. Hay calles, medias calles, y caminos polvorientos. También una iglesia gris, de largas paredes. Bajo la campana solitaria, el altavoz que sirve como medio de comunicación.
Aquí nació José Ariel Contreras Camejo, que ha sido tantas cosas en su historia como este asentamiento. Fue uno de los grandes lanzadores del béisbol cubano de todos los tiempos; después, lo nombraron desertor y también triunfó en las Grandes Ligas del béisbol estadounidense.
Se vive por estos lares de la agricultura y del tabaco. Hasta hay una pequeña cooperativa no agropecuaria Francisco Hernández Macurán, que construye taburetes, mesas, y repara algunas de los centros locales. La tienda moderna, un agente de telecomunicaciones y una logia masónica forman parte de la comunidad.
En estas tierras del municipio de Sandino, en la provincia cubana de Pinar del Río, en marzo de 1959, Fidel Castro entregó a seis campesinos el título de propietarios de la tierra en representación de 340. Esta antesala de la Ley de Reforma Agraria ocurrió justo frente a las ruinosas estructuras, de paredes desvencijadas y desnudas, que fuera propiedad de la compañía estadounidense de tabaco Cuban Land.
Monstruosa y abandonada, la mole terrosa asemeja, de lejos, un coliseo romano abandono. En el portal, refugiándose del sol impertinente de mediodía, los niños se reúnen a jugar al fútbol y a discutir, inopinadamente, de la historia universal. Mientras, se escucha, a veces, el sonido leve del desinflado balón, rompiendo contra el frontispicio de ladrillos.
Hermosas fotos, reflejan la nostalgia por lo pasado
Buenas fotos de un pueblito pequeño, pero con muchas historias….
Es inevitable no situarnos en el lejano pueblo al leer tal descripción, y aunque breve, las imágenes de lo simple y cotidiano de la vida de sus pobladores aportan el resto.
Increíbles fotos, me gustó mucho el trabajo.
Un bello pueblo, cada sitio por muy insignificante que parezca representa un recuerdo para los que allí hemos vivido.
Mucha nostalgia que duele y retuerce el corazon me fui hace 46 años de mi puebito natal y todavia no lo saco de mi mente ni quiero hacerlo.Gracias por esas fotos
Mi pueblito bello que llevo en lo mas profundo de mi corazon..
Duele ver como se desvanece poco a poco mi pueblo y con él mi
pueblo de mujeres muy bellas
Vivi en las martinas desde los 10 anos hasta que cumpli 26. Pero desde bien nino lo visitaba. Las martinas tenia su magia, pero hace mucho tiempo ya que la perdio. Me recuerdo los carnavales y la Calle esteban Puerto cerrada desde Cloodoveo pedroso hasta el mismo frente del H Macuran. Que tiempos. La verdad que siempre fue un pueblo un tanto dormido, a diferencia del Cayuco. Pero fue donde pase mi adolecencia y tuve mis primeros amigos. hace poco fui y la verdad mejor no hubiese ido. tal parece que hubo una guerra alli. Como la mayoria de los pueblos de cuba si no se hace algo van a desaparecer del mapa sin dudas.